Antonio Banderas: "No hay nada imposible"
El intérprete recibe la Espiga de Honor en reconocimiento a su carrera
Han pasado 29 años desde que Antonio Banderas presentara en la Seminci de Valladolid la película Blanca paloma. El sábado volvió para recibir la Espiga de Honor de la Seminci y lo hizo, recordó, después de 83 películas como actor en Estados Unidos, dos filmes de director y varias producciones. Banderas, simpático e inteligente como siempre, llegó a Valladolid directamente de Toledo, en donde rueda a las órdenes de Pedro Almodóvar La piel que habito, su primera película en España tras su marcha a Hollywood. "Volver al cine español con Almodóvar, un director que tanto ha significado para mí, que fue mi gran carta de presentación en un país entonces tan inhóspito para mí", reflexionó en voz alta el actor malagueño de 50 años. No acabaron ahí los elogios al manchego. "Pedro es un planeta con una gravedad tremenda y hay que saber gravitar a su alrededor para no salir despedido al espacio. Es el director más personal con el que he trabajado ", añadió Banderas, que ha encontrado a un Almodóvar cambiado. "Antes era más barroco, creo que ha ganado profundidad en los contenidos y se ha vuelto más minimalista en las formas. Sobre el papel que interpreta en La piel que habito no quiso avanzar mucho -"luego Pedro nos regaña"- pero sí dijo que era un médico psicópata con una imagen exterior magnífica. "Es un personaje con una dualidad tremenda", explicó el actor, que anunció para el año próximo el rodaje de su tercera película como director. Se titulará Solo, se rodará en inglés en España con actores españoles y, además de dirigirla, Banderas interpretará a un coronel del Ejército español con problemas postraumáticos. "Mis dos películas anteriores como director fueron más fruto de la reflexión, más personales. Esta nace con una vocación más popular".
"No hay nada imposible". Ése ha sido el lema que ha regido la vida y la carrera de Banderas, quien ha confesado estar ya acostumbrado a la soledad y a la imposibilidad de recorrer las calles de manera anónima. "He aprendido a vivir en soledad", reconoció el actor, quien habló de la diferencia entre el cine de Hollywood, más centrado en la figura de los actores por encima de las escenas, frente al europeo, en el que el intérprete es una figura importante pero que no todo gravita sobre él.
Sobre el premio que recibe de la Seminci a su carrera, Banderas cree que se debe a las puertas que su presencia en Estados Unidos ha abierto a los actores latinos. "Hice el salto yo solo", explicó. "Nos hemos sacudido los complejos de inferioridad que teníamos en España, pero no solo en el cine, también en el resto de las profesiones".
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