Revisar el pasado para salir indemnes

La llave de Sarah, la película con la que el festival clausura hoy la sección oficial, es una narración directa y trágica de las consecuencias que la colaboración francesa con los nazis provoca en las generaciones futuras. Basada en la obra de la escritora anglo-francesa Tatiana de Rosnay, el realizador Gilles Paquet-Brener ha asegurado esta mañana, durante la última conferencia de prensa de sección oficial antes de la lectura del palmarés, que la única manera de salir indemnes del pasado es conocerlo, revisarlo y digerirlo.

"Solo así seremos capaces de avanzar", ha explicado el director, cuya familia fue una de las afectadas tras la llegada de los nazis a Francia y la colaboración del gobierno de su país. Interpretada por Kristin Scott Thomas y la niña Mélusine Mayance, La llave de Sarah narra cómo en mayo de 2002, una periodista norteamericana afincada en París descubre los acontecimientos trágicos que se vivieron en julio de 1942 en céntricas calles de la capital francesa con la detención y deportación de miles de judíos, entre ellos 4.000 niños.

"Leí el libro cuando se publicó y me emocionó profundamente. La historia que cuenta en torno a esa niña, detenida junto a sus padres judíos, me pareció muy hermosa y me conmocionó profundamente. Se ha hablado mucho del holocausto, pero no tanto de las consecuencias para generaciones posteriores", ha dicho Paquet-Brener, para quien lo que La llave de Sarah narra tiene un alcance universal. "Lo que más me interesó fue la influencia sobre la infancia. Hoy mismo estos ejemplos los podemos encontrar en Irak o Sudán".

El realizador quiso deliberadamente no hablar de buenos buenísimos o de malos malísimos, sino de entrar en esa zona gris en la que se movieron miles de ciudadanos franceses. Hubo colaboración con los nazis por parte de muchos franceses y del Estado francés pero también es verdad que hubo muchos que ayudaron a los judíos".

La quiniela de Boyero