Muñoz Molina alerta sobre la complejidad de juzgar y conocer el pasado
El autor dialoga junto al historiador Justo Serna en el Hay Festival de Segovia
El pasado, la memoria, el problema de aquello que desaparece con el tiempo, la Guerra Civil y la historia reciente de España analizadas por el escritor Antonio Muñoz Molina en conversación con el historiador Justo Serna han sido el eje del plato fuerte de la primera jornada delHay Festival que se celebra en Segovia. "Creemos que conocemos el pasado y eso es falso, porque la mayor parte de las percepciones y los hechos se pierden" ha asegurado Muñoz Molina al diseccionar su novela La noche de los tiempos y las razones que le llevaron a escribirla y a hurgar en la herida, aún abierta, de la Guerra Civil.
Desmitificador y directo, Muñoz Molina ha alertado del peligro de contar la historia a través de "categorías abstractas que son muy tranquilizadoras porque nos permiten sentirnos épicos retrospectivamente". "Lo que se está difundiendo como la historia de España es la historia de la señorita Pepis", ha añadido para explicar lo que considera una simplificación sobre un país, la España de las primeras décadas del siglo XX, que "no era un pozo negro en el que se enciende una luz en 1931". El autor del Jinete Polaco incide a lo largo de los cerca de 55 minutos de reflexión en esa idea alejada de claroscuros y visiones simplificadoras y, a la postre, más cómodas. La modernidad, ha insistido, no era sólo Dalí y Lorca pasándoselo bien en la Residencia de Estudiantes, sino también el ingeniero que estaba haciendo el viaducto de Madrid y las reformas en un país que "estaba explotando" y que estaba llevando a la gente a un "cambio de vida de manera radical".
La historia del tío que se volvió de la guerra
En la conversación había en realidad dos historiadores o al menos dos licenciados en Historia (Muñoz Molina está titulado en esa carrera) y muchas historias, relatos que el escritor aprendió de niño, escuchados de voz de sus protagonistas, historias "en las que se mezcla el horror y el absurdo" como aquella de su tío convertido en personaje del El Jinete polaco, un hombre que se volvió del frente en la Guerra Civil aprovechando el barullo y a lomos de un mulo excepcional, relato contado por el escritor ante las risas del público que abarrotaba la sala de actos de la sede de Caja Segovia.
Muñoz Molina se describe como un niño "aislado" que se creó sus propias ideas sobre la literatura y la novela y que lo tuvo complicado para encontrar referentes. Aunque señala dos, Max Aub y William Faulkner, escritores que le ayudaron a encontrar la clave: convertir la historia en ficción a través de lo que cuenta la gente. Y el autor de Sefard lanza una advertencia final, antes de que el limitado tiempo se agote: "Cuidado con juzgar a personas que han vivido en circunstancias mucho más difíciles que las nuestras".
Babelia
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