Gainsbourg, el tebeo
Destrás del biopic Gainsbourg se enconde el enfant-terrible del cómica francés. ¿No te suena Joann Star? Ya estás tardando.
No existe una palabra en castellano para describir a un "contador compulsivo de historias", aunque sí existe una forma de de acercarse bastante a ese concepto con un nombre propio: Joann Sfar. Un autor francés que ha revolucionado el cómic del país vecino con propuestas que se atreven a conjugar el respeto a los géneros clásicos de siempre con una incesante apuesta por la ruptura de sus códigos, consiguiendo resultados tan fructíferos como El gato del rabino, o La mazmorra. Prolífico hasta la extenuación, ha probado suerte también en el cine, intentando trasladar su particular universo gráfico al séptimo arte con Gainsbourg.
Una vida heroica, un biopic atípico que lleva a la pantalla la vida del inconformista cantante de Je t'aime...moi non plus, Serge Gainsbourg: "creo que la vida de Gainsbourg es el único punto de contacto entre mi universo y el público francés", comenta el director, que se planteó la película como un cuento en el que "imaginé que me había encontrado con Gainsbourg, borracho en un night club a las cuatro de la mañana y que me contaba cosas de su vida, por eso he tomado entrevistas y citas del cantante para que siempre que hable sean frases que él dijo realmente. Es su fantasía, no la mía". Un punto de partida atrevido al que se unía la pasión de Sfar por romper moldes: "me he pasado tres años intentando romper los códigos del cine para comprender que es imposible, por lo que he intentado hacer una película que tuviera como referente mi musical favorito, Un americano en Paris, pero introduciendo todas las cosas que me gustan, muñecos, pinturas, música, niños... La verdad es que pensé que era mi primera y última película, por lo que tenía que aprovechar la ocasión".
Primera experiencia que no se salva de una exigente autocrítica sobre los resultados y su aprendizaje: aunque considera que la película ha sido una buena escuela, "perdí mucho tiempo estudiando porque todos me decían que los tebeos y el cine son muy diferentes, que lo que funciona en el tebeo no lo hace en el cine. Pero me di cuenta que después de leer los tebeos de Abulí y Bernet ya no te hace falta leer nada más sobre cine". Un complejo proyecto en el que imaginación y realidad se funden gracias al trabajo de DDT, el estudio español que creó los efectos de las películas de Guillermo del Toro, y un casting con Éric Elmosnino, Laetitia Casta y Lucy Gordon al frente e invitados como el director Claude Chabrol: "quería que ese personaje fuera un símbolo de Francia. Como no pudo ser Jacques Chirac, decidí que fuese un buen amigo", ironiza Sfar.
Trabajó intensamente con ellos para conseguir que se acercasen al espíritu de los personajes, olvidando que eran personas reales:"Eso da más libertad y permite encontrar las fragilidades de los personajes. Cuando hablas de mitos como Gainsbourg o Brigitte Bardot tienes que buscar lo humano". Cine, tebeos, novela, teatro, animación... Sfar ha probado todos los medios pero tiene claro lo que quiere:"Solo me gusta dibujar y contar historias, no tengo un montón de profesiones, solo una que es contar historias con imágenes".
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