Pilar del Río: "Se va un héroe del siglo XXI"
El Ayuntamieno de Lisboa acoge los actos fúnebres de despedida a José Saramago con la presencia del primer ministro portugués, José Sócrates, y de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.- Emoción en el cementerio del Alto de San Juan durante su incineración
Emoción intensa en el cementerio del Alto de San Juan de Lisboa donde han sido incinerados los restos de José Saramago. Vivas al escritor: "Saramago, amigo, el pueblo está contigo", "Saramago, la lucha continúa", "Saramago, obrigado". Decenas de libros alzados sobre las cabezas, ramos de flores en los árboles, gente agitando los libros del escritor antes de que Pilar del Río, su viuda, dijera unas palabras de despedida en el recinto privado del cementerio: "Somos felices conocido y somos privilegiados por haber compartido con él nuestro tiempo. Se va un héroe del siglo XXI".
Hermoso día para una despedida tan triste. El escritor fue despedido de los suyos en la capital portuguesa. Una multitud concentrada en la plaza del Ayuntamiento ha subrayado con sus aplausos la salida del féretro camino del crematorio. Sus cenizas serán esparcidas en Azinhaga, la tierra de sus padres, y junto al olivo que plantó en la casa de Lanzarote, donde convivió con su mujer, Pilar del Río.
Conella en la comitiva una llorosa Violante, la hija de Saramago, profesora en Madeira; una figura apuesta y enjuta, casi idéntica a la de su padre, lloraba en silencio. Cientos de portugueses y españoles,mezclados en la admiración hacia el autor de Memorial del convento, enarbolaban sus libros o sus fotografías y rompían en una ovación que ya no podrá escuchar su maestro.
Fue el último acto con Saramago de cuerpo presente y fue de contenida tensión literaria. Tanto la ministra de cultura de Portugal, Gabriela Canavilhas, como el alcalde de Lisboa, Antonio Costa, han expresado la esperanza de que la semilla plantada por la literatura del portugués ilustre tuviera la continuidad que supone la puesta en marcha de la fundación que lleva su nombre y que todavía tiene una ubicación provisional. Carlos Reis, escritor portugués, habló de la escritura de Saramago como la expresión exigente de un literato que ahora entra en la historia "con una palabra singular, con una intensa dialéctica, que le pone a la altura de autores como Camões o Pessoa".
Un "comunista hormonal"
No hubo sólo literatura. Saramago era comunista, como dijo la ministra de cultura repitiendo palabras del propio Nobel: "Era un comunista hormonal" y a él se refirió Jerónimo de Sousa, secretario general del Partido Comunista Portugués, para quien la obsesión de narrar fue en Saramago equivalente a la obsesión de participar. Estaba presente el primer ministro portugués, José Sócrates, pero decidió pasarle su previsible turno de palabra a la ministra Canavilhas. Ella cerró el turno de palabras; tanto las suyas como las del resto de los oradores fueron pespunteadas con aplausos dela multitud que miraba desde fuera el desarrollo de la despedida.
También aplaudieron a la vicepresidenta española María Teresa Fernández de la Vega. Para ésta, "hay personas que mueven a las ideas e ideas que cristalizan en personas, de esas personas que saben hacer sonar las cuerdas del alma una es sin duda quien ahora nos abandona. Soñó una tierra libre, un mundo que el los fuertes sean más justos y los justos más fuertes, cultivó la amistad, el amor, la solidaridad y nos evaluó su señorío y dignidad en páginas llenas de vida".
El 18 de junio, dijo la vicepresidenta, "a millones de personas se nos ensombreció la mirada y el corazón, huérfanos de quien tantas veces fue nuestra voz, la más humana y la más digna". Terminó así: "Nunca, nunca olvidaremos al compañero y al amigo". Música de Bach, interpretada por la violonchelista Irene Lima, quien ya estuvo otras veces en homenajes a Saramago, le dieron el pulso final a un memorial que el público deLisboa clausuró con un aplauso emocionante en un día especialmente diáfano en la tierra de Saramago.
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