"Los espíritus de los muertos que me acompañan me dicen cosas al oído"

Nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) en 1978. Dice que de pequeñita ya tenía lo suyo, que pensaba mucho y se hacía muchas preguntas. Una conversación con María, Mala Rodríguez no deja indiferente. Tiene personalidad, evita las etiquetas y le profesa un respeto absoluto a la música. Desde su debú sorprendió por la calidad de sus rimas, ahora regresa después de tres años de silencio con un nuevo trabajo titulado Dirty Bailarina, un álbum que la artista califica como de ciencia ficción. Como de ciencia ficción es ella misma.

Pregunta. Debe de estar muy ocupada, ¿no?

Respuesta. No, no tanto. Estoy tomándome un gazpacho.

P. ¿Usted por qué se llama Mala?

R. Creo que tengo una misión en este mundo y es hacer maldades. Cometer asesinatos y llevarme las culpas de todo. En serio, la cosa es que eso me lo decía mi tía cuando era pequeña. Y me apetecía tener un nombre de guerra y pensé que ese sería el mejor nombre. La mala siempre es más divertida que la buena.

P. Vamos, que tenía usted que ser bastante traviesa de pequeña.

R. Siempre he dicho lo que pensaba cuando era niña. Y lo más interesante es que pensaba bastantes cosas, me hacía muchas preguntas. No era una nena de esas que tipo la niña obediente o que dice que sí a todo o que no tiene ninguna duda de nada. Era todo lo contrario. Dudaba bastante y me hacía muchas preguntas y me gustaba darle la vuelta a todo. Y me gustaba darle la vuelta a todo.

P. ¿Por qué ha tardado tanto en volver?

R. Sí, mi anterior disco es de abril de 2007. Han pasado tres años. El tiempo pasa. Una cosa lleva a la otra... Cuando llevo tiempo creando, de repente me pongo a componer y las historias vienen a mí y todo ocurre, todo fluye. Pero hacer que todo eso entre en el proceso de producción, lleva su tiempo. Pero, realmente lo he hecho cuando ha fluido. No he tenido esa picardía de ponerme fechas o entrar en una línea de trabajo mucho más productiva o que hubieran podido ser más beneficiosas para mí.

P. Para alguien que no le haya escuchado nunca. ¿Usted qué es lo que hace?

R. Yo hago poesía encima de un ritmo musical. También introduzco melodías con mi voz y mi trabajo tiene un profundo mensaje. Soy una persona que no tiene pelos en la lengua. Tengo un compromiso muy grande con la raza humana.

P. Este nuevo vídeo es bastante cañero, ¿no?

R. Esta canción habla de desconfianza. De estos tiempos que vivimos llenos de malas intenciones. Nunca sabes de quién te puedes fiar, así que por si acaso hay que ir a lo tuyo y tirar millas. Me gustaba presentarme como una supervívora. Arranco quemando lo que para mí es todo eso: el vicio, la corrupción, las malas intenciones, toda la porquería. Pero, al final del vídeo hay sorpresa. Un símbolo de toda la xenofobia que se está levantando últimamente con el asunto de la crisis.

P. ¿Qué le parece la propuesta para que los manteros no vayan a la cárcel?

R. Me parece muy bonito. En todo lo que pasa en la vida hay algo positivo. Incluso lo más malo, lo más perjudicial, lo más terrible nos lleva a un sitio bueno si sabemos verlo. Como todo esto se transformará en una nueva historia y todo el mundo se sentirá bien con esta nueva historia. Pues mira, todo cambia. La industria musical antes movía cantidad de millones, la gente iba en jet privado, se gastaban cantidad de dinero y ahora está casi a punto de tocar la banca rota. Pero todo se reinventa y siempre es para mejor. Y la gente que está tratando de sobrevivir y está vendiendo música en la calle, pues qué bien, mejor que vendan música y no drogas.

P. Pero también hay gente que simplemente se lo baja gratis de Internet.

R. Eso es muy español. Es una cosa muy española. Siempre nos ha gustado tener las cosas gratis. Eso está en la conciencia de cada uno. Pero la música es la que gana. Pagues o no, al menos estás consumiendo música. Todo depende de los propósitos del artista cuando ofrece esa música. Sobre todo soy feliz si la gente escucha mi música sea como sea.

P. ¿De dónde le salen los poemas?

R. Yo creo que son los espíritus de los muertos que me acompañan y me dicen cosas al oído. He llegado a esa conclusión. De otro modo, no entiendo cómo puede pasar. Creo que las ideas están todas en el aire y hay gente que las atrapa.

P. ¿En qué cree?

R. Sobre todo creo en el amor. La máxima expresión de felicidad que pueda haber. Es por lo que estamos todos aquí.

P. Después de tres años ¿es usted más mala?

R. En el fondo sigo siendo La Mala. Hay una evolución. El mensaje cada vez es más nítido. Antes hacía fotografías del día a día, pero en este trabajo me he encontrado con unas canciones que están dando claves... Me gustaría que cada uno hiciera suya esa música.

'No pidas perdón', de La Mala Rodríguez