A dos días de la ceremonia

En el mediodía angelino se han celebrado una detrás de otra las convocatorias de los equipos de La dama y la muerte, El secreto de sus ojos y La teta asustada. En estricto orden cronológico:

Los chicos de Granada. Desde la ciudad andaluza han llegado 40 compañeros de Javier Recio, el director de La dama y la muerte, compañeros de trabajo en Kandor que ahora casi tocan el Oscar. Antonio Banderas, uno de los productores del filme, presidía el acto. A su lado, Javier Recio, el compositor de la banda sonora y otros tres productores. El actor malagueño empezó con fuerza: "No se puede ni se debe brindar por adelantado si no hemos ganado", ante los rumores de un probable triunfo, y comentó que le gustaba cómo nació el corto: "Es una perfecta metáfora de cómo hacemos las cosas en Kandor, tras un concurso de ideas abierto a todos los empleados y para probar la tecnología 3D que usaremos en nuestro segundo largo". Entre risas del equipo, Banderas y Recio describieron el desencuentro que viven con Avatar. Al segundo no le gusta, al primero le fascina: "Habrá un antes y un después con Avatar. ¡Claro que existe el 3D desde hace 3.000 años! Se llama teatro y yo por eso me voy a hacer ahora Zorba, el griego". Más en serio apuntó que el 3D ha llegado para quedarse, "hasta en las películas intimistas". Y si fuera necesario... "Por supuesto me pondría una malla con la que los ordenadores registran los movimientos de los actores para crear un personaje generado por ordenador. Yo hago lo que haga falta". Recio reconoció que se está centrando en el día a día: "Me empezaré a poner nervioso pronto. ¿Mi discurso de agradecimiento? Aún estoy viendo lo que digo".

Campanella sin Darín. Todo tipo de rumores corren sobre uno de los premios más abiertos de la gala, el del filme de habla no inglesa. Y a todos ellos los acalló el bonaerense Juan José Campanella, director de El secreto de sus ojos: "Yo no manejo Internet, así que no hago caso a los rumores. Desde luego este año sí es cierto que está muy abierto". A su lado, Mariela Besuievski, la responsable de la parte española de la producción, habló sobre sus ventas: "La candidatura por supuesto catapultó su éxito en las taquillas de los países donde se está estrenando ahora, como Israel o Paraguay. Pero las ventas internacionales ya las hizo la película por sí sola, por su calidad. Y no podemos olvidar su inmenso triunfo en España y Argentina". Campanella recordó que Ricardo Darín no estará en Los Ángeles porque está trabajando en una obra de teatro. "Es nuestra cuarta película juntos. Estamos para casarnos", y se preguntó si la presencia de dos películas de habla española en los Oscar "anuncian los albores de un tiempo nuevo o una casualidad; sí es seguro que muestran un camino a seguir, el de las coproducciones".

Canción quechua. Cerró la tarde La teta asustada, con su directora, Claudia Llosa, su protagonista, Magaly Solier, y sus dos productores, José María Morales y Antonio Chavarrías. Llosa también insistió, como Campanella, en el éxito del formato de coproducción, de lo que apuesta su filme por la reconciliación. "Somos el mejor ejemplo de que todo es posible en los Oscar. Cinco películas tan distintas en nuestra categoría y aquí estamos nosotras". Morales recordó que La teta asustada costó alrededor de 1.300.000 euros, una cantidad ridícula para los cánones de Hollywood. Solier, de voz demoledora, cantó una canción quechua, rememorando lo que hizo en el escenario al recoger ambas el Oso de Oro del festival de Berlín en 2009. "Nos guiamos por las señales de la vida", confesó la directora sobre si era supersticiosa o no. "Creo en la importancia de vivir el momento". Y a ello se dedican.