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"Me levanto y me digo: hay que seguir"

El cantante Juanes defiende su polémica decisión de dar un concierto en La Habana pese a las críticas del anticastrismo

"Estamos en una era distinta. En un gobierno diferente como el de Bush, por ejemplo, esto jamás se nos hubiera pasado siquiera por la mente. Jamás. En este momento hablamos en un contexto distinto, de cambio, en el que los Estados Unidos están proponiendo diálogo con sus enemigos, buscando otras alternativas. Y es en ese contexto que quisimos entrar". Son unas de las muchas palabras con las que el cantante colombiano Juanes aún trata de defender el concierto que quiere dar el 20 de septiembre en La Habana. La polémica y las críticas a su iniciativa no han cesado desde el momento en que empezó a cuajar el proyecto. Gran parte del exilio cubano sigue sin admitir que se pueda dar un concierto por la paz en un país sin libertad. En la Plaza de la Revolución, además, símbolo de lo que más odian.

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Una vez más, la diáspora se ha dividido. La generación joven, harta de medio siglo sin cambios, está a favor de abrir puertas aun a costa de ceder principios políticos. Pero eso no cuadra con los grupos más reaccionarios, que no quieren ceder.

La pasada semana, Vigilia Mambisa llegó a destrozar con mazas y martillos los CD de Juanes delante del restaurante Versalles, en la calle 8, el punto de cita más emblemático del anticastrismo. Fue el último de los mensajes de presión que se han sucedido y que incluso hacen dudar al cantante de su empeño: "Hay veces que pienso: no merece la pena recibir amenazas, pasarlo mal, que lo pase mi mujer, embarazada...Pero luego me levanto y me digo: hay que seguir, es lo que quieres hacer..."

Juanes visitó la Casa Blanca y se entrevistó con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que le animó en el proyecto. En La Habana, según ha dicho él mismo y Amaury Pérez, cantante que se encarga de la dirección artística del concierto, no se le puso la más mínima cortapisa.

Ya la visita de Juanes a Cuba puso en alerta a los vigías de la ortodoxia anticastrista. "Es un ingenuo si cree que el régimen no va a manipularlo todo a su favor. ¿A que no se va a atrever a decir una sola palabra por la libertad de los presos políticos?, dice Juan, un anticastrista eterno. El encuentro con Clinton, aun con la cautela de tratarse de Estados Unidos, el anfitrión que ha acogido al exilio, pero obviando muchas veces sus deseos, también ha tenido sus adjetivos: "Los Clinton siempre han sido de la extrema izquierda y muy amigos de la Revolución, no es de extrañar", ha llegado a decir un llamado analista republicano.

Las reacciones a favor del concierto, sin embargo, no han faltado. "Es una oportunidad para que el pueblo cubano, tan necesitado de tantas cosas disfrute de la misma música que los de otros países", dice Roberto, un joven que refleja una de las opiniones más generalizadas. "Además, hay que explorar nuevas vías. Si se politiza a favor del régimen el concierto será Juanes el que perderá la oportunidad. Y si se lo cortan por pedir libertad, que ya la pide en sus canciones, el que quedará mal será el gobierno. Lo que no sirve para nada es protestar en la calle 8 porque la otra alternativa sería invadir la isla y eso ya no es posible".

A Juanes también le han criticado que suspendiera un concierto en Honduras por no darse las condiciones y en cambio programara el de Cuba comunista. Ayer mismo ha anunciado que tras el de Cuba dará otro en 2010 en la frontera de México y Estados Unidos. "Pero ese no es político, es migratorio, muy bien", dice Juan.

Juanes ha recalcado que será un concierto blanco, sin consignas, "premisa inteligente", comenta Roberto, para al menos intentarlo. Pero ya le han recordado los detractores que la camisa negra de su canción más conocida se ha vuelto roja. Incluso han hecho la broma de poner las imágenes cuando se puso en un concierto la de la selección española.

Síntoma inequívoco de las dificultades es que se han caido del cartel nombres que sonaron al principio para acompañarle, como Enrique Iglesias o Luis Fonsi. El puertorriqueño dijo no rápidamente, pues canta en Miami el próximo viernes. Otra de las críticas es que no está incluido ninguno de los cantantes cubanos del exilio. No les iba a dar permiso el gobierno. Juanes se defiende diciendo que todo no se puede conseguir. Entre los más conocidos, sólo Miguel Bosé sigue firme. Otra puertorriqueña, Olga Tañón, ya ha dicho que "espera acontecimientos". Al principio no valoró bien incluso que compartiría escenario con Silvio Rodríguez y que eso no sería precisamdente querido por su público de Miami. El futuro en tiempos de crisis siempre importa. De Juanes, en cambio, los que le critican, dicen que todo esto lo hace por publicidad.

Un hombre sostiene un cartel contra el concierto de Juanes en La Habana
Un hombre sostiene un cartel contra el concierto de Juanes en La HabanaEFE

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