Ojos de Brujo estrena en Madrid
El grupo de música mestiza afincado en Barcelona vuelve con 'Aocaná'
Aire fresco pa tu garlochí, cantaba anoche Marina en Busca lo bueno, uno de los nuevos temas de Ojos de Brujo que en el disco comparten con los cubanos Van Van y en el que anoche Regis Molina, saxofonista de la banda, puso la cuota cubana. Anoche la banda barcelonesa más internacional estrenaba en Madrid. Se pusieron sus ropitas de gala y se presentaron en un Palacio de Congresos con muchos huecos en los asientos pero con un público entregado, deseoso de bailar las canciones nuevas y recordar también las viejas.
Tocaron todos los temas del nuevo disco, que se iba a llamar Aocaná garlochí (Ahora corazón en lengua caló), pero que se ha quedado en el Ahora. "El garlochí está bien grande en la portada", explicaba en una entrevista previa Panko, DJ de la formación. "Es el disco que con más cariño hemos sacado". Tanto, que incluso tiene la primera canción de amor escrita por Marina, cantante y responsable de las letras. En el momento de interpretarla anoche, la cantante lo dejó bastante claro. "Este es un momento muy importante para mí", decía anoche Marina presentando la canción. "Vamos a tocar un tema en el que me he puesto más cursi y más romántica que nunca, porque hay amores que están por encima de todo".
Ojos de Brujo, un adelanto |
Después de dos años de gira y uno de descanso, Ojos de Brujo vuelve con nuevo trabajo discográfico, más caribeño y menos experimental que el anterior, Techarí (2006); una vuelta en cierta manera, al primero de sus trabajos, Vengue (1999). "Tiene muchos aires del primero, pero con la madurez del momento en el que estamos ahora", dice Panko. "Los discos son siempre una fotografía del momento en el que está la banda, musical y personalmente, y nosotros ahora estamos contentos", añade Marina.
El grupo nació en la calle, en el Raval barcelonés, a mediados de la década pasada, como resultado de una amalgama de músicos con diferentes orígenes e influencias. Con el flamenco y la rumba catalana como base, echaron a su olla otras músicas, como el banghra, el reggae, el drum and bass, el hip hop, la electrónica y un largo etcétera y comenzaron a cocinar un sonido propio. Empezaron con una multinacional, Edel, pero tras una primera experiencia negativa, decidieron seguir camino por sí mismos. Y bajo su propia bandera grabaron, editaron y giraron por el mundo dos discos, Barí (2002) y Techarí (2006) que tuvo su secuela en directo, Techarí Live (2007). En el camino, recogieron muchos premios. Dos especialmente significativos: el de Mejor Grupo Europeo de la emisora británica Radio 3, el canal radiofónico de la BBC dedicado al jazz, música clásica y músicas del mundo, en 2004. Y el Grammy Latino a Mejor Álbum Flamenco en 2007.
Sonido latino
Aocaná refleja los Ojos de Brujo más latinos. El motivo fundamental, explica Panko, es la incorporación al grupo del cubano Carlos Sarduy, trompetista, y teclista. "Carlitos tiene una musicalidad encima que no sólo nos ha dado enfoque, sino que le da a nuestra música una riqueza armónica importante, dentro de una música que fusiona muy bien con el flamenco", dice Panko. Hay una bulería electrónica un poco más experimental, Tócale ya, y dos temas en su línea más hip hop, en las que, además, aparecen dos colaboraciones importantes, las rimas del sevillano Tote King, en Dónde te has metío y del cubano Kumar en la canción más reivindicativa del disco, Una verdad incómoda. Anoche, en Madrid, los dos compartieron un escenario en el que, además de poner en escena la colaboración del disco, se atrevieron a improvisar unas rimas, con el envoltorio musical de toda la banda, regalando al público unos momentos de inspiración únicos que se volverían a repetir en la fiesta posterior al concierto.
Pero la "catedral del disco", en palabras de Panko, el tema más trabajado, es Tantas Flores, una canción que arranca con un ayeo arrebatado del cantaor catalán Duquende, al que responden las voces indias de Karnataca College of Percussion. Todos querían a Duquende en el disco porque es uno de sus cantaores favoritos. Anoche, el cantaor se unió al grupo en el escenario y se ganó la ovación del público. Cantó en el esquema de la canción, no se salió del guión ni tuvo espacio para alargarse con su cante, pero con su voz adolorida conquistó a todos los presentes.
Dos horas y media de estreno, el de anoche, que tenía a los músicos preocupados y que resolvieron demostrando que son animales de escenario, músicos que han ganado peso y calidad en su sonido. Concierto que, además, no terminó cuando se despidieron del escenario. Las fiestas posteriores son una de las señas de identidad del grupo, como demostraron anoche Panko y algunos de los doce componentes en la sala Cardamomo de Madrid, en la que hubo mucho más espacio para su expresión sin la tensión del estreno, acompañados de un Kumar inspirado, entre otros. Un gran inicio que seguro irá adquiriendo sabor en las siguientes presentaciones que tienen previstas. Mañana en Barcelona, después Zaragoza, Bilbao, Ámsterdam, Londres, Miranda de Ebro...
Babelia
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