Sagi: "París es una ciudad abierta a lo que viene de fuera"
Director de la zarzuela La Generala, de Amadeo Vives, que se estrena mañana en Francia
El teatro del Châtelet en París abrió su temporada con Le chanteur de México, una producción propia al frente de la cual puso al director español Emilio Sagi. Ahora, cuando ya casi se cierra esa misma temporada, entre el 27 de mayo y el 3 de junio Emilio Sagi vuelve al Châtelet y lo hace con una producción española del Teatro de la Zarzuela, La Generala, de Amadeo Vives. ¿Se trata de una voluntad de colaboración estable entre los dos teatros?
Para Sagi "sería bueno que existiese esa voluntad. París es una ciudad abierta a todo lo que le llega de fuera y el mestizaje entre zarzuela y opereta, entre tradición hispana y tradición francesa, podría dar pie a resultados interesantes. Y económicamente parece viable pero eso es algo que han de materializar los responsables de cada teatro". La Generala, como muchas otras zarzuelas, es una perfecta desconocida para el público francés. "Hace años puse en escena La del manojo de rosas en el Odéon y fue un gran éxito. Claro, lo importante es traer montajes de un gran nivel, con buena orquesta, mejores cantantes y una dirección y decorados que tengan un buen nivel de exigencia.
La Generala podría parecer obsoleta y casi ridícula si sólo nos atenemos a su historia pero la calidad de la partitura de Vives es alta, con petardeces geniales, como la utilización, en determinados momentos, de ritmos propios de un pasacalles o de un número de revista", explica Sagi. Según él se trataba de demostrar que La Generala "es un operetón" y para ello ha modernizado el libreto y dado al personaje que da título a la obra una dimensión especial, "de diva que sigue imaginando grandes espectáculos en su casa". El referente es "el cine de Lubitsch, esa película maravillosa que es Montecarlo (1930). Es una cuestión de ritmo y elegancia".
En Francia la opereta o la ópera cómica gozan de un gran predicamento. "La opereta, sobre todo si es de inspiración vienesa, siempre pone en escena señoras ricas y equívocos de naturaleza social, es decir, la condesa se disfraza de sirvienta y obliga a la sirvienta a presentarse como condesa. Son obras con valses, mucho uniforme y mucho traje largo. La zarzuela tiene una dimensión popular que la hace distinta y muy interesante. Las hay magníficas, de Vives, Solozabal, Alonso u otros".
Emilio Sagi es hijo y nieto de gente de teatro y de amantes de la zarzuela. Se explica el ocaso del género, durante el franquismo, por una serie de razones: "después de la Guerra Civil los costes escénicos iban subiendo al mismo tiempo en que la gente dejaba de ir, primero al teatro, luego al cine, a causa del televisor y el utilitario. Los compositores dejaron de crear nuevas obras y las producciones pasaron a ser cada vez más modestas. A ello hay que añadirle la instrumentalización política que el franquismo hizo de la zarzuela en la radio y la televisión, la utilización de la patriotería españolista a base de mucho En Flandes se ha puesto el sol, Banderita tu eres roja, tu eres gualda o Fiel espada triunfadora. La zarzuela no tenía culpa alguna, existía antes, pero el franquismo hizo con ella como con la copla y la alejó del público joven, que vio en esa forma de teatro o de canción algo ligado a una época o una gente con la que no quería tener nada que ver. Hubo que esperar a que José Luis Alonso y Antonio Campos le devolviesen su dignidad para que la zarzuela pudiera plantearse salir en búsqueda del público de hoy".
La Generala es una zarzuela distinta porque la acción no transcurre en España sino en Gran Bretaña. Y sus protagonistas son aristócratas y reyes y princesas. "Pero arruinados y en el exilio. Su trama dramática es más bien una sucesión de sketches, musicalmente muy imaginativos. Hay otras zarzuelas con mejor libreto. Las mejores son sainetes o tienen tono de sainete. Como las películas de Almodóvar. El cineasta ha sabido modernizar el género. La zarzuela también necesita de esa modernización".
Babelia
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