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"A mi hijo, que le den, pero que no me meta en chismes"

La madre de Michel Houellebecq, de 83 años, ajusta cuentas con su hijo en una autobiografía.-"Sólo ha hecho daño a los que le rodean", añade

"A mi hijo que le de por el culo quien quiera y [que lo haga] con quien quiera (...). Pero si, por desgracia, cita mi nombre en algún chisme, se va a llevar un palo en la cara que le va a sacar todos los dientes, eso seguro!", escribe la madre del novelista Michel Houellebecq, Lucie Ceccaldi, de 83 años, en L'Innocente, un volumen en el que ajusta cuentas con su díscolo hijo, según avanza el diario francés Le Figaro. A Ceccaldi no le gustó nada que su hijo la retratara como una egoísta y odiosa depredarora sexual en su novela más vendida, Las partículas elementales.

Houellebecq es autor de un puñado de novelas en las que arremete contra la herencia de Mayo del 68, el feminismo, el fundamentalismo islámico y la industria editorial, entre otros asuntos. Su estilo descarnado y desoladoramente nihilista le ha valido la reputación de ser uno de los autores franceses más provocativos. De modo que sabe qué es estar en el centro de la polémica, pero la última en la que se ha visto envuelto la protagoniza su madre.

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Ceccaldi está indignada por la manera en que su hijo la evoca en Las partículas elementales, publicada a finales de los años noventa. En la novela, la madre de los dos protagonistas, que también se llama Ceccaldi, es una mujer egoísta, intratable e indiferente, inmersa en los movimientos de liberación de mayo del 68. El personaje abandona a sus dos hijos, los hermanastros Bruno y Michel (personaje en el que quizá no sea aventurado ver a un trasunto del propio autor), para embarcarse en una aventura de liberación sexual hedonista.

Houellebecq había comentado en alguna entrevista que su madre estaba muerta, pero no sólo está viva sino que va a cantarle las cuarenta a su hijo en un libro en el que no se queda corta en reproches. La octogenaria asegura que sólo volverá a hablar con su hijo cuando le pida perdón y admita que sólo ha sido un parásito y que no ha hecho más que daño a todos los que le rodean. La obra se publica el 7 de mayo en la editorial Scali.

Una infancia sin amor maternal

El rotativo francés señala que, si bien el relato de la señora Ceccaldi no presenta un gran interés literario, sí que puede ser muy jugoso para conocer los detalles de la infancia de Houellebecq, el vitriólico autor de Plataforma. Una de las primeras sensaciones que deja la lectura del libro es que a Houellebecq, nacido en la isla francesa de La Reunión, en el Océano Índico, le faltó el cariño materno desde bien pequeño. A los cinco años, su madre lo mandó con sus abuelos. En vez de ocuparse del niño, Ceccaldi prefirió viajar para cumplir un viejo sueño de tintes hippy: recorrer África en un Citroën dos caballos.

En cerca de 400 páginas, Ceccaldi, anestesista de profesión, repasa una larga vida como trotamundos que la llevó a recorrer África, Madagascar, la India, el Himalaya, y la Isla de Reunión, donde vive, fiel a sus principios, en una cabaña en la playa gracias a una pensión. Ceccaldi lo cuenta todo sin reparos, desde sus emociones, sus enfados, sus desilusiones, sus desengaños conyugales, etcétera.

"Mi hijo es un gilipollas"

La narración de Ceccaldi ayuda a comprender, según Le Figaro, por qué en sus novelas Houellebecq nunca deja bien a las figuras maternas. En el citado caso de Las partículas elementales, incluso, llega a la provocación al bautizar con el nombre de Ceccali a la madre de los protagonistas, a la que retrata como una egoísta despreocupada.

En el posfacio del libro, Ceccaldi insiste, por si no había quedado claro, en que nunca ha tenido instinto maternal: "Nunca me ha salido eso de decir, hijo mío, eres lo más bonito del mundo. No, mi hijo es un pequeño gilipollas". Y va más allá : "Con Michel Houellebecq, mi hijo, podré volver a hablar el día en el que salga ante todo el mundo, con Las partículas elementales en la mano, y diga : 'Soy un mentiroso, soy un impostor. He sido un parásito, no he hecho nada más en mi vida que daño a todos los que me rodean, y pido perdón".

Editorial Scali

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