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El Prado cambiará el suelo de las nuevas salas, deteriorado a dos meses de su estreno

El museo considera que la elección de la piedra fue "coherente porque se trata del mismo material que utilizó Juan de Villanueva en la fábrica original del edificio"

El Museo del Prado ha anunciado hoy que restituirá "algunas baldosas" que se han deteriorado en los suelos de las salas de su ampliación, que fueron inauguradas hace apenas dos meses, el pasado 30 de octubre, por los Reyes, según han informado fuentes de la dirección de la pinacoteca.

El museo, que no cerrará las nuevas instalaciones sino que acometerá los arreglos poco a poco y fuera de su horario de apertura, considera que la elección de la piedra fue "coherente porque se trata del mismo material que utilizó Juan de Villanueva en la fábrica original del edificio". Sin embargo, asegura no poder opinar sobre su resistencia y características técnicas al no haber sido el responsable de la elección.

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La denuncia del estado en el que se encuentra el pavimento ha partido del diario ADN, que en su edición de hoy publica que los suelos están "desgastados, rozados y con agujeros". Poco más de dos meses desde que el Museo del Prado abriera El pavimento se encuentra, según este rotativo gratuito, en peor estado en las zonas de mayor tránsito de visitantes como la entrada, los baños y la conexión del edificio de Rafael Moneo (el de los Jerónimos) con la zona antigua del museo (edificio Villanueva) a través de la Sala de las Musas.

El Prado ha reaccionado anunciando que sustituirá las losetas estropeadas. El museo asegura sin embargo que no existe "una urgencia inmediata" para arreglar estos desperfectos porque "no suponen peligro para el público" y no lo considera alarmante ya que la aparición de "coqueras era previsible" por las características de la piedra. Las mismas fuentes han señalado que el Museo del Prado tiene "el deber de conservar" el proyecto que, según recuerdan, fue ejecutado por el Ministerio de Cultura.

Con piedra de Colmenar

Las obras se llevarán a cabo poco a poco y en los momentos en que las salas de la pinacoteca no se encuentren abiertas a los visitantes. Las fuentes han explicado que tanto la piedra caliza de la localidad madrileña de Colmenar como la madera empleadas en los suelos de la ampliación, en las que se han detectado algunos desperfectos, fueron elegidas por los responsables del proyecto de ampliación, dirigido por el arquitecto Rafael Moneo.

ADN entrevista en su noticia a una profesora de Ciencias y Geología de la UNED, Dolores García del Amo, experta en Minerología y Cristalogía, que asegura que "la piedra de Colmenar no es el material idóneo para resistir la abrasión de las pisadas continuas porque es una roca muy porosa ni por su naturaleza minerológica calcárea lo que implica su baja resistencia al desgaste". El Prado achaca los problemas a que el suelo de las salas de la ampliación ha tenido que soportar en los meses pasados la entrada de maquinaria para realizar los trabajos para el acondicionamiento de los nuevos espacios.

Las obras de ampliación del Museo del Prado tuvieron una duración de cinco años y una inversión superior a los 152 millones de euros. Antes de la inauguración oficial de la ampliación, el público pudo conocer las nuevas salas del museo en unas jornadas de puertas abiertas celebradas todos los fines de semana desde el 28 de abril hasta el 1 de julio de 2007, que atrajeron a un total de 98.401 personas.

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