Los artistas latinos tocan el cielo

El prolongado idilio entre el mundo del arte y el dinero ha continuado esta semana durante las subastas de arte latinoamericano en Nueva York. Pese a que no corren buenos tiempos para los mercados financieros estadounidenses, su crisis no parece afectar al bolsillo de los coleccionistas, quienes tras una semana de inversiones históricas en el ámbito del arte contemporáneo, también han acudido a Christie's y Sotheby's a comprar arte latinoamericano por valor de casi treinta millones de euros.

Mientras clásicos como Siqueiros, Carlos Orozco o Leonora Carrington triunfaban en las subastas y superaban con creces sus precios anteriores, el arte vivo latinoamericano también demostraba su fuerza. Las esculturas de Fernando Botero superaban por primera vez en Christie's el millón de euros mientras artistas como Waltercio Caldas, Francis Acea o Maria Noel conseguían buenas cifras en Pinta, la primera feria de arte latinoamericano de Nueva York, que tras cinco días se cerró el martes con ventas modestas —unos cuatro millones de euros— si se comparan con otras grandes ferias internacionales pero decididamente potentes para los términos económicos del mercado de arte latinoamericano. "Teniendo en cuenta que es nuestro primer año, que somos una feria pequeña y que Nueva York no es un mercado fácil, creo que el resultado ha sido un éxito. Ya tenemos planes para ampliar el espacio el próximo año e invitar a más galerías", explicó a EL PAÍS Alejandro Zaia, presidente de una feria impulsada por Diego Costa, editor de la revista Arte al Día Internacional y de la feria Arteaméricas de Miami y Buenos Aires. "Hay un viento que favorece el momento para el despegue del arte latinoamericano. Con esta feria lo que hemos querido es abrir velas para poder aprovechar ese viento", asegura Costa.

Pese a que los organizadores de las ferias de arte suelen expresarse siempre con excesivo entusiasmo, lo cierto es que los galeristas que asistieron a Pinta, procedentes de paises como Argentina, México, Venezuela pero también desde Miami y Nueva York, donde el nicho para al arte procedente del resto del continente crece poco a poco, también hablaban desde la satisfacción.

Alfredo Ginocchio, de la galería mexicana homónima, y que apostó por un solo artista, Roberto Cortázar, considera que esta feria, "tan necesaria en una ciudad con tanta cultura latina como Nueva York" ha funcionado muy bien. "Hay mucha calidad aunque quizás debería haber más variedad ya que está demasiado enfocada a los clásicos latinoamericanos y falta más arte actual. Aún así yo he vendido un 40% de la obra, es un buen balance", afirma.

La galería argentina Appetite, que acaba de abrir sede en Nueva York, también se quejaba de la falta de arte joven latinoamericano. "Pero hemos conseguido que hasta el MOMA se interese por nosotros. A veces en las ferias lo importante no es vender sino los contactos que te llevas", declaraba la galerista Daniela Luna.

Desde su concepción, Pinta puso mucho énfasis en conseguir que grandes museos como el MOMA y el Museum of Fine Arts de Houston, que posee una de las mayores colecciones de arte latinoamericano de Estados Unidos, estuvieran presentes en la muestra mediante un programa de adquisiciones que ha superado con creces la inversión inicial de 25.000 dólares que les garantizaba la feria. "Además hemos lanzado un programa, el Pinta Research Fund, que otorgará becas de apoyo a los estudiantes de arte latinoamericano de la Universidad de Nueva York ya que los estudiantes de hoy son los comisarios y especialistas del mañana", subrayan desde Pinta.

De la basura al millón de euros

El rocambolesco viaje del cuadro Los tres personajes de Rufino Tamayo finalizó el martes en Sotheby's al subastarse por casi 700.000 euros.

Hace una semana se descubría que el cuadro de 1970, adquirido por una familia de Houston en 1977 y robado una década más tarde, había sido encontrado recientemente en la basura por Elisabeth Gibson, una neoyorquina que lo tuvo colgado en su casa hasta que descubrió su verdadera procedencia. Gibson se llevó los 10.000 euros que ofrecía la familia por su recuperación más un porcentaje desconocido sobre su venta. La obra fue adquirida por un coleccionista anónimo estadounidense.

Y entre los nombres que también hicieron historia esta semana en Christie's y Sotheby's hay que destacar el de David Alfaro Siqueiros, cuya obra Niño Tarahumara se vendió por 356.000 euros. Se trata de un cuadro descubierto recientemente y con cuya venta la cotización de Siqueiros ha subido en más de 100.000 euros desde su último récord, conseguido en 1989.

Un total de 32 artistas latinoamericanos batieron récords esta semana en Christie's y Sotheby's, tan modestos como los 12.000 euros que antes se pagaban por la obra de Rosángela Rennó, que ha llegado a los 14.800, o tan altos como el de Mujer fumando de Botero, que alcanzó los 1,1 millones de euros.