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Reportaje:

¿Cuál es su obra plástica europea favorita?

27 artistas de los Veintisiete eligen sus 27 obras emblemáticas y 'pasan' de Picasso

Pregunta: ¿Que tienen que ver entre sí la Arena de Verona, el Parterre del Sur en Versalles, "La infanta Margarita en traje azul" de Velázquez, la cueva de Chauvet o la escalera que Miguel Ángel diseñó para la Biblioteca Laurentina de Florencia? Respuesta: Que son para otros tantos creadores las obras más emblemáticas de la historia del arte europeo. En un experimento que dará que hablar, la feria Europalia, la bienal que hoy se inaugura en Bruselas, ha pedido a 27 artistas de los 27 Estados de la Unión Europea que respondieran a esa pregunta sobre su obra europea por antonomasia y ha obtenido 27 respuestas distintas. Los creadores se explican en su propia lengua y que el español Miquel Barceló lo haga en el habla de Mallorca supone que la lengua de Cervantes está ausente de Europalia 2007-2008.

Arquitectos, escritores, músicos, pintores, actores, cineastas... de toda la Unión contribuyen a un aspecto original de esta Europalia eligiendo, y explicando en cortas intervenciones en vídeo, la obra plástica europea que más ha impresionado a su sensibilidad creadora, la más emblemática de la historia del arte europeo. El ejercicio, titulado 27*27*27, cubre un tiempo tan extenso como la propia historia del continente, desde la cueva de Chauvet, decorada hace 30.000 años y elegida por Barceló, a obras de ahora mismo. Las propuestas de algunos hacen pensar que no están respondiendo exactamente a la pregunta planteada, pero la antología revela que la creación tiene raíces y que aquello que sentimos que nos refleja es lo que más nos llega: la mitad de los artistas escogen obras íntimamente ligadas a la historia, incluso reciente, de su propio país.

Los testimonios son variados, pero ninguno tan impresionante como el escuchar a un premio Nobel de Literatura confesarse incapaz de expresar con palabras la emoción en que le sumió una obra. Le ocurrió a José Saramago ante la escalera de la Biblioteca Laurentina concebida por Miguel Ángel. "Hay que verla para creer que la perfección absoluta existe", dice el novelista, víctima del síndrome que acometió a Stendhal en la próxima Basílica de Santa Cruz. "Es la primera y única vez que viendo una obra de arte sentí que mi cuerpo se estremecía. Es muy fuerte, muy fuerte, muy fuerte. No se cómo explicarlo. Me gustaría que alguien algún día fuera capaz de describir con palabras lo que yo pude sentir".

Miquel Barceló si se siente capaz de explicar su elección de la cueva de Chauvet, un fabuloso animalario pintado en el sur de Francia 20.000 años antes que los de Lascaux o Altamira. Oculto hasta mediados de la pasada década, "es el gran descubrimiento artístico de los últimos siglos", dice Barceló, para quien Chauvet salió de la mano de "un maestro absoluto que hace retratos de los leones y leonas que conocía como nosotros conocemos a nuestras novias". Es un "refinamiento que hace pensar en Pisanello y en el Renacimiento".

Saramago habla en portugués; el artista francés Daniel Buren defiende en la lengua de Molière su elección del Parterre Sur del jardín de Versalles; el escritor irlandés John Banville explica en inglés por qué lo suyo es "La Resurrección" de Piero della Francesca; la coreógrafa germana Sasha Waltz se recrea en alemán en el Templo de Pérgamo; la arquitecta italiana Gae Aulenti da a la lengua de Dante su parte en la presentación de los frescos de "La leyenda de la Vera Cruz", también de Piero della Francesca... De la nutrida paleta de lenguas oficiales de la Unión Europea, sólo el español está ausente porque Barceló habla en la variante mallorquina del catalán.

El retrato de "La infanta Margarita en traje azul" de Velázquez dejó pasmado de estudiante al poeta esloveno Tomas Salamun que aún lo recuerda ahora, en plena madurez, admirándose de "cómo puede cambiar una persona con el arte supremo". Según él, "Velázquez tiene toda la pintura, del pasado, del presente y del futuro". El de Sevilla es el único español elegido entre los genios de la plástica europea por los 27 artistas consultados por Europalia. Picasso queda fuera de ese museo imaginario.

Los caminos del Arte en Europa

La presente edición de Europalia rompe con la tradición de ser una muestra monográfica dedicada a múltiples aspectos de la creación de un país (Rusia hace dos años, Italia hace cuatro, la España que iba a entrar en la UE, en 1985) para convertirse en un paseo por Europa antes de que la idea de Europa como ente singular tomara cuerpo. También se quiere conmemorar de esta manera los 50 años del Tratado de Roma, del que nace la UE."El Taller de Europa", nombre oficial de la exposición de este año, tiene por subtítulo explicativo "Caminos del Arte en Europa (del siglo V al siglo XVIII)" y constituye un magno paseo por el mundo del arte continental desde la caída del Imperio Romano hasta justo antes de la llegada de la Ilustración, cuando la búsqueda itinerante de obras de arte y la creación de colecciones particulares da el relevo a los museos, como explica Roland Recht, feliz comisario de la exposición.La muestra esta dividida en 14 salas que recorren cronológicamente los trece siglos en cuestión del arte europeo. No hay en "El Taller de Europa" la magnas obras que cabe esperar cuando un país ofrece lo mejor de sí mismo al mundo (aunque no falten creaciones de Vitruvio, Jan van Eyck, Leonardo Da Vinci, Durero, Rubens o El Greco), pero las más de 300 piezas procedentes de centenar y medio de colecciones constituyen una riquísima, y a ratos emotiva, colección de gemas. Desde el Salterio de Utrecht, una de las obras maestras de esta Europalia, a la contraposición de los dos modos de descubrir las perspectiva (la linear italiana, de la mano de Ghirlandaio, y la atmosférica de Jan Van Eyck), la exposición está llena de sorpresas, entre ellas "El concierto de los ángeles" que dejó inacabado un El Greco alcanzado por la muerte.España contribuye a "El Taller de Europa" con obras procedentes de los museos del Prado, Arqueológico Nacional, de América y de Bellas Artes de Bilbao, junto a piezas aportadas por la Biblioteca Nacional, la Fundación Lázaro Galdiano y el Instituto Valencia de Don Juan. Europalia estará abierta en el Bozar de Bruselas hasta el 20 de enero de 2008.

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