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Los '300' espartanos de Frank Miller arrasan la taquilla de EE UU

La cinta, que recrea la batalla de las Termópilas en 480 a.C., recauda 70 millones de dólares el fin de semana de su estreno

Las tres centenas de soldados espartanos que resisten como jabatos en el paso de las Termópilas ante el avance de las huestes persas, en 300, de Zack Snyder, han arrasado la taquilla estadounidense, con una recaudación de 70 millones de dólares (53 millones de euros) en el fin de semana del estreno, y han conseguido revitalizar de golpe la atracción por el género del peplum.

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La cinta, que adapta el cómic homónimo del dibujante y guionista estadounidense Frank Miller, ha ingresado más que el resto de las diez películas más taquilleras juntas. Y seguramente superará sin problemas la recaudación de otras dos grandes recreaciones épicas como Troya, de Wolfgang Petersen, que consiguió 133 millones de dólares (100 millones de euros) en EEUU, sobre un presupuesto de más de 180 millones de dólares (136 millones de euros), y Alexander, de Oliver Stone, con 34 millones de dólares (25 millones de euros) sobre un presupuesto de 150 millones (113 millones de euros). La cinta se estrena en España el 23 de marzo.

"Los peplums no van a volver a ser lo mismo, esperemos, después de lo que hemos hecho con ellos", ha declarado Snyder a la revista Premiere. El cineasta quiere colocarse así junto a Ridley Scott, que con su Gladiator rescató el género y lo sentó en el trono de los taquillazos. La hazaña de Snyder tiene más mérito si se tiene en cuenta que ha contado con un reparto de actores prácticamente desconocidos, como Gerard Butler (Leónidas), Lena Headey (Reina Gorgo) y Dominic West (Theron).

Snyder (Amanecer de los muertos) se ha centrado en detallar la carnicería de los combates cuerpo a cuerpo, con desmembramientos y huesos triturados, en medio de destellos de oro bruñido y charcos de sangre, bajo un cielo tenebroso. Los enfrentamientos están regidos por una coreografía de videojuego en la que los espartanos saltan y trazan piruetas en el aire a cámara lenta antes de hundir la espada en el enemigo persa, embozado de negro y oculto tras máscaras metálicas de mueca expresionista. El resultado es una combinación de la velocidad narrativa de The Matrix y la textura satinada e irreal de Sin City, de Robert Rodríguez, que, por cierto, es otra adaptación de un cómic de Miller. El trailer se puede ver en YouTube desde hace meses.

Más cerca del videojuego que de la fidelidad histórica

El largometraje recrea de manera libérrima y con bastante despreocupación por la fidelidad histórica la batalla del paso de las Termópilas, un corredor costero junto al golfo de Malis, acaecida en el 480 a.C. Los libros de historia sostienen que Leónidas, rey espartano, lideró una coalición de ciudades-estado griegas para enfrentarse al irrefrenable ejército persa.

Ante la desproporción numérica (7.000 helenos contra 120.000 persas), Leónidas decidió que la retirada era la mejor opción, pero para que fuese viable alguien debía retener a las huestes del monarca Jerjes para asegurar la huida. Llamó a sus trescientos mejores hombres y junto a varios centenares de voluntarios griegos se atrincheraron en un paso cuyo nombre aún resuena 2.500 años después: las Termópilas.

El enfrentamiento, prácticamente un suicidio, consiguió retener a los persas el tiempo suficiente para que la flota griega se rearmara. En la batalla de Salamina, poco después, Atenas aplastó a la marina de Jerjes, cambió el curso de la guerra y de paso evitó que la superpotencia asiática comenzara la invasión de Europa.

Snyder ha advertido desde el principio de que su intención es ofrecer una película entretenida antes que una recreación histórica. "He querido hacer una película para mí. Siempre que veo una película como ésta me parece que todo acaba cuando se pone interesante. Siempre quiero un poco más que no me dan. Quiero subir un poco el volumen y que digas: '¡Qué es eso! ¡Estás alucinando! ¡Eso no lo hicieron de verdad!'. Incluso en las escenas de sexo; no es porno, pero está al límite".

La cinta se inspira en el cómic de uno de los dibujantes más revolucionarios de este arte, Frank Miller, autor de la refundación de Batman en la miniserie Dark Knight, en la que un hombre murciélago retirado y cincuentón vuelve para ajustar cuentas con los malos de Gotham City. Miller también es responsable de la revitalización de Daredevil, el hombre sin miedo, y a la ninja griega Elektra, en sendas miniseries de la editorial Marvel, y es el creador de la colección neo-noir Sin City

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