'Pequeña Miss Sunshine' da la sorpresa en los premios del Sindicato de Productores

La comedia agridulce Pequeña Miss Sunshine ha sido la ganadora sorpresa en los influyentes premios del Sindicato de Productores de Estados Unidos, entregados la pasada madrugada en Hollywood, a tan sólo tres días de que se anuncien las candidaturas a los Oscar. La cinta, opera prima de los especialistas en videoclips Jonathan Dayton y Valerie Faris, ha sido considerada la mejor película del año y eso que competía con grandes favoritas como el drama multicultural Babel, el thriller Infiltrados, el musical Dreamgirls y el filme sobre el caso Lady Di La reina.

Precisamente estos filmes a los que se ha impuesto Pequeña Miss Sunshine, sobre todo Babel e Infiltrados, son los grandes candidatos en todas las quinielas de cara a las nominaciones a los Oscars, que se conocerán el próximo martes, aunque haber logrado este galardón coloca a la película independiente varios peldaños más arriba en la carrera. Fresca, divertida, crítica y profundamente dolorosa, Pequeña Miss Sunshine, protagonizada por Greg Kinnear, Steve Carell y Toni Collette, embarca a una familia en un loco viaje en una destartalada furgoneta rumbo un concurso de belleza para niñas en California.

El filme independiente, el más aplaudido en el pasado Festival de Sundance, es una crítica a los valores tradicionales americanos sin caer en el cinismo fácil, una aventura coral en contraposición con el individualismo de los winners y loosers (vencedores y vencidos) a la americana, en el que toda opción de éxito depende de uno mismo, de la capacidad de esforzarse y salir adelante contando sólo con las propias fuerzas.

Muchas posibilidades en guión

"En el mundo hay dos tipos de personas: los ganadores y los perdedores", proclama el padre de familia, un profesor que fracasa en su intento de convertirse en gurú de los libros de autoayuda y que machaca al resto de la familia repitiendo una y otra vez las reglas de oro de su método hacia el éxito. Junto a él, una abnegada esposa trabajadora y adicta a la comida basura, un hijo adolescente obsesionado con la obra de Nietzsche que ha dejado de hablar y que sueña con ser piloto, un padre jubilado, cocainómano y defensor de la vida hedonista, un cuñado gay con mal de amores que es el mayor experto de EE UU en Marcel Proust y una cría obsesionada con las lentejuelas de los concursos infantiles.

Las desternillantes escenas del filme protagonizadas por la pequeña excéntrica se combinan con la amargura que aportan, y a grandes dosis, los adultos: intento de suicido, muerte, drogas... Aunque este producto hecho fuera del sistema de estudios de Hollywood, que costó ocho millones de dólares y recaudó 60 sólo en EE UU, fue un éxito de crítica y también comercial gracias al boca-oído, las comedias por lo general no tienen mucho apoyo entre los votantes de los Oscar, que prefieren temas más serios. Muchos críticos apuestan por que logre, eso sí, la candidatura en el apartado de guión, escrito por el también novel Michael Arndt.

El Sindicato de Productores es una buena bola de cristal, ya que acertó en 11 ocasiones quien ganaría el Oscar a la mejor película en sus 17 años de andadura, pero falló en las últimas dos ocasiones. Así, en 2006, los productores optaron por Brokeback Mountain pero la Academia se decantó por Crash y en 2005 dieron el premio a El aviador, que cayó frente a Million Dollar Baby en la noche de los Oscars. El martes se sabrá el veredicto de boca del presidente de la Academia, Sid Ganis, y de la actriz mexicana Salma Hayek, que leerán los nombres de los elegidos en 14 categorías, mientras que el resto hasta un total de 24 estatuillas se difundirán en un comunicado. La 79ª entrega de los Oscars tendrá lugar el 25 de febrero.