Los artistas apuestan por la educación para terminar con la tolerancia hacia la pirateria

El Senado ha dado hoy su respaldo solidario a la lucha contra la piratería que lleva a cabo el mundo de la cultura en defensa de sus derechos. El presidente de la Cámara Alta, el socialista Javier Rojo, ha participado junto a representantes del mundo de la música, la literatura, el cine y la televisión en una jornada de sensibilización en la que se ha apostado por una educación en valores para acabar con "el alarmante índice de tolerancia social" y simpatía hacia esa práctica ilegal.

La presidenta de la Mesa Antipiratería, Pilar Bardem, ha presidido el debate al que, entre otros, han asistido artistas de distintos ámbitos como Ouka Lele, Víctor Manuel, Javier Cámara, Caco Senante, Fernando Chinarro, Xavier Elorriaga o María Asunción Balaguer (viuda de Paco Rabal), hasta sumar más de 50 personalidades.

Javier Rojo ha sido el encargado de clausurar el encuentro, que, según ha dicho, es una contribución "modesta" para combatir el gravísimo ataque que la piratería supone para la creatividad intelectual. Es "un ataque devastador para nuestro patrimonio cultural común, presente y futuro", ha resumido Rojo antes de apostar por que el Parlamento sea "un motor para que todas las instituciones y sectores se pongan en marcha" en "una batalla estratégica que no nos podemos permitir perder".

Rojo ha puesto sobre la mesa las magnitudes del "fraude", que, según ha señalado, alcanza entre 1.200 y 1.400 millones de euros que se sustraen a los legítimos propietarios. Asimismo, la cuota de mercado musical acaparada por los defraudadores se eleva al 40%, mientras que el software (programas informáticos) que no paga derechos de autor se sitúa alrededor del 50%.

"Tolerancia social"

El resultado de todo ello supone que del mercado ilegal han salido el pasado año entre 7 y 9 millones de compactos ilegales de películas y videojuegos y cerca de 20 millones de libros, fotocopiados; "una situación intolerable que atenta a los propios fundamentos que hacen posible la creatividad y que permiten aflorar nuevos recursos culturales", ha subrayado. Para hacer frente a este problema, ha asegurado que la primera medida es la educación y acabar con "el alarmante índice de tolerancia social" frente a estas prácticas y delitos. "Todas las medidas serán importantes, pero el primer paso en la lucha contra la piratería es la educación", ha concluido.

En nombre de la Asociación Gremial de Escitores Juan Mollá ha defendido el derecho del autor a ser reconocido como tal, que se vea respetada la integridad de su obra y que ésta no sea reproducida ilegalmente. Al igual que Rojo, ha incidido en la necesidad de educar a la sociedad, porque "sólo mediante la educación se puede conseguir que la gente respete el arte en sus distintas formas". En la misma línea, la cantante de Presuntos Implicados, Soledad Giménez, ha expresado la preocupación del colectivo "por el terrible daño" que inflige la piratería a la música, la cultura y la sociedad en general, una realidad, ha aseverado, en la que la sociedad al completo es "cómplice de este delito". "El panorama resulta desolador", ha continuado, "y la solución pasa por la legislación, la información y la educación, tres pilares que deben ser la base para defender al creador y a su obra dentro y fuera de Internet".

El poeta Luis García Montero ha destacado que comprar un libro o un disco "significa asegurar la independencia del creador". "Si no puedo vivir de mi trabajo en soledad tendré que humillarme a ser simpático con los gobiernos y promotores culturales para que me inviten a conferencias", ha lamentado. El novelista Lorenzo Silva, por su parte, ha dicho con rotundidad que "quitarle a alguien el fruto de su trabajo es siempre delictivo". La solución, según este escritor de novela negra pasa por "incentivar medidas para los que de verdad no tienen recursos" accedan a la cultura, como un aumento de las bibliotecas y de sus fondos.

En definitiva, los creadores creen que "la sociedad sigue sin ser consciente del daño que ocasiona la falta de respeto" a los derechos de autor, unos daños que "son gravísimos para la industria cultural" y que pueden provocar "el desmantelamiento de un sector que genera riqueza y empleo para muchos ciudadanos", según ha subrayado Pilar Bardem.