Cine para el alma rota de Manhattan
El Festival de Tribeca, impulsado por Robert de Niro tras el 11-S, abre su cuarta edición
Nació con el objetivo de revitalizar el bajo Manhattan, un barrio con "el alma rota" tras los atentados del 11 de septiembre, y en sólo cuatro años se ha convertido en una desordenada y divertida muestra de cine del más variopinto: 250 películas de 44 países diferentes en 11 días.
"Historias contadas por personas que no necesariamente están dentro de la industria para gente a la que le gustan las películas", reza el programa, que efectivamente incluye cintas comerciales e independientes. La edición de este año se abre hoy con The Interpreter, último proyecto de Sydney Pollack, y cuenta con una sóla aportación española: el documental El cielo gira, de Mercedes Álvarez.
Los atentados del 11 de septiembre apagaron en cierto modo la alegría de Nueva York. Pero también estimularon su vida cultural. Al igual que otros muchos artistas, Robert de Niro y Martín Scorsese sintieron el compromiso con su ciudad e hicieron lo que saben hacer: cine. Sólo que en forma de muestra. Y le imprimieron su sello; por algo formaron parte de la generación que se rebeló contra la industria de Hollywood para gozar de más libertad artística. Ahora, cuatro años después, Tribeca Film Festival, ha exhibido cerca de 600 cintas de todo el mundo, recibido un millón de visitantes e insuflado 150 millones de dólares a la economía del barrio.
Y, efectivamente, en su programación están presentes desde la creatividad de los adolescentes del barrio, que han filmado cortometrajes para el evento, hasta algunas de las películas independientes más importantes del año. 2046 del cineasta de Hong Kong Won Kar-Wai, o 9 songs, del británico Michael Winterbottom, sobre las relaciones sexuales de una pareja, son algunas de ellas.
El cine español estará representado por El cielo gira, un documental de la directora navarra Mercedes Álvarez, ganador de diversos premios en el Festival de Rótterdam y en el Festival de París Cinéma du réel 2005. La cinta narra la historia de Aldeaseñor, un pueblo soriano de 14 habitantes donde Mercedes fue la última en nacer. Álvarez establece un paralelismo entre la situación del municipio, cuya esencia se diluye y desaparece, y la realidad del pintor pamplonica Pello Azketa, que se va quedando ciego por una enfermedad.
Más información en: www.tribecafilmfestival.org
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