Tiempos nuevos, tiempos salvajes
Texas, ese grupo escocés surgido a finales de los 80 y que casi tuvo en España una segunda residencia, volvió a tocar en directo por tierras madrileñas. Daba la sensación de que Sharleen Spiteri y sus compañeros de viaje se hubieran olvidado de los días de gloria y las noches de juerga y desenfreno que pasaron por estas latitudes. Pero en realidad no fue culpa de ellos (o sí) que sus más recientes giras no pasaran por la piel de toro. Texas tiene especial predilección por nuestro país y sus componentes lo han demostrado en más de una ocasión.
Ayer (27 de octubre) en Madrid se produjo el reencuentro entre los amantes: el público y el grupo. La sala Aqualung acogió un recital único (y gratuito, algo que no sucedía desde hacía algo más de un lustro) en el que la banda de Glasgow desgranó algunas de las mejores canciones de su nuevo disco Careful what you wish for, el sexto de estudio; el séptimo si contamos el retrospectivo de 2000. Sharleen estaba pletórica y su público -formado por una gran legión de incondicionales, entre los que había algún que otro neófito- respondió, como siempre ha hecho.
Texas, que en los últimos años ha experimentado y ahondado en los sonidos más negros de la música popular, ha vuelto a encontrar el camino con el que se inició en la música en 1989: el rock. Ahora su música se asemeja mucho más a la de sus tres primeros discos. Incluso parece que sus canciones regresen en el tiempo y se instalen cómodamente en la época de la new wave británica. Así de guitarrero y contundente comenzó el concierto, con Telephone X, el tema con el que se abre su nuevo disco y que parece salido del catálogo de Blondie.
Durante los algo más de 70 minutos que duró el concierto, Sharleen, Johnny, Ally, Eddie, Tony y el nuevo baterista Neil Payne, repasaron algunas de las composiciones más laureadas de los últimos seis años, pero se olvidaron de las que forman parte de Southside (1989), Mothers Heaven (1991) y Rick's Road (1993), sus tres primeros trabajos. Entre las nuevas cabe destacar la enérgica Broken, la madonniana And I dream, la añeja y motowniana Careful what you wish for, y la balada I'll see it through, que bien podría estar firmada por el compositor estadounidense Burt Bacharach.
Sharleen jaleó, provocó, mimó y amó a sus parroquianos y éstos le correspondieron con vítores de "guapa" y "torera", vocablos que conoce a la perfección y que aprovecha al máximo. Temas como Inner smile, Halo, In our lifetime, Summer son y Black eyed boy, auténticos himnos del grupo en los ultimos años, se encargaron de hacer el resto, de recordar que Texas es, probablemente, el grupo escocés de mayor éxito después de Simple Minds.
Corren buenos tiempos para el rock and roll y los vientos del norte nos traen grupos que en esencia son rockeros, aunque en los últimos años no lo hayan demostrado demasiado. Texas pasó página con el álbum The greatest hits (2000) y ahora quiere recuperar ese aspecto rebelde (véase la nueva imagen de Sharleen, a lo Chrissie Hynde) que poseía su música en su génesis. Ahora ya no juega a ser Diana Ross ni a resucitar a Marvin Gaye. El sexteto escocés evoluciona. Spiteri se vuelve más diva (aunque no quiera aparentarlo) y convive con estilos que le van como anillo al dedo, aunque sean, sólo en apariencia, más salvajes.
Babelia
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