Una multitud de corredores participa en un séptimo encierro rápido y limpio
Dos corredores resultan heridos leves durante la penúltima carrera de las fiestas
Pamplona vive hoy su octavo día de fiesta, la recta final de las fiestas de San Fermín 2002, que coincide con fin de semana. El séptimo y penúltimo encierro de los Sanfermines, corrido por toros de Torrestrella, ha resultado rápido y limpio pese a la fama de peligrosa que precede a esta ganadería gaditana y a la multitud de corredores que se han dado cita en el segundo fin de semana de las fiestas. Sólo dos corredores han resultado heridos leves.
El primero de los dos heridos es un estadounidense de 28 años, que ha sido trasladado al Hospital de Navarra con un traumatismo craneal al caerse del vallado en el tramo de Telefónica. El otro herido es un británico de 29 años con una luxación en un dedo.
Bajo un cielo encapotado con una fresca temperatura ha sonado el cohete que anunciaba a las 8.00 horas la salida de los bureles de los corrales de Santo Domingo, que han abandonado con los mansos en cabeza y la manada agrupada tras ellos durante la mayor parte de la cuesta, donde se han podido contemplar carreras limpias.
Al final de este tramo el encierro ha tomado velocidad y un corredor ha sido arrollado, pasando sobre él parte de la manada, que ya en el acceso a la plaza del Ayuntamiento encabezaban tres de los astados.
Este tramo, al igual que la calle Mercaderes, no ha registrado incidencias salvo las habituales caídas de mozos y toros por el exceso de corredores y la humedad que todavía había el suelo después de la limpieza que cada día se hace minutos antes del encierro.
Resbalón en Estafeta
La curva de la Estafeta ha sido tomada por una manada bastante unida, de la que tan sólo dos de los bravos han pegado contra el vallado ciego sin llegar a perder las manos, aunque a partir de este punto los torrestrella se han estirado, lo que ha permitido que los corredores se intercalaran entre las astas.
Con dos toros en cabeza, otros dos acompañados por los mansos y los dos restantes cerrando el grupo, la manada ha recorrido gran parte de la calle Estafeta, en cuyos últimos metros uno de los primeros astados ha resbalado, ha caído al suelo y ha creado algunos momentos de peligro hasta que los mozos han logrado reconducirlo.
El tramo de Telefónica se ha saldado con carreras limpias y una manada estirada que ha atravesado por el centro del recorrido, sin prestar atención a los corredores. Apenas se habían superado los dos minutos desde el comienzo de la carrera cuando cinco de los seis torrestrella estaban ya en la plaza de toros, aunque el encierro todavía se ha prolongado un minuto más al pararse el último de los astados, que ha retrocedido sobre sus pasos, ha arremetido contra el vallado en Telefónica con peligro de uno de los mozos.
Finalmente, ha sido reconducido a punta de periódico hacia el coso, en una labor en la que también ha colaborado un agente de la Policía Foral. Ya en la plaza, con el resto de sus hermanos en chiqueros, y pese al despiste inicial del astado, los dobladores han logrado guiarlo con sus capotes hasta los corralillos.
Babelia
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