Todas las pinturas robadas a Esther Koplowitz eran Bienes de Interés Cultural

Estas catalogaciones, según Borja Puig de la Bellacasa, portavoz de esta consultora, afianzan una de las hipótesis que se han barajado como móviles del robo, que haya sido un encargo por parte de otro coleccionista. Otra de las hipótesis barajadas especulaba con que se pudiera exigir un elevado rescate ante la imposibilidad de colocar en el mercado la valiosa colección.

Según De la Bellacasa, estos cuadros, al estar tan documentados, "desde el punto de vista de la transmisión al mercado de arte, jamás podrán tener salida alguna por ningún procedimiento público ni legal".

También comparte esta opinión el director del Museo del Prado, Fernando Checa, que ha declarado hoy que las obras robadas "no pueden salir fácilmente de España y no pueden ser vendidas ni dentro ni fuera de nuestro país, porque son obras absolutamente conocidas y célebres, que no tienen ninguna salida en el mercado".

Las descripciones "Bien de Interés Cultural (BIC)" o el pertenecer al "Inventario General" -que a efectos jurídico-legales son los mismos- proporcionan al objeto artístico la calificación de "bien máximo del Patrimonio artístico" lo que, a su vez, conlleva el que sea un bien inexportable sobre el que el Estado posee el derecho de retracto y el de comprador preferente.

El coleccionista privado poseedor de una de estas piezas, como es el caso de Esther Koplowitz, tendría a su vez la obligación de prestarlo para determinadas exposiciones y de gozar de ventajas fiscales para su conservación, según ha explicado Puig de la Bellecasa, técnico del Ministerio de Cultura durante la elaboración de la ley de protección del Patrimonio Histórico Cultural.

De hecho, los Goyas sustraídos, El Columpio y La caída del burro, ambas obras "BIC", han sido cedidas en numerosas ocasiones para retrospectivas del pintor aragonés tanto fuera como dentro de España, así como también el lienzo Paisage á Eragny, de Pissarro, en varias ocasiones requerido por Francia.

"Las piezas son tan importantes que no sólo aparecen en las catalogaciones de nuestro patrimonio sino que se recogen en cualquiera de los estudios que sobre las obras de Sorolla, Goya, Pisarro, Camarasa o Gris han hecho sus mejores y peores expertos", ha explicado el portavoz.

"Burdo sistema de seguridad"

Por el momento, la investigación del robo se centra en la elaboración de una lista con la relación de las personas que durante el último mes acudieron al inmueble de Esther Koplowitz, ubicado en el Paseo de la Habana, en Madrid, entre las que constarán los operarios que llevaron a cabo la reforma de uno de los pisos del edificio, según han informado fuentes de la investigación.

Además, la Policía española dispone de fotografías y de toda la documentación relativa a las obras sustraídas, información que ya ha trasladado a la Interpol que persigue el tráfico de estas obras, para que cualquiera que desee adquirirla sepa que provienen de un robo.

El conservador jefe de Pintura Flamenca y Holandesa del Museo del Prado, Matías Díaz Padrón, considera que la protección de los cuadros de la casa de Esther Koplowitz ha sido "descuidada" y ha calificado de "burdo" el sistema de seguridad contratado para un inmueble con obras de "esta naturaleza".

En opinión de este conservador del Prado, este suceso se podría haber evitado si se hubieran "utilizado medios de seguridad que contactasen con la policía al tocar el cuadro u otros dispositivos similares, e incluso asegurar cada cuadro individualmente con un dispositivo silencioso o una célula que permitiese su localización.

El suceso tuvo lugar ayer sobre las 4.00 horas, cuando la empresaria no se encontraba en su domicilio. En la acción intervinieron, al menos, tres hombres que tenían "muy preparado" el robo, ya que, al parecer, contaban con "información previa".

Esther Koplowitz, marquesa de la Casa Peñalver y de Cárdenas de Monte Hermoso, es la mayor accionista de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), el principal grupo constructor español. Está considerada una de las mujeres más ricas del mundo con una fortuna que supera los 200.000 millones de pesetas.