El jazz y el flamenco se hermanan en la clausura del certamen de Vitoria

Las miles de personas que abarrotaron anoche el pabellón de Mendizorroza, más lleno que ningún otro día, disfrutaron visiblemente con la genial fusión entre la inspiración latina de Corea y el arrebatador flamenco de Paco de Lucía Septeto.

Paco de Lucía salió a escena solo, en un ambiente intimista, sin grandes alardes, e interpretó un sentido homenaje a su amigo Camarón en el que desgarró su guitarra como sólo él puede hacerlo.

Los otros siete integrantes del grupo se fueron uniendo al maestro y lograron arrancar el alma a sus respectivos instrumentos (dos guitarras clásicas, una eléctrica, una flauta travesera y la percusión) así como envolver con sus palmas las notas de las composiciones.

El bailaor Joaquim Grillo completó el cuadro flamenco con su fuerza, vigor y expresividad, que hicieron cómplice al público de su profundo sentimiento al interpretar las melodías.

Un piano con 'duende'

El duende del flamenco invitó a su fiesta a Chick Corea, que unió magistralmente las notas que emanaban de su piano a los músicos que decidieron quedarse en el escenario. Su piano se volvió gitano y dialogó así, con una estrecha complicidad, con la guitarra de Paco de Lucía.

A la última composición de la noche, una mezcla de distintas creaciones entre las que destacó El concierto de Aranjuez, se unió el contrabajo de Avishai Cohen, integrante del trío liderado por Corea.

The Chick Corea New Trio, completado por el batería Jeff Ballard, inauguró la velada en Mendizorroza con un rítmico jazz salpicado de diferentes estilos, sobre todo flamenco, que culminó con la participación del público.

Corea logró que los asistentes se rindiesen a las notas de su piano al conseguir que cantasen y batiesen palmas al ritmo de una composición improvisada a tal efecto.