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Primera foto a un lince en Madrid: un conductor retrata a un ejemplar en una carretera

El felino, un juvenil de aproximadamente un año, puede proceder de la población reintroducida en los montes de Toledo

Dos imágenes del lince visto en Sevilla La Nueva (Madrid) el domingo.Foto: Manuel Gallego | Vídeo: EPV
Esther Sánchez

Por primera vez se ha conseguido fotografiar a un lince en la Comunidad de Madrid. Las imágenes las tomó un conductor del municipio madrileño de Sevilla La Nueva, situado al suroeste de la capital, el pasado domingo. Regresaba a 21.30 horas a su casa en coche con su mujer, cuando, de repente, un lince cruzó por delante del vehículo en el que viajaban, a unos 50 metros de distancia. El animal no escapó y se detuvo en la cuneta. “Paramos el coche, lo arrimamos al borde de la carretera, y allí estaba, tan tranquilo, mientras que nosotros no dábamos crédito; yo sigo abrumado cuando pienso en ello”, describe Manuel Gallego. El felino los contempló durante unos dos o tres minutos, en los que ni siquiera acertaron a tomar un vídeo en condiciones “por los nervios”.

Desde el coche observaron como el lince, “alto, finito y un poco destartalado [por ser un ejemplar joven]”, se alejaba en dirección contraria. “Pasó a un metro de la puerta del copiloto y clavó la mirada en mi mujer, fue muy emocionante”, añade. Finalmente, el animal rodeó el vehículo por la parte de atrás, y enfiló hacia el campo, metiéndose entre las matas con un par de saltos. La zona, situada a 40 minutos del centro de Madrid en coche, es idónea para acoger a los linces, tranquila, con fincas en buen estado de conservación, espacios protegidos y población abundante de conejo, base de la alimentación del felino.

Tanta fue la sorpresa, que Manuel Gallego, a pesar de ser “plenamente consciente” de que era un lince, consultó con expertos “por si acaso” se le había escapado algo. “No nos lo podíamos creer”, se excusa. La buena suerte los acompañó en todo momento, porque circulaban cerca de una zona residencial a poca velocidad, unos 50 kilómetros por hora, y no hubo riesgo de atropello, la principal causa de muerte de la especie en libertad.

El ejemplar puede provenir de la vecina Castilla-La Mancha, de la población de los Montes de Toledo, uno de los casos más exitosos en la recuperación del lince. El crecimiento de la especie ―que continúa en peligro de extinción― propicia que cada vez haya más avistamiento de linces. El último censo eleva a 1.668 ―1.105 adultos o subadultos (entre uno y dos años) y 563 cachorros― el número de ejemplares en libertad en 2022, con 300 individuos más que el año anterior.

Gallego ha vivido entre Villaviciosa y Sevilla La Nueva “toda la vida”, es cazador y está acostumbrado al campo y a ver a todo tipo de animales, pero esta experiencia le ha impactado. “Los cazadores tenemos muy mala fama, pero yo me considero conservacionista y pienso que tener linces es un privilegio y verlos crecer aquí sería maravilloso”, explica. Quizá se consiga, pero primero es necesario que se establezca algún individuo y, hasta el momento, se ha conocido el paso de algún ejemplar, pero de forma fugaz. Isabel Díaz Ayuso anunció en el debate de la región de 2022 la puesta en marcha de un plan de recuperación de la especie. De momento, se han estudiado dos áreas de reintroducción: la zona del monte del Pardo, en el parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares, y las cuencas de los ríos Alberche y Cofío. En este último entorno es donde apareció el lince el domingo.

Luis del Olmo, director general de Biodiversidad y Recursos Naturales de la Comunidad de Madrid, indica que esta noticia corrobora su opinión de que “el lince va a entrar en Madrid por su propia evolución natural y, fundamentalmente, desde Castilla-La Mancha, por lo que tenemos que estar preparados para ello”. Los técnicos están buscando indicios de la presencia del ejemplar en el campo, como excrementos y huellas. De momento, no saben si ha vuelto a salir o se ha quedado en la región. “Madrid tiene buenas condiciones para acoger a la especie del suroeste al sureste, un hábitat adecuado y alimentación suficiente”, concreta Del Olmo.

Por la zona del Monte del Pardo están mejorando el hábitat y “si se dieran las condiciones ahí cabría introducir ejemplares, porque es más complicado que lleguen, pero si se asienta en el sur tendríamos mucho ganado”.

Alejandro Sánchez, diputado regional de Más Madrid-Verdes Equo, considera que el plan va con retraso. “Yo lo propuse hace años, pero cayó en saco roto, por eso cuando oí la propuesta de Ayuso, pensé: ‘Mira que bien’, pero seguimos igual”. En su opinión, la aparición de los ejemplares por la zona exige medidas inmediatas, como, por ejemplo, situar carteles en las carreteras para que los conductores sepan que deben circular con precaución, concreta. A Del Olmo le parece que es una medida un tanto precipitada ante una cita puntual: “Si supiéramos que están pasando por una zona o que se han establecido, por supuesto, se plantearía”.

No es la primera ocasión en la que algún lince pisa territorio madrileño. En marzo de 2015, se produjo la primera incursión documentada, en esa ocasión por el sureste, por Aranjuez. Tras más de 40 años de ausencia de la especie, Kentaro, uno de los ocho ejemplares liberados en los montes de Toledo el 26 de noviembre del mismo año con GPS, llegó a Aranjuez el 12 de febrero y estuvo entrando y saliendo de la región. Kentaro, continuó su marcha y recorrió media península, sin encontrar su lugar en el mundo: tras recorrer 3.000 kilómetros, murió atropellado en octubre de 2016 cerca de Oporto, en Portugal.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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