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Castilla-La Mancha celebra que se “destierre” el cementerio nuclear único y el PP lo considera una “tragedia”

Extremadura, que apoyaba un solo almacén radioactivo, cree ahora que la “alternativa factible” es la que plantea el ministerio: que cada una de las siete instalaciones se quede con sus residuos

Terrenos de Villar de Cañas (Cuenca) donde estaba previsto que se levantara el almacén nuclear.
Terrenos de Villar de Cañas (Cuenca) donde estaba previsto que se levantara el almacén nuclear.BERNARDO PÉREZ
Manuel Planelles

El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, ha celebrado este miércoles que el Gobierno central haya desechado la idea de construir un almacén temporal centralizado (conocido por las siglas ATC). “Hemos conseguido definitivamente desterrar el cementerio nuclear”, ha dicho en referencia al silo que estaba proyectado en la localidad conquense de Villar de Cañas. En 2011, una de las primeras decisiones ejecutivas que tomó Mariano Rajoy (PP) al llegar a La Moncloa fue elegir la localidad de Villar de Cañas para levantar ese silo. Que entonces gobernara Castilla-La Mancha su compañera María Dolores de Cospedal fue clave para que finalmente se designara ese emplazamiento entre los cuatro que quedaron finalistas. Comenzó su tramitación el proyecto y surgieron dudas sobre la idoneidad de los terrenos. Y cuando el PSOE volvió a gobernar Castilla-La Mancha, emprendió una guerra contra el proyecto. De ahí que García-Page haya celebrado que el Gobierno descarte la construcción del ATC, que debía servir para guardar los residuos radiactivos de alta actividad de todas las centrales del país en un único emplazamiento.

Con una sola frase el Ministerio para la Transición Ecológica resuelve este culebrón nuclear que lleva abierto desde hace dos décadas: “Se han puesto de manifiesto las dificultades que se plantean para lograr el necesario grado de consenso social, político e institucional para la construcción de una instalación de esta naturaleza, por lo que se considera inviable disponer de un ATC”. Esta frase aparece en el proyecto de plan general de residuos radiactivos del Gobierno adelantado por EL PAÍS este martes, que entierra la idea del ATC. Esto implica que cada una de las siete centrales nucleares existentes en España ahora tendrán que quedarse con sus propios residuos radiactivos. Es decir, España contará con siete cementerios nucleares y no con uno centralizado.

En estos momentos, hay cinco centrales en activo: una en la Comunidad Valenciana, otra en Extremadura, dos en Cataluña y una más en Castilla-La Mancha. En esta última comunidad hay además una instalación en proceso de desmantelamiento y en Castilla y León existe otra instalación en situación de cese definitivo de su actividad. Como no se va a construir un silo centralizado, cada una deberá quedarse con sus residuos cuando se desmantelen durante al menos las próximas cinco décadas. A partir de 2076, el plan de residuos del Gobierno contempla que esté en operación un almacén geológico profundo, algo que todavía no es más que un proyecto para el que no hay emplazamiento.

Mientras García-Page celebraba este miércoles la decisión, el presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, ha criticado el “ecologismo radical” del PSOE y ha considerado “una tragedia y una desgracia” que se entierre la idea de construir el ATC en Villar de Cañas. En la misma línea, el diputado nacional del PP Guillermo Mariscal ha dejado claro que la apuesta de su partido es por seguir adelante con la instalación del municipio conquense, en el que ya se han gastado unos 90 millones de euros. “Es más eficiente económicamente un solo emplazamiento que siete”, ha resumido Mariscal, quien ha recordado que este proyecto empezó a rodar con el PSOE en el Gobierno central.

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Aunque la ubicación definitiva la aprobó el PP en 2011, la idea de contar con un solo almacén para todos los residuos la impulsó el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero cuando aprobó el anterior plan general de residuos radiactivos, en 2006. Su Ejecutivo fue el que abrió el proceso para elegir la ubicación, al que se presentaron varios municipios del país de diferentes comunidades. Ahora finalmente se descarta el proyecto, porque ninguna comunidad se ha mostrado dispuesta a aceptar los desechos radiactivos de alta actividad de las centrales que están en otras regiones.

En un principio, Enresa, la empresa pública encargada de la gestión de estos desechos peligrosos en España, se decantaba claramente por la opción de un solo cementerio. Básicamente, por una cuestión de costes: construir siete almacenes en vez de un solo ATC es 2.125 millones de euros más caro. Si se mira el impacto ambiental, no estaba tan claro qué opción era mejor, ya que el momento que se considera más delicado es el del transporte y se deberían trasladar todos los residuos desde las instalaciones nucleares, explica Meritxell Bennasar, responsable de la campaña nuclear de la organización ecologista Greenpeace.

Aunque la construcción de un solo almacén era la opción preferida de Enresa —que se financia con las tasas que pagan las propietarias de las centrales, que son las tres grandes eléctricas españolas—, la constatación de que no se puede imponer esta instalación a ninguna comunidad ha hecho que esta entidad se resigne.

Algo similar a la resignación es lo que han comunicado este miércoles desde Extremadura, donde está la central de Almaraz, la más grande del país. “La Junta de Extremadura se ha posicionado a favor de la construcción de un único almacén temporal centralizado para todas las centrales nucleares”, ha explicado una portavoz de este Gobierno autonómico, que está en manos del PSOE también. “Esta es la posición que trasladamos oficialmente en junio pasado en el periodo de información pública del séptimo plan de residuos nucleares”, añade. Pero su propuesta era que se construyera fuera de Extremadura. “Dado que dicha posibilidad a día de hoy resulta inviable al no existir el consenso necesario, la consecuencia lógica es la construcción de siete almacenes temporales, uno de ellos en Almaraz”, señala. “Es la única alternativa factible”, admite la Junta. “Es la solución temporal menos mala”, añade Bennasar, de Greenpeace.

Por su parte, Castilla y León, donde está la central inactiva de Garoña, ha acusado al Gobierno de “ineficacia”. Fuentes del Ejecutivo autonómico, que comparten PP y Vox, han criticado que el ministerio no logre “llegar a un acuerdo para construir un cementerio nuclear centralizado”. “Una vez más, el Gobierno de España se echa al lado para no afrontar la gestión ni tomar decisiones”, ha criticado esta comunidad, informa Juan Navarro.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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