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Facebook desenmascara a militares brasileños que divulgaban noticias falsas sobre la Amazonia

Meta ha eliminado los perfiles que minimizaban la gravedad de la deforestación y atacaban a ONG legítimas bajo la apariencia de una organización ecologista

Naiara Galarraga Gortázar
Deforestación en Mato Grosso, Brasil
Vista aérea de una zona deforestada en la región de Sinop, en el Estado de Mato Grosso, en agosto de 2020.FLORIAN PLAUCHEUR (AFP)

Que los militares se embarquen en tareas de desinformación y propaganda en tiempos de guerra es de lo más habitual, pero es novedad que se camuflen bajo perfiles falsos para distorsionar el debate público sobre cuestiones medioambientales. Acaba de ocurrir en Brasil, donde la política sobre Amazonia y todo lo relacionado con el cambio climático es un asunto político de primer orden. Facebook ha eliminado varios perfiles falsos en esa red e Instagram con los que dos oficiales del Ejército, camuflados tras una ONG pantalla, difundían informaciones falsas.

Meta, la empresa propietaria de las dos redes mencionadas, ha revelado este jueves, en su informe trimestral sobre amenazas, el engaño perpetrado por los uniformados. Juntos gestionaban 14 perfiles falsos, nueve páginas de Facebook y 39 cuentas de Instagram. Solo en FB sumaban más de 25.000 seguidores. Las cuentas ahora eliminadas difundían noticias falsas para minimizar la gravedad de la deforestación, además de atacar a ONG genuinas para intentar minar su credibilidad bajo la apariencia de una organización ecologista.

Los investigadores pudieron confirmar que los gestores de los perfiles falsos eran miembros del Ejército al conseguir llegar hasta sus perfiles personales, donde había referencias públicas a su carrera militar. Lo que no han podido determinar es si actuaban por órdenes de sus superiores o no. Sus identidades no han sido reveladas, pero sí se sabe que uno entró en las Fuerzas Armadas en 2012 y el otro en 2014. Se sospecha que pertenecen a la caballería, según el diario Estadão.

La llegada de Jair Bolsonaro al poder con un discurso abiertamente partidario de explotar económicamente la Amazonia y su política sistemática de debilitar los organismos que persiguen los delitos ambientales han convertido a Brasil en un villano ambiental planetario. La deforestación ya estaba al alza y alcanza cifras récord desde que el ultraderechista está en la Presidencia. El último ejercicio fue el peor de los últimos 15 años. Todo lo que rodea a Amazonia, la cuestión ambiental y la indigenista, se ha convertido un el talón de Aquiles para la diplomacia y las exportaciones agrícolas. Ante la presión internacional, Bolsonaro desplegó a los militares en una operación tan cara como ineficaz para frenar la tala ilegal.

Meta menciona la red brasileña de desinformación como ejemplo de “un esfuerzo inauténtico coordinado” para distorsionar el debate público. Es la primera vez que la ecología era el asunto sobre el que giraban las falsedades de una red desmantelada por la tecnológica. La empresa dueña de Facebook recoge en su informe trimestral otros casos de desinformación detectados en Rusia, Ucrania, Azerbaiyán, Filipinas, Irán y Costa Rica.

El jefe de política de seguridad global de Facebook, Nathaniel Gleicher, ha explicado a Estadão: “No podemos compartir muchos detalles sobre cómo nuestra investigación llegó hasta los militares. Cuanto más desvelamos, más logran esconderse este tipo de redes. Utilizamos señales técnicas y de comportamiento”.

El periódico brasileño reproduce uno de los post de los perfiles impostores ahora eliminados. “Los problemas de Amazonia son complejos y de difícil solución”, arranca el texto para solicitar después lo siguiente: “Entonces, infórmese en fuentes seguras y ayúdenos compartiendo estas informaciones”. Que, como Facebook ha descubierto, eran falsas.

Brasil es un terreno especialmente fértil para la desinformación porque la penetración de las redes sociales es altísima. Es uno de los países del mundo donde más horas pasa la ciudadanía. Infinidad de falsedades circularon por Whatsapp durante en la campaña electoral de 2018, que ganó Bolsonaro. Ahora las autoridades electorales han comenzado a colaborar con las empresas tecnológicas para evitar la proliferación de noticias falsas ante los comicios del próximo octubre. La última en sumarse ha sido Telegram, que aceptó participar después de que el Tribunal Supremo ordenara su bloqueo, que no llego a materializarse.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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