Christina Koch, astronauta de Artemis 2: “Vamos a ver partes de la Luna que nunca han sido miradas por ojos humanos”
La tripulación más diversa en la historia lunar de la NASA bautiza a su nave espacial ‘Integridad’


Si nada se tuerce, la astronauta Christina Koch será la primera mujer de la historia en ir a la Luna. Su viaje puede empezar en apenas cinco meses con el lanzamiento de la misión Artemis 2 de la NASA, que se ha adelantado tentativamente. Junto a ella se sentará Victor Glover, que se convertiría en el primer negro que viaje al satélite. Y esto sucederá previsiblemente durante el mandato de Donald Trump, el presidente de Estados Unidos que más ha hecho por eliminar y bloquear las políticas de igualdad desde que llegó a la Casa Blanca.
Koch, Glover, especialista de misión y piloto, respectivamente, y sus otros dos compañeros, el comandante Reid Wiseman, y el segundo especialista Jeremy Hansen, de la Agencia Espacial Canadiense, ofrecieron una rueda de prensa este miércoles desde el Centro Espacial Johnson de la NASA, en el estado de Texas.
Si la misión culmina con éxito, marcará el regreso de astronautas a la órbita lunar 54 años después de la última expedición tripulada de la NASA a la Luna, el Apolo 17 en 1972. Hasta ahora, solo 24 personas han viajado al la Luna y otros 12 la han pisado, todos hombres blancos, la mayoría reclutados hace más de medio siglo entre las filas de los pilotos militares de prueba de Estados Unidos para el programa Apolo.
La presencia de Koch y Glover convierte a la Artemis 2 en la misión más diversa de la historia lunar de la NASA y simboliza un claro cambio de ciclo respecto a la era Apolo de hace medio siglo. En aquella época, 24 personas viajaron al la Luna y otras 12 la pisaron. Eran todos hombres blancos, la mayoría reclutados hace más de medio siglo entre las filas de los pilotos militares de prueba de Estados Unidos, entre los que no había mucha diversidad de perfiles.
“Nos vamos a la Luna”, ha dicho hoy Wiseman durante una rueda de prensa en el Centro Espacial Johnson de la NASA, en Texas. “Empezamos a ver la luz al final del túnel”, ha añadido el jefe del grupo, que lleva dos años y medios entrenándose.
Wiseman, que este año cumple 50, es capitán de la Marina estadounidense. Estudió ingeniería en la Universidad de Vanderbilt y más tarde se formó como piloto de pruebas. Fue seleccionado por la NASA en 2009 y debutó en el espacio en 2014, con una misión de seis meses a bordo de la Estación Espacial Internacional. Tras su regreso, ocupó cargos de liderazgo en el cuerpo de astronautas hasta ser nombrado comandante de la Artemis 2. La tripulación ha bautizado su nave Integridad.
Hay posibilidades de que esta tripulación se convierta en la que más lejos ha viajado en el espacio, un récord que hasta ahora ostentan los astronautas del Apolo 13, que estuvieron a más de 400.000 kilómetros de la Tierra debido a uno de los accidentes espaciales más famosos de la historia.
La Artemis 2 realizará una circunnavegación completa de la Luna, incluida su cara oculta. “Durante tres horas, nuestra única misión será observar la superficie”, ha explicado Koch durante la rueda de prensa. “Dependiendo del día de lanzamiento y de la iluminación de la cara oculta, es posible que veamos partes de la Luna que jamás han sido vistas por ojos humanos”, ha destacado la astronauta sobre la geología lunar, uno de los cuatro temas científicos que se tocarían durante la Artemis 2.
Koch, de 46 años, es matemática, ingeniera, exploradora, y la única de la misión que no ha tenido adiestramiento militar. Astronauta desde 2013, vivió prácticamente todo 2019 en la Estación Espacial Internacional y es la mujer que más permanencia ha tenido en el espacio. Pasó un invierno completo en el Polo Sur, en la Base Amundsen-Scott, donde, entre otras cosas, se especializó en maniobras de rescate. También ha desarrollado instrumentos para la sonda Juno de la NASA, que orbita Júpiter, y las sondas que investigan los cinturones de radiación de Van Allen. En una entrevista con EL PAIS en 2023 explicó: “Al principio rehuía la idea de hablar de un récord, o del número de días [en el espacio]. Pero personas con las que abordé esto me enseñaron que los hitos le importan a la gente, y que compartirlos ayuda a educar sobre dónde estamos, sobre la exploración humana. Sirven de inspiración a gente que puede tener que enfrentarse a sus propios desafíos”.
Por primera vez, vamos a volar [la cápsula Orion] a mano", ha destacado Glover. El piloto, de 49 años, es hijo de un policía local y una contable. Fue el primero de la familia en ir a la universidad, donde estudió ingeniería y ciencia. Encontró su vocación como piloto de la Marina de Estados Unidos, donde combatió en la Guerra de Irak en 2003, y subió de escalafón hasta convertirse en piloto de pruebas. Fue seleccionado como astronauta en 2013, y en 2020 se convirtió en el primer afroamericano que realizó una larga estancia en la Estación Espacial Internacional, la única base humana habitada fuera de la Tierra.
Tras el despegue de la Artemis 2 —a bordo del SLS, el cohete más potente de la historia de la NASA— los cuatro tripulantes quedarán en órbita, y Glover pilotará manualmente la nave para darle la vuelta y simular una unión con un futuro módulo lunar.
Es un entrenamiento clave para la misión Artemis 3, con la que Estados Unidos espera poder llevar a la superficie de la Luna a la primera mujer de la historia. Hasta que Trump llegó a la Casa Blanca, el objetivo era que también pisase la superficie del satélite por primera vez una persona no blanca, aunque ahora ha desaparecido de muchas páginas oficiales.
Esta misión está prevista, como pronto, para 2027. Para llevarla a cabo será imprescindible el uso del Starship, un cohete y nave fabricado por la empresa SpaceX que preside Elon Musk. A menos de dos años del lanzamiento, el cohete está muy lejos de cumplir los requisitos técnicos y de seguridad necesarios para poder salir a la órbita terrestre, recibir combustible adicional, viajar hasta la Luna, depositar allí a los astronautas de la Artemis y devolverlos después a la cápsula Orion que les traerá de vuelta a la Tierra. Es posible que el cohete no esté listo hasta entrada la década de 2030, lo que supondría que China podría llevar astronautas al satélite antes que su rival norteamericano..
Jeremy Hansen, de 49 años, es coronel de la Real Fuerza Aérea Canadiense. Se graduó en física en la Universidad Real Militar de Canadá antes de convertirse en piloto de caza. En 2009 fue seleccionado por la Agencia Espacial Canadiense como astronauta. Aún no ha volado al espacio, pero ha sido instructor en el Centro Espacial Johnson de Houston y ha contribuido a la formación de sus compañeros. Con Artemis 2, será el primer canadiense en viajar más allá de la órbita terrestre.
El viaje de Artemis 2 durará diez días, y llevará a los cuatro astronautas en un viaje de ida y vuelta de más de dos millones de kilómetros. Tras completar dos órbitas terrestres, los cuatro tripulantes de la Orion saldrán hacia el satélite y lo circunnavegarán una sola vez. Desde las escotillas podrán contemplar la superficie de la cara oculta de la Luna. Su acercamiento máximo al satélite será de unos 7.000 kilómetros. La NASA ha simulado en un vídeo acelerado las vistas que tendrán los astronautas durante su viaje.
Los tripulantes viajarán en la cápsula Orion. Su interior es similar al de un coche SUV, con dos filas de asientos que se pueden plegar y quitar una vez se alcanza la ingravidez, dejando un espacio diáfano con cocina y baño en una estancia separada. Es la primera vez que la NASA incluye algo así en una nave espacial a la Luna. Hace 50 años, los astronautas del programa Apolo orinaban y defecaban en bolsas, sin privacidad. El módulo de servicio de la cápsula Orion —encargado de suministrar aire, agua, electricidad, propulsión y control térmico— ha sido desarrollado por compañías europeas bajo la coordinación de la Agencia Espacial Europea.
El programa Artemis se produce en un momento de máximo interés por la Luna y sus recursos, incluidas las grandes reservas de agua helada que hay en el polo sur, donde aterrizarán los tripulantes de la Artemis 3. Esa agua será crucial para sustentar colonias habitadas y para fabricar combustible de cohetes que puedan llegar a Marte. Las potencias occidentales se disputan con China la prospección y explotación de estos recursos.
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