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Una investigación oficial culpa a María Blasco de abuso de poder en el CNIO

El Ministerio de Ciencia puede abrir una convocatoria para elegir nueva directora del centro

María Blasco (izquierda), con la ministra Diana Morant, junto a la estatua 'Intra - Venus' de la artista Marina Vargas, en la entrada del CNIO, en septiembre de 2020.
María Blasco (izquierda), con la ministra Diana Morant, junto a la estatua 'Intra - Venus' de la artista Marina Vargas, en la entrada del CNIO, en septiembre de 2020.Ricardo Rubio/Europa Press via Getty Images (Europa Press via Getty Images)
Nuño Domínguez

María Blasco cometió presuntamente abuso de poder como directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), según una investigación encargada por el Gobierno a raíz de la denuncia de un empleado. La denuncia original era por presunto acoso laboral, explican fuentes del CNIO. Este diario ha podido hablar con el denunciante, cuyo nombre responde a las siglas J.G.M., que ha asegurado sobre Blasco: “Es una persona conocida por gritar y maltratar a sus trabajadores”.

El caso se remonta al invierno de 2023, cuando varios empleados del centro criticaron el proyecto CNIO Arte, creado por María Blasco, por presuntamente hacer apología de la pseudociencia en redes sociales. En un tuit del CNIO, la artista Amparo Garrido, seleccionada para realizar un viaje costeado por el centro de cáncer y producir una obra, decía que se mediría los telómeros antes y después del periplo. “Meditación, una obra de @ampigarridoart sobre sanación, naturaleza, telómeros, estrés. Inspirada en Liz Blackburn #NobelPrize, para #cnioarte2023″, decía el mensaje, que fue criticado tanto por trabajadores del CNIO como por expertos en cáncer externos.

La directora presuntamente mandó hacer una “lista” de las personas que habían criticado el proyecto y les presionó para que borrasen sus mensajes críticos. “Estás dañando de manera potencialmente importante la imagen pública de la institución en la que trabajas”, decía un correo interno de la directora de comunicación del CNIO a uno de los investigadores. “Incluso si tú estuvieras pensando en irte, te hago notar que en el CNIO seguirán trabajando compañeros y compañeras (...) De nuevo, si tu deseo es manifestar algo a alguien, quizás como persona formada y cabal debas en primer lugar dirigirte a quien quieres interpelar, antes de chillar en público”, continuaba la misiva, que le cita a para una reunión con María Blasco. La carta le recordaba la existencia de una norma interna que dice que “las cuentas en redes sociales de los empleados del CNIO no deberían entrar en conflicto con los intereses de la institución y no deberían incurrir en competencia indebida con el CNIO”.

El empleado en cuestión nunca acudió a esa cita. Denunció el caso ante el comité de empresa del CNIO y envió una carta al gerente del centro en la que acusaba de “acoso” a Blasco. “Quiero comunicar [...] que me he sentido acosado por la directora científica del centro, la doctora María Blasco Marhuenda, tras hacer un uso legítimo de mi libertad de expresión en redes sociales”, decía la misiva, de julio de 2023, y a la que ha tenido acceso este diario.

Tras la denuncia, el Gobierno puso en marcha una investigación independiente cumpliendo con el protocolo sobre acoso que se puso en manos de un despacho de abogados. Tras interrogar a los involucrados en el caso, el informe concluye que no pudo haber acoso laboral, pues no hubo una presión continuada en el tiempo, pero sí que existió “abuso de poder” por parte de la directora, según confirman a este diario fuentes conocedoras de la investigación.

La directora del CNIO declinó responder a las preguntas de este diario sobre el caso, ni si sigue en pie su intención de no dimitir, expresada el viernes.

El denunciante, J.G.M., que no quiere decir su nombre por miedo a represalias de Blasco, recrimina: “En el CNIO no hay democracia interna en absoluto. Cualquier queja que tengas, no la escuchan. La dirección está completamente disociada de las necesidades de los investigadores. Como cometas el error de quejarte de cualquier tipo de problema tendrás represalias. Han convertido el CNIO en un sitio muy tóxico”.

El CNIO, que sobre el papel es el mayor centro de investigación del cáncer de España, atraviesa una situación económica y estructural crítica. Tiene un déficit de 4,5 millones de euros. Además, arrastra unas infraestructuras tan obsoletas que son irreparables. Este centro de referencia tiene casi 700 trabajadores y que maneja un presupuesto de unos 40 millones de euros. De sus cuatro microscopios confocales, una herramienta esencial para hacer investigación del cáncer, solo funciona uno, como reveló este diario. El problema ha existido al menos desde 2022, cuando 12 jefes de grupo del CNIO denunciaron la situación tanto antes María Blasco como ante el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, dirigido por Diana Morant, sin que la situación se haya resuelto.

Problemas de limpieza

Hay otro gran problema: el tren de lavado del animalario, donde hay unos 30.000 ratones de investigación, se ha averiado y es imposible repararlo. Este sistema limpia y esteriliza las jaulas de los animales, que son muy preciados para las investigaciones punteras que se realizan en el CNIO. Los animales son especialmente vulnerables a las infecciones, tal y como demostró un brote de C. bovis, una infección bacteriana que cubre la piel de los ratones de escamas. La limpieza del animalario ha tenido que encargarse de emergencia a trabajadores externos, aunque su efectividad no es ni mucho menos la deseada, explican fuentes del CNIO.

En medio de esta situación, parte de la plantilla ha protestado por la existencia de un programa como CNIO Arte. Esta actividad fue creada por María Blasco para que el CNIO encargase y adquiriese obras de arte inspiradas en temas científicos, con la ayuda económica de la Fundación Banco Santander. Desde su creación, el programa ha tenido un coste de 877.787,99 euros, según un informe de Transparencia adelantado por Abc, y confirmado por este diario. Esa cantidad incluye 291.979,35 euros para la adquisición de obras de arte, y 585.106 euros de personal que trabaja parcialmente en este proyecto. El programa incluía viajes al Ártico o Mozambique para Blasco y otros acompañantes, que tuvieron un coste de 6.503 y 5.542 euros, respectivamente. En cuanto a los ingresos de este programa, el informe detalla que obtuvo 85.000 euros de la Fundación Banco de Santander; 600.000 euros en donaciones, y 13.216 euros por la venta de fotograbados en 2019. La idea original de este programa era que el CNIO vendiese las obras de arte encargadas a los artistas por un valor mayor que el de coste, lo que ayudaría a financiarlo, explican fuentes del CNIO. Uno de los grandes problemas es que hasta ahora apenas se han vendido obras, reconocen las mismas fuentes.

Blasco responsabiliza al Ministerio de Ciencia de la falta de presupuesto suficiente para adquirir nuevos equipos. Aunque la falta de microscopios existe desde 2022, aún no hay posibilidad de comprar uno nuevo, así que el centro tendrá que alquilar una de estas instalaciones. Esto ni siquiera llegará a cubrir la mitad de las unidades que había originalmente. La directora del CNIO no baraja dimitir de su cargo. El viernes señaló que su puesto depende del patronato del centro, que preside la secretaria general de Investigación, Eva Ortega-Paíno. El órgano rector se reúne hoy martes. En él Blasco deberá explicar su gestión del último año.

¿Tienes más información sobre este caso u otros similares? Puedes escribirnos a ndominguez@elpais.es.

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Sobre la firma

Nuño Domínguez
Nuño Domínguez es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo Científico por la Universidad de Boston (EE UU). Antes de EL PAÍS trabajó en medios como Público, El Mundo, La Voz de Galicia o la Agencia Efe.
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