Científicos del CNIO, el mayor centro de cáncer de España, exigen al Gobierno que cese a María Blasco
El martes se reúne el patronato del organismo, en el que la directora deberá rendir cuentas por su gestión del último año. El centro funciona con apenas uno de sus cuatro microscopios confocales desde hace años
Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas han pedido por carta al Gobierno que releve a María Blasco al frente del centro y abra una convocatoria internacional para elegir un nuevo responsable. La carta, a la que ha tenido acceso este periódico, va dirigida al secretario de Estado de Investigación, Juan Cruz Cigudosa, y la secretaria general de Investigación, Eva Ortega-Paíno. Esta científica era investigadora del CNIO hasta que fue nombrada en 2023, y conoce bien los problemas que atraviesa el centro por el envejecimiento de su infraestructura y por las críticas a la gestión de Blasco al frente del organismo, como desveló EL PAÍS.
“Desde hace más de dos años, varios líderes de grupo del CNIO han expresado preocupaciones sobre la disminución de la competitividad científica del centro a nivel internacional, como lo evidencian descensos medibles en ránkings (SCIMago, Nature, entre otros)”, alerta la carta. “Si bien entendemos las limitaciones financieras derivadas del congelamiento presupuestario, estas restricciones no explican completamente la situación actual. Percibimos una falta de visión institucional que ha llevado al deterioro de infraestructuras críticas, la incapacidad de obtener financiación competitiva en convocatorias nacionales e internacionales y una desconexión y desalineación entre el equipo de dirección científica [que ostenta Blasco] y el personal del CNIO”, destacan.
“Los recientes informes en medios de comunicación que afectan la reputación del centro añaden mayor preocupación, subrayando la urgencia de abordar la crisis actual. Ante las circunstancias expuestas, creemos esencial iniciar un proceso competitivo para renovar el equipo de dirección científica, y solicitamos respetuosamente que el patronato del CNIO tome medidas al respecto”, concluye la petición.
De los 46 jefes del CNIO, 24 han emitido un voto sobre este asunto. Veintitrés de ellos han votado que sí a pedir el cese de Blasco, según informan fuentes del centro.
La directora del CNIO declinó responder a las preguntas de este diario sobre la carta, ni si sigue en pie su intención de no dimitir, expresada el viernes.
Este es uno de los mayores movimientos de la plantilla del mayor centro de investigación del cáncer en España contra su directora desde que esta accedió al cargo, en 2011. La petición llega un día antes de que se reúna el patronato del centro, en el que la directora Blasco debe rendir cuentas sobre su gestión del último año. Además del secretario de Estado y la directora general del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, en el patronato están también representados el Gabinete de Presidencia del Gobierno, el ministerio de Sanidad, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, representantes de comunidades autónomas, la Asociación Española Contra el Cáncer, la Fundación Cris, la Fundación BBVA y la Fundación La Caixa.
El CNIO tiene un déficit de 4,5 millones de euros. Además, arrastra unas infraestructuras tan obsoletas que son irreparables. Este centro de referencia tiene casi 700 trabajadores y que maneja un presupuesto de unos 40 millones de euros. De sus cuatro microscopios confocales, una herramienta esencial para hacer investigación del cáncer, solo funciona uno. El problema ha existido al menos desde 2022, cuando 12 jefes de grupo del CNIO denunciaron la situación tanto antes María Blasco como ante el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, dirigido por Diana Morant, sin que la situación se haya resuelto.
Una de las reclamaciones de los jefes del CNIO es que se releve a Blasco de la dirección. Como sucede en otros centros de investigación punteros, no existe un reglamento claro para relevar al director, lo que permite que estos se eternicen en el cargo como si fueran monarcas.
“El CNIO lleva 10 años sin cabeza”, resumía la situación el jueves Marcos Malumbres, que ha sido jefe del grupo de División Celular y Cáncer en el CNIO. “Es el único centro de su clase que debería ir mucho mejor de lo que va y se debe a la falta de dirección, que nos está pasando una enorme factura. La falta de conexión con la realidad de la directora es absoluta”, añade. Malumbres es uno de los científicos que han decidido dejar el CNIO. A principios de 2025 estará afiliado al Instituto de Oncología Vall d’Hebrón, en Barcelona, como investigador ICREA. Antes que Malumbres, el centro perdió a referentes como Manuel Serrano o Alfonso Valencia. El CNIO lleva dos años buscando a un nuevo director de programa, sin éxito.
Un día después de que EL PAÍS publicase el estado de las infraestructuras críticas del CNIO, la directora del centro ofreció una rueda de prensa en la que justificó su gestión y responsabilizó al Gobierno de las carencias del centro. La bioquímica alicantina de 59 años descartó dimitir, y señaló que su cargo está siempre a disposición del patronato. “Respecto a mi dimisión, mi contrato se renueva cada cinco años por el patronato del CNIO, tras la evaluación de mi gestión como directora. Tengo que decir que las dos evaluaciones que he tenido han sido muy buenas. Es el patronato el que tiene que decidir si tengo que continuar yo o no”.
La plantilla del CNIO, de casi 700 personas, está especialmente molesta en los últimos días por las revelaciones de que el programa CNIO Arte, una iniciativa creada por Blasco para realizar y adquirir obras de arte y hacer viajes el Ártico o Mozambique, ha tenido un coste total de 877.787,99 euros, según un informe de Transparencia adelantado por Abc, y confirmado por este diario. Esa cantidad incluye 291.979,35 euros para la adquisición de obras de arte, y 585.106 euros de personal que trabaja parcialmente en este proyecto. El programa incluía viajes al Ártico o Mozambique para Blasco y otros acompañantes, que tuvieron un coste de 6.503 y 5.542 euros, respectivamente. En cuanto a los ingresos de este programa, el informe detalla que obtuvo 85.000 euros de la Fundación Banco de Santander, 600.000 euros en donaciones, y 13.216 euros por la venta de fotograbados en 2019. La idea original de este programa era que el CNIO vendiese las obras de arte encargadas a los artistas por un valor mayor que el de coste. Uno de los grandes problemas es que apenas se han vendido obras, reconocen fuentes del CNIO.
¿Tienes más información sobre este caso u otros similares? Puedes escribirnos a ndominguez@elpais.es.
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