La ‘Starliner’ logra despegar con dos astronautas a bordo hacia la Estación Espacial Internacional
La NASA prueba la nave de Boeing que compite con SpaceX para establecer una línea regular de transporte entre la Tierra y las futuras bases lunares
La Boeing Starliner, la nave tripulada que compite con la Crew Dragon de SpaceX en la carrera por establecer viajes regulares al espacio para la NASA, ha despegado este miércoles a las 16.52 hora española (10.52 de la mañana en Florida) desde las instalaciones de Cabo Cañaveral después de dos aplazamientos, el último a escasos tres minutos de la ignición. El artefacto, impulsado por un cohete Atlas V de United Launch Alliance (ULA), lleva a los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams hasta la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), donde permanecerán durante una semana antes de regresar a la Tierra.
El capitán de la Armada estadounidense Butch Wilmore y la piloto Suni Williams han permanecido a la espera tras la primera cancelación del vuelo el pasado 6 de mayo, cuando se detectó un fallo en la válvula de regulación de la presión de oxígeno del lanzador. Después de que la ULA reparara el dispositivo, en las pruebas preliminares al lanzamiento se detectó una fuga de helio en el módulo de servicio de la Starliner, lo que supuso la realización de nuevas pruebas. Finalmente, la operación se programó para el pasado sábado, pero un problema en el suministro de energía para las tarjetas informáticas que controlan el lanzador obligó a una suspensión a escasos 180 segundos del despegue. El fallo fue reparado el domingo y según la NASA, “la ULA ha completado las comprobaciones funcionales y todo el hardware [equipo informático] funciona con normalidad”.
El gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, Steve Stitch, ha calificado los retrasos como necesarios: “Ha sido importante que nos tomemos nuestro tiempo para comprender todas las complejidades de cada problema, incluidas las capacidades redundantes del sistema de propulsión y cualquier implicación para nuestra Interim Human Rating Certification [la certificación de que una nave espacial o vehículo de lanzamiento es capaz de transportar personas de forma segura]”.
La Starliner de Boeing forma parte del programa de la NASA que busca empresas privadas para desarrollar servicios permanentes de transporte de personas y cargas, por el momento, hasta la ISS. La cápsula tiene una altura de cinco metros y un diámetro de 4,6. Está diseñada para ser reutilizada hasta 10 veces y llevar en cada viaje hasta siete personas, aunque las misiones previstas por la NASA para este programa de transporte comercial no superan los cinco tripulantes por viaje.
Los dos astronautas son veteranos pilotos de las Fuerzas Armadas estadounidenses y cada uno ha viajado ya a la ISS en dos ocasiones. Wilmore se ha mostrado confiado en la misión, que ha calificado de prueba. De esta forma, se analizará durante la misma todo el funcionamiento de la nave, que consideran segura. “No estaríamos aquí si no lo fuera”, ha manifestado el piloto en nombre de ambos tripulantes.
Durante el vuelo se realizarán pruebas en órbita del rendimiento del sistema de soporte vital, el control manual y automático de la nave y otros elementos críticos antes de acoplarse a la ISS. Después de una semana en la estación, los astronautas tienen previsto el aterrizaje en el suroeste de Estados Unidos. La Starliner descenderá con la ayuda de un sistema de paracaídas mejorado tras la detección de problemas en el sistema de despliegue y en unas cintas de fibras de vidrio que incluye. Esas deficiencias obligaron al primer aplazamiento el pasado 21 de julio.
“La NASA hace parecer que los viajes espaciales son fáciles, pero en realidad son bastante difíciles”, ha manifestado Wilmore para justificar los retrasos. No obstante, confía en la misión: “Hemos recibido capacitación y tenemos nuestras huellas dactilares en cada procedimiento que existe para esta nave espacial. Estamos completamente capacitados en todos los aspectos de Starliner”, asegura el astronauta. “Nos sentimos muy seguros y cómodos. Aquí es donde se supone que debemos estar”, añade Williams.
Boeing ya lanzó con éxito dos misiones sin tripulación. Durante la última, el 19 de mayo de 2022, la nave CST-100 Starliner atracó al día siguiente en la ISS, permaneció cuatro días y aterrizó finalmente en Nuevo México (EE UU).
El coste del contrato de la NASA con Boeing para desarrollar la Starliner se firmó hace 10 años por 4.200 millones de dólares, una cantidad que ha sido revisada periódicamente y se ha elevado a 4.500 millones.
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