El brote de gripe aviar en una granja de visones española enciende las alarmas en el mundo
La investigación de un caso ocurrido hace tres meses sugiere que el virus saltó desde las aves silvestres y mutó en la explotación peletera, adquiriendo la capacidad de transmitirse entre mamíferos
Es como el guion de una película de catástrofes que todo el mundo ha visto ya. Europa atraviesa la epidemia de gripe aviar más devastadora de su historia, con más de 50 millones de aves de corral sacrificadas en un año. Al comienzo del otoño aparecieron en las playas gallegas gaviotas y alcatraces muertos por culpa de este virus. Días después, a primeros de octubre, empezaron a morir visones americanos con neumonía hemorrágica en una granja peletera de Carral, a unos minutos en coche de A Coruña. La mortalidad en este brote superó el 4% en una sola semana. Un estudio científico sugiere ahora que el virus de la gripe aviar saltó desde las aves silvestres a los visones y mutó en la explotación, empezando a transmitirse de mamífero a mamífero, sin llegar a infectar a los trabajadores de la granja, equipados con mascarillas. El brote gallego ha hecho saltar las alarmas en todo el planeta. La viróloga holandesa Marion Koopmans, que rastreó el origen de la pandemia de covid para la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha lanzado una advertencia en sus redes sociales: “Estamos jugando con fuego”.
Los visones son susceptibles tanto a la gripe de las aves como a la de los humanos, por lo que estos animales pueden actuar como “una coctelera” en la que se mezclen virus y surjan versiones más letales, según advierte el estudio, capitaneado por Montserrat Agüero, del Laboratorio Central de Veterinaria del Ministerio de Agricultura, y su colega italiana Isabella Monne, del Instituto Zooprofiláctico Experimental de las Venecias. El protagonista del brote gallego es un virus de gripe aviar A (H5N1) altamente patógeno, con una inusual mutación denominada T271A, una inquietante característica que ya estaba presente en el virus de gripe porcina que provocó una pandemia en humanos en 2009. Las autoridades sanitarias de la Xunta de Galicia decidieron el 18 de octubre matar inmediatamente a los 52.000 visones de la granja, situada al aire libre y con fácil acceso para los animales silvestres.
La peor pesadilla de los virólogos es el salto a los humanos de un virus de la gripe mortífero. La Organización Mundial de la Salud ya alertó en 2019, antes de la covid, de que “el mundo no está preparado para una pandemia de patógenos respiratorios virulentos y de transmisión veloz”. La institución advirtió entonces de que una pandemia como la de la gripe de 1918 podría matar hoy a 80 millones de personas, “provocando el pánico, desestabilizando la seguridad nacional y afectando gravemente a la economía y al comercio”.
Da bastante miedo. Nunca habíamos tenido un susto tan gordo en EuropaElisa Pérez, viróloga
La viróloga Elisa Pérez, experta en virus emergentes del Centro de Investigación en Sanidad Animal, está muy preocupada. “Da bastante miedo. En Europa nunca había habido un brote así en visones, solo había algunos casos descritos en China. Nunca habíamos tenido un susto tan gordo”, advierte. Pérez hace un llamamiento a cerrar cuanto antes todas las granjas de visones. “¿Qué más tiene que pasar?”, se pregunta.
Antes de la pandemia de covid, en la Unión Europea había unas 2.900 granjas peleteras, con una producción de 27 millones de pieles de visón cada año, según las cifras oficiales de la industria. Tras los brotes del nuevo coronavirus en cientos de explotaciones en 2020, algunos países, como Dinamarca y Países Bajos, decretaron cierres masivos. Un informe de las autoridades europeas calculó que quedaban 755 granjas de visones activas a comienzos de 2021, principalmente en Finlandia, Polonia, Lituania y Grecia. En España, aquella crisis provocó que se implementaran algunas medidas de seguridad, como la imposición de la mascarilla obligatoria para los trabajadores.
La gripe aviar se extiende por el mundo. El virus ya se ha instalado en Sudamérica, según alertó la semana pasada un equipo de científicos de Argentina y Perú. En las costas peruanas murieron 22.000 aves silvestres en apenas un mes, sobre todo pelícanos y piqueros. El día 9, una niña de nueve años de una aldea de Bolívar (Ecuador), ingresada en la UCI tras estar en contacto con gallinas, se convirtió en el primer caso humano de gripe aviar altamente patógena en América Latina. La Organización Mundial de la Salud advirtió el miércoles de que la diversidad de virus de la gripe que están saltando desde los animales a las personas es “alarmante”.
En España hubo el año pasado 37 focos de gripe aviar altamente patógena en aves de corral, los dos últimos en una explotación con 150.000 gallinas ponedoras en Guadalajara y en otra con 1.500 ocas en La Cistérniga (Valladolid), según el recuento del Ministerio de Agricultura. Dos trabajadores de la granja de Guadalajara se infectaron con el virus, sin desarrollar síntomas. En el brote de Carral, los 11 empleados que estuvieron en contacto con los visones permanecieron en aislamiento durante 10 días, pese a haber dado negativo en los test de gripe aviar.
El virus se transmite con facilidad entre aves, pero solo excepcionalmente pasa de ave a humano. Entre personas todavía no ha logrado saltar de manera eficaz, aunque el brote en los visones de A Coruña sugiere que el virus es capaz de mutar y adaptarse rápidamente a brincar de mamífero a mamífero. El Ministerio de Sanidad ha hecho un llamamiento a “extremar las medidas de precaución” a las personas que tienen aves de corral, aunque las autoridades sanitarias europeas siguen considerando que el riesgo de contagio en la población general es “bajo”.
El médico británico Jeremy Farrar, experto en enfermedades emergentes y recién nombrado director científico de la OMS, también ha alertado en sus redes sociales del brote en España. “El mayor riesgo para que haya una pandemia de gripe devastadora es que un virus de la gripe aviar o de otro animal infecte a un mamífero intermediario y evolucione, transmitiéndose entre mamíferos y entre humanos, que tendrían poca o nula inmunidad”, ha señalado. Farrar, que ya acertó al alertar de unas extrañas neumonías en la ciudad china de Wuhan el 31 de diciembre de 2019, urge a preparar vacunas y tratamientos para cada tipo de gripe animal.
El epidemiólogo Matthew Baylis, exdirector del Instituto de Pandemias de Liverpool, también ha reaccionado al análisis del brote gallego. “Hace dos años escribí sobre los riesgos de la cría de visones para la covid. Y ahora vemos riesgos aún mayores para la gripe aviar, ya que el visón ofrece una magnífica oportunidad para que el virus se adapte a los mamíferos. De ahí puede venir la próxima pandemia”, ha advertido Baylis, de la Universidad de Liverpool. “¿Alguien hace caso de la señal de advertencia? Está claro que no”.
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