_
_
_
_

Unos muros que reducen el ruido y caucho en el asfalto para acabar con la contaminación acústica

En la Unión Europea, 22 millones de personas sufren fuertes molestias crónicas debido al ruido ambiental

El tráfico es la causa principal del ruido ambiental.
El tráfico es la causa principal del ruido ambiental.

En numerosas ciudades de toda la Unión Europea, el ruido, al igual que la contaminación atmosférica, comporta importantes riesgos para la salud. Para abordarlos, se han puesto en marcha iniciativas dirigidas a reducir una de las principales fuentes de ambos riesgos: el tráfico. El ruido es la segunda causa ambiental de problemas de salud después de la contaminación atmosférica, según la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas.

En la Unión Europea, 22 millones de personas sufren fuertes molestias crónicas debido al ruido ambiental y 12.000 muertes se producen cada año de forma prematura como resultado de una exposición prolongada al ruido ambiental, cuya causa principal es el tráfico.

No obstante, tal y como sucede con el cambio climático, la lucha de la UE contra la contaminación acústica no solo comprende la mitigación, sino también la adaptación. Aunque el tráfico pueda revertirse mejorando el diseño urbano, el transporte motorizado seguirá provocando ruido y la cuestión clave es hallar una forma de limitar su efecto en la población.

Aquí es donde interviene Bart Willems, que habla con entusiasmo sobre un tipo de muro que, según describe, puede unir a la gente más que dividirla. Willems ha participado en un proyecto de investigación orientado a reducir el molesto ruido procedente de carreteras y vías férreas mediante barreras que desvían de las viviendas las ondas de sonido. A este fenómeno se lo conoce como difracción.

Estrés

El objetivo era dar solución a un problema ambiental grave y, a pesar de ello, subestimado, enfocándolo desde una perspectiva diferente. Los dos métodos convencionales son construir muros de cemento que bloqueen el ruido y usar materiales con mayor capacidad de absorberlo en carreteras y ferrocarriles.

“La difracción es una tercera posibilidad”, expresa Willems, cuya empresa de nacionalidad neerlandesa, 4Silence B.V., coordinó el proyecto WHISSPER, financiado por Horizon. 4Silence, con sede en los Países Bajos, ha desarrollado muros con surcos de distinta profundidad, que reducen el ruido horizontal desviándolo en dirección vertical. Esto significa que pueden emplearse barreras de menor tamaño para alejar de las personas una mayor cantidad de ruido. “Con uno de nuestros muros de un metro de altura se logra reducir el ruido entre siete y nueve decibelios”, apunta Willems. “Una barrera común tendría que medir tres metros para lograr el mismo efecto”, añade.

La tecnología para paliar el ruido del tráfico propuesta por el proyecto WHISSPER ha sido sometida a ensayos desde comienzos de 2019 hasta este año. Tras haber probado los muros en los Países Bajos, Bélgica, Alemania y Dinamarca, la empresa asegura que son fáciles de instalar y mantener. Actualmente, está tratando de lanzarlos al mercado. “Desde entonces, hemos iniciado los primeros proyectos comerciales en los Países Bajos”, señala Willems. “Y estamos interesados en comercializar nuestros muros en otros países”.

En estas iniciativas, 4Silence suele trabajar con gobiernos municipales o regionales, como el de la ciudad de Eindhoven o la provincia de Utrecht. En Alemania y el Reino Unido se han iniciado sendos proyectos comerciales con la autoridad estatal de obras de Augsburgo y la autoridad de transporte de Londres. Además de otros compradores europeos, que se darán a conocer en los próximos meses, la empresa está inmersa en un proceso de prospección en países como Bélgica y Dinamarca.

Alivio presupuestario

Las barreras difractantes del ruido también repercutirán positivamente en los presupuestos públicos, ya que cuestan la mitad que las medidas tradicionales de reducción de ruido. Las arcas públicas destinadas a infraestructura ya se han volcado con este problema. El gasto europeo para reducir el ruido de carreteras y ejes ferroviarios asciende a 5.400 millones de euros al año o al 6 % de lo que se gasta anualmente en total en ambos medios de transporte.

Aun así, en la UE, la exposición al ruido del tráfico no hace más que aumentar. Más de una de cada cuatro personas en Europa está sometida a un nivel de ruido peligroso para la salud, ya sea en su vivienda, en el colegio o en el lugar de trabajo. Por otro lado, en el frente de mitigación se está procurando mejorar los métodos tradicionales. Un proyecto independiente llamado SILENT RUBBER PAVE, financiado por Horizon, hace el asfalto más mullido para que sea, según se espera, más silencioso, y todo ello respetando el medio ambiente. En dicho proyecto participa una empresa con sede en España llamada Cirtec.

Buenas vibraciones

Cirtec está preparada para vender un nuevo aditivo para asfaltos llamado RARx, fabricado a partir de la goma de neumáticos que han alcanzado su vida útil. El RARx se añade al asfalto para que absorba parte del ruido del tráfico. Añadir caucho en polvo al asfalto ya se había intentado antes, pero surgieron algunas dificultades en la práctica. “Antes los contratistas aplicaban la mezcla directamente sobre el asfalto, lo que acarreaba un sinfín de problemas”, afirma Guillermo Rodríguez Marfil, de Cirtec. “Había problemas con la mezcla y con la limpieza posterior del equipo”.

Con RARx, el caucho en polvo se mezcla con aditivos minerales en fábrica, como el betún, lo cual facilita su uso por parte de los productores de asfalto. El ruido de los coches se reduce entre cuatro y cinco decibelios, según Rodríguez Marfil. “La mezcla disminuye la rigidez del asfalto, lo cual aminora la vibración de los neumáticos y se traduce en menos ruido”, apunta.

También puede extender el ciclo de vida de las carreteras, con la reducción de gastos de mantenimiento que eso conlleva, y todo el concepto es, además, circular, porque el caucho procede de neumáticos usados. RARx se está poniendo a la venta en distintos países, incluida España. En Alemania, Italia, Portugal e Irlanda, parcialmente en el marco del proyecto europeo Silent Rubber Pave, se han realizado proyectos de pruebas y construcción.

El material se produce en España, pero pronto se fabricará también en una segunda instalación que se está construyendo en México, el mayor mercado de Cirtec, según Rodríguez Marfil. “El futuro es prometedor”, afirma. “Trabajamos en varios continentes y nuestra influencia crece”, añade. Dice también que ahorran dinero a las administraciones públicas y reducen el ruido a la ciudadanía.

Obstáculos regulatorios

Además de hallar mercados para sus novedosas herramientas de reducción del ruido, tanto Cirtec como 4Silence esperan que se realicen algunos cambios regulatorios que favorezcan el crecimiento del negocio. Puesto que la construcción de carreteras corresponde a los Gobiernos y sus subcontratistas, se trata de una actividad muy regulada. “En el sector de los pavimentos, las prácticas son las mismas de toda la vida y pueden ser difíciles de cambiar”, señala Rodríguez Marfil. Willems, de 4Silence, respalda esta observación. “El sector de la infraestructura no avanza con rapidez, menos aún si las leyes tienen que cambiar antes de introducir nuestra tecnología. A pesar de todo, creemos que durante los tres próximos años, la población europea empezará a ver nuestras barreras con regularidad”. añade.

La investigación descrita en este artículo ha sido financiada con fondos de la UE. Artículo publicado originalmente en Horizon, la Revista de Investigación e Innovación de la Unión Europea.

Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_