Los premios Princesa de Asturias distinguen a los investigadores de las vacunas contra la covid
El jurado destaca a los científicos que han permitido acelerar el desarrollo de las inmunizaciones frente al coronavirus
El jurado del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica ha elegido este miércoles a Katalin Karikó, Drew Weissman, Philip Felgner, Uğur Şahin, Özlem Türeci, Derrick Rossi y Sarah Gilbert por las investigaciones que han permitido el desarrollo de las vacunas contra la covid. A este premio, dotado con 50.000 euros, han optado 48 candidaturas de 17 nacionalidades. El jurado, reunido por videoconferencia por la pandemia, ha calificado a los premiados como “protagonistas de uno de los acontecimientos más destacados de la historia de la ciencia”: “Sus trabajos constituyen un excelente ejemplo de la importancia de la investigación básica para la protección de la salud a escala global. Con sus largas trayectorias, han conducido a innovadoras aplicaciones como la obtención, en un tiempo extraordinariamente corto, de vacunas efectivas para luchar contra la pandemia de la covid. Tanto el desarrollo de la tecnología novedosa del ARN mensajero como la producción de vacunas basadas en adenovirus abren un camino de esperanza para su uso frente a otras enfermedades”.
La bioquímica húngara Katalin Karikó ha visto distinguido su casi medio siglo de trabajo en la sombra para desarrollar los avances que han permitido la creación de las inyecciones de Moderna y BioNTech, basadas en ARN mensajero (instrucciones para la generación de una proteína que desencadena la respuesta inmunitaria). Sus investigaciones han sido fundamentales para la creación de la vacuna en un tiempo 10 veces inferior al habitual para este tipo de fármacos.
El inmunólogo estadounidense Drew Weissman forma parte del equipo de Karikó, junto a Norbert Pardi, de la Universidad de Filadelfia, y fue responsable de la creación del envoltorio adecuado para que el ARN mensajero llegue a las células del músculo del brazo y a las del sistema inmune.
Philip Felgner, experto en enfermedades infecciosas y director del Centro de Investigación y Desarrollo de Vacunas de la Universidad de California, ha evaluado la respuesta del sistema inmunológico con miles de muestras de sangre de personas que estaban infectadas naturalmente con el coronavirus y determinado la mayor respuesta del cuerpo inmunizado con vacunas. Felgner es un pionero en el uso de “microarrays” de proteínas, una tecnologíaque permite el estudio de miles de secuencias génicas de forma simultánea y entender cómo responde el sistema inmunitario a diferentes microorganismos.
El turco Uğur Şahin y la alemana Özlem Türeci son los cofundadores de BioNTech, la empresa que ha creado uno de los fármacos más efectivos contra la covid junto con la farmacéutica estadounidense Pfizer. Esta alianza facilitó el desarrollo más rápido de la historia de las vacunas con un modelo que permite su producción en plazos más cortos, a escala mundial y con una eficacia inédita tanto para evitar la enfermedad o sus secuelas más graves como para prevenir la infección.
La ciencia puede marcar la diferencia para la humanidadUğur Şahin, cofundador de BioNTech
Tras la comunicación del galardón, Uğur Şahin ha manifestado: “El Premio Princesa de Asturias es un maravilloso reconocimiento de cómo la ciencia puede marcar la diferencia para la humanidad. Estoy muy agradecido por haber podido contribuir a la lucha contra esta pandemia y ayudar a tanta gente con nuestra investigación y trabajo”. Su esposa, nacida en Alemania, pero cuya familia es también de origen turco, ha considerado “un honor estar entre los galardonados”. “Me siento profundamente honrada por ser considerada una embajadora digna para la causa que este premio representa: la mejora de la vida como el objetivo más noble de la ciencia”, ha añadido, según informa la fundación.
El biólogo canadiense Derrick Rossi fue el cofundador de la empresa Moderna hace algo más de una década. Al igual que BioNtech, se amparó en las investigaciones de Katalin Karikó para desarrollar medicamentos basados en el ARN mensajero y tener la tecnología lista para hacer frente a la pandemia tras el estudio de la información genética del nuevo coronavirus. Rossi ha considerado “una verdadera lección de humildad estar en compañía de científicos tan distinguidos como los galardonados presentes y pasados de este premio”
La británica Sarah Gilbert, investigadora de Oxford desde hace casi tres décadas, ha trabajado en el desarrollo de vacunas que usan un vector viral, un virus modificado capaz de actuar como vehículo para introducir material genético externo en una célula. Junto al irlandés Adrian Hill y la universidad británica, fundó hace seis años Vaccitech. Horas después de que se publicara, el 11 de enero de 2020, la primera secuencia genética del coronavirus, comenzaron a idear una vacuna. La farmacéutica sueca AstraZeneca respondió a las necesidades para desarrollar líneas de producción en todo el mundo. “Juntos hemos marcado la diferencia”, ha afirmado la vacunóloga británica tras conocer la concesión del premio.
Los premios Princesa de Asturias están destinados, según señala su reglamento, a galardonar “la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupo de personas o de instituciones en el ámbito internacional”. Conforme a estos principios, el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica se concede a la “labor de cultivo y perfeccionamiento de la investigación, descubrimiento e invención en las matemáticas, la astronomía y la astrofísica, la física, la química, las ciencias de la vida, las ciencias médicas, las ciencias de la Tierra y del espacio y las ciencias tecnológicas, así como de las disciplinas correspondientes a cada uno de dichos campos y de las técnicas relacionadas con ellas”.
El pasado año fueron galardonados Yves Meyer (Francia), Ingrid Daubechies (Bélgica y EE UU), Terence Tao (Australia) y Emmanuel Candès (Francia) por sus contribuciones pioneras y trascendentales a las teorías y técnicas modernas del procesamiento matemático de datos y señales. Estas son base y soporte de la era digital ―al permitir comprimir archivos gráficos sin apenas pérdida de resolución―, de la imagen y el diagnóstico médicos ―al permitir reconstruir imágenes precisas a partir de un reducido número de datos―, y de la ingeniería y la investigación científica ―al eliminar interferencias y ruido de fondo―.
Las bioquímicas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna; los químicos Avelino Corma, Mark E. Davis y Galen D. Stucky; los físicos Peter Higgs y François Englert o los neurólogos Joseph Altman, Arturo Álvarez-Buylla y Giacomo Rizzolatti se encuentran también entre los galardonados en ediciones anteriores.
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