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El Consejo Constitucional chileno arranca una etapa clave bajo la amenaza de un nuevo fracaso

El órgano encargado de redactar una nueva Constitución inicia las votaciones de las enmiendas. Los expresidentes Bachelet y Piñera llaman a acercar posiciones ante el riesgo de un rechazo en el referendo de diciembre

Rocío Montes
consejo constitucional de Chile
Sesión inaugural del Consejo Constitucional, dentro del antiguo edificio del Congreso en Santiago, el 7 de junio de 2023.Esteban Felix (AP)

El segundo intento de Chile por cambiar su Constitución vigente desde 1980, en la dictadura de Augusto Pinochet, entra este viernes en una etapa clave: la votación de las enmiendas en el pleno del Consejo Constitucional, un órgano de 50 miembros que redacta una nueva Carta Fundamental sobre la base de un texto trabajado por una Comisión de Expertos. Pero el proceso enfrenta serios problemas. Los ocho partidos políticos con presencia en el Consejo no logran acercar posiciones, por lo que distintos líderes han hecho llamamientos a buscar acuerdos. El miércoles, en el encuentro ICARE enfocado justamente en el diálogo del proceso constituyente, donde asistieron buena parte de los líderes de la opinión pública chilena, los expresidentes Michelle Bachelet y Sebastián Piñera pidieron mayores esfuerzos.

Para Piñera, que ha jugado un papel de interlocutor de su sector político con el Gobierno de Gabriel Boric, resulta fundamental que una nueva Constitución tenga “un respaldo amplio y sólido” para ser aceptada por la “inmensa mayoría”, por lo que “tiene que ser fruto de acuerdos amplios y sólidos que trasciendan las coyunturas del momento”. Según Piñera, en esta tarea “no podemos fallar”. Gobernante de Chile entre 2010 y 2014 y entre 2018 y 2022 por las fuerzas de la derecha tradicional, dijo que una Constitución “no es un programa de Gobierno, no es una ley, no es un reglamento” y que “sin duda los países sabios que quieren libertades, justicia, progreso y paz, han logrado alcanzar un pacto social”.

La socialista Bachelet, que gobernó entre 2006 y 2010 y entre 2014 y 2018, aseguró: “No es inevitable volver a fracasar y perpetuar nuestros desencuentros”, en relación al fiasco del primer intento constituyente de Chile, que terminó hace un año con el 62% de los chilenos rechazando la propuesta de una Convención Constitucional dominada por la izquierda. Y se manifestó “muy preocupada”. La escuchaban los presidentes de siete de los ocho partidos con representación en el consejo, a excepción del Partido Comunista, que no asistió al encuentro. “Si la democracia está en riesgo lo que corresponde es ceder, pero ceder todos”, dijo la expresidenta.

Este consejo está dominado por la derecha, a diferencia de la convención que trabajó entre 2021 y 2022. Solo la extrema del Partido Republicano se quedó con 22 de los 50 puestos en las elecciones de mayo, mientras que la tradicional, agrupada en Chile Vamos, tiene 11 escaños. El oficialismo, en tanto, cuenta con 16 consejeros. Bachelet se refirió a las enmiendas propuestas en las últimas semanas por la oposición, que ha hecho valer su condición de mayoría. “Hay algunos que han intentado imponer sus preferencias, por revancha o demagogia, pero yo llamo a mi sector a no ofuscarse, a no tirar la toalla antes de tiempo. Debemos hacer nuestros mejores esfuerzos y mostrar nuestro mejor espíritu hasta último minuto”, dijo la socialista.

La semana pasada terminó el proceso de votación de enmiendas en las cuatro comisiones del Consejo Constitucional. Allí, no se logró llegar a acuerdos y se quebró la mesa de negociación. El oficialismo pidió, sin éxito, que se retiraran todas las enmiendas votadas hasta el momento.

Bachelet aclaró que lo que quiere es apoyar el texto en el plebiscito de salida de diciembre, por lo que requiere cambios. “Si la propuesta de nueva Constitución retrocede en los derechos de las mujeres, yo no podría votar a favor”, dijo a mediados de agosto la expresidenta.

Los principales nudos

El texto que comenzará a debatir el pleno del Consejo Constituyente a partir de este viernes está dividido en 17 capítulos y tiene cambios sustantivos respecto del documento que presentó la Comisión Experta a fines de mayo. Entre los puntos que generan mayor controversia está el Estado social, que estaba en la propuesta de los expertos, pero que se diluyó en el marco de la discusión posterior del consejo, donde cambiaron por completo en primer artículo. De igual forma, las derechas han apoyado dos asuntos que, según el oficialismo, podría significar un retroceso en los derechos de las mujeres a decidir sobre su cuerpo: “La ley protege la vida del que está por nacer” y “todo ser humano es persona”.

Una norma del Partido Republicano, además, ha generado especial debate público: la que declara la cueca y el rodeo como baile y deporte nacional, respectivamente, por lo que deben respetarse y honrarse. Para la izquierda y parte de la derecha tradicional no son asuntos que debieran resolver la Constitución.

Hay una cantidad importante de enmiendas que no generan consenso. El académico Claudio Fuentes, que sigue en detalle la discusión constitucional, informaba el miércoles que “en la propuesta de nueva Constitución se exime de pago de todo tipo de contribuciones a las confesiones religiosas” y que “se prohíben asociaciones contrarias a la moral”.

Para la izquierda, resulta fundamental que en una nueva Constitución se establezca un Estado social y democrático de derecho robusto, asegurar que no haya retrocesos respecto de libertades para abortar –en Chile hoy existe la posibilidad en tres causales bien definidas– o el cambio de número de diputados y distritos. De acuerdo a la propuesta salida del consejo, impulsada por la derecha, el Congreso bajaría de 155 a 138 diputados y se reducirían los distritos, que actualmente son 28. Según el oficialismo, esta medida ha sido empujada porque ayudaría a la actual oposición en las urnas.

Para Ana Lya Uriarte, representante del Partido Socialista en el encuentro Icare, “el texto, tal como está hoy, requiere urgentemente una operación de rescate”. Diego Ibáñez, presidente del partido Convergencia Social, donde milita Boric, dijo que tal y como está el texto hoy, votaría en contra. El líder de otro de los partidos del Frente Amplio, Revolución Democrática, el senador Juan Ignacio Latorre, piensa que lo que el borrador actual incluso representa un retroceso respecto de la Constitución vigente (que ha tenido 60 reformas desde 1989).

Evópoli, de la derecha tradicional, esperaría mayor amplitud en el borrador de Constitución (“todavía no refleja el tipo de país que queremos”, dijo la presidenta, Gloria Hutt), pero los otros dos partidos de este sector, RN y la UDI, estarían por respaldarlo en el plebiscito de diciembre próximo, cuando haya dos opciones en la papelera: a favor y en contra. El Partido Republicano, en tanto, este miércoles se abrió a eliminar la norma que establece que la cueca es el baile nacional.

El referéndum está programado para el 17 de diciembre, con voto obligatorio. De acuerdo a la encuesta Cadem de fines de agosto, el voto a favor en el plebiscito está en 30%, mientras el rechazo sigue encumbrado en el 53%.

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Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.

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