El Ayuntamiento destina más de cinco millones de euros para las ‘líneas cero’ de EMT

Las dos líneas gratuitas de la Empresa Municipal de Transporte (EMT) que cruzarán el centro de la capital serán una realidad a finales de febrero. Este servicio costará “entre cinco y seis millones de euros” al año y funcionará con 18 microbuses cero emisiones (eléctricos) adquiridos por la EMT el año pasado. Fuentes del área de Movilidad y Medioambiente han recalcado que es la “primera vez en la historia” de la ciudad que se ofrece transporte público gratuito. El Consistorio calcula que las líneas atenderán a 13.000 viajeros al día.

Las bautizadas como líneas cero (cero emisiones, cero coste) fueron anunciadas por el alcalde Almeida el pasado septiembre, cuando presentó Madrid 360, su estrategia para luchar contra la contaminación, más laxa que el Plan A de calidad del aire al que pretende sustituir. Una de ellas discurrirá por el eje este-oeste de la almendra central, conectando Moncloa con Atocha atravesando la Gran Vía. Funcionará con diez microbuses eléctricos que operarán entre las 7.00 y las 23.30 con frecuencias de paso de siete u ocho minutos en días laborales; diez minutos en festivos. La otra discurrirá de norte a sur, uniendo Argüelles con Puerta de Toledo, y operará con ocho autobuses, entre las 8.00 y las 21.00; los buses pasarán cada diez minutos.

El estreno de las líneas gratuitas va a afectar a la M2 que va a ser suprimida porque parte de su recorrido coincide con el de la línea cero norte-sur: “La nueva, además de gratuita, cubre más recorrido al llegar hasta Puerta de Toledo”, remarcan fuentes municipales. Más Madrid y PSOE han mostrado a priori su apoyo a la medida. “Pero la movilidad hay que verla de manera estratégica y global. No tiene sentido que haya nuevas líneas de buses gratuitas a la vez que se fomenta el acceso de vehículos contaminantes —los C— en el centro de la ciudad”, avisaron fuentes de Más Madrid.

Por su parte, desde Ecomovilidad, colectivo de expertos que analiza las políticas municipales de movilidad, consideran que esta medida “no responde a una necesidad real de la ciudad”. Además, ven “arriesgado” el trazado de la línea que va de Atocha a Moncloa. Por un lado, avisan de que puede convertirse en el “bus de los turistas”. Por otro, dudan de que sea buena idea cargar más la Gran Vía. “Es una calle bastante saturada”, avisan.

Otra de las preocupaciones del colectivo es que dicha línea capte peatones —detrayendo recorridos que ahora se realizan a pie—, en lugar de atraer a conductores, lo que podría disminuir el uso del vehículo privado. “No podemos caer en el populismo de ofrecer transporte público gratuito como si no costase nada”, explica un portavoz del grupo, “la financiación de estas líneas gratuitas va a salir de los impuestos de los madrileños”.

El alcalde Almeida aprovechó la presentación de las líneas cero para anunciar que la EMT contratará a 90 nuevos conductores. Una medida celebrada por los trabajadores de la empresa pública, que a finales del año pasado convocaron varias jornadas de huelga y dos manifestaciones multitudinarias denunciando la degradación del servicio. “No vamos a parar hasta conseguir una EMT pública, sostenible y de calidad”, publicaron en redes sociales desde la plataforma sindical de la empresa pública.

Por otro lado, el Consorcio Regional de Transporte (CRTM) anunció ayer el refuerzo de 18 líneas diurnas de EMT: 21, 28, 34, 49, 56, 60, 70, 77, 83, 91 (F), 113, 114, 176, 210, 403 (E3), 404 (E4), 481 (H1) y 723. A cambio, disminuirá el de otras seis (22, 27, 33, 59, 66 y 107). Una reducción “asumible” por la red y que, según el Ayuntamiento, implicará una mejora de “la eficiencia sin mermar la calidad del servicio”.