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Los coches sin pegatina no pueden entrar en Madrid Central ni aparcar en los barrios con parquímetros

La zona de bajas emisiones de la capital estrena 2020 con un recorte de su perímetro

El País Agencias
Madrid -
Panel informativo en la M-30 en el que se anuncia que a partir del 1 de enero entran en vigor nuevas restricciones a los vehículos más contaminantes.
Panel informativo en la M-30 en el que se anuncia que a partir del 1 de enero entran en vigor nuevas restricciones a los vehículos más contaminantes.Javier Lizon (EFE)

Desde este 1 de enero, los coches sin pegatina de la DGT —los de gasolina matriculados antes de 2000 y los diésel previos a 2006—podrán circular pero no aparcar en superficie en el área de Madrid que se rige por parquímetros, es decir, todo el interior de la M-30, bajo una multa de 90 euros, 45 con pronto pago. Sí podrán usar los aparcamientos o estacionar en la calle fuera del horario de la Zona de Estacionamiento Regulado (SER). Hay excepciones, como los residentes, que podrán estacionar en las plazas verdes de sus barrios pero no en otras zonas SER. Los coches más contaminantes también tienen desde el día 1 vetado su acceso a la zona de bajas emisiones (ZBE) de Madrid Central, que estrena 2020 con un recorte de su perímetro. Sus restricciones tenían que volverse más exigentes desde este enero, pero el Ayuntamiento ha prorrogado las moratorias a vehículos contaminantes de varios tipos. [Especial: La guía de Madrid Central

Las prohibiciones, que entraron en vigor el 1 de enero, forman parte de la Ordenanza de Movilidad Sostenible de la exregidora Manuela Carmena y que el nuevo equipo de coalición de PP y Cs ha decidido mantenerEn las últimas semanas el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida (PP) ha informado mediante cartas a los 42.000 madrileños que poseen un coche sin distintivo ambiental, folletos en los limpiaparabrisas o publicidad en marquesinas y medios de comunicación. Por su parte, Barcelona estrena hoy su zona de bajas emisiones, que impone restricciones a la circulación de los coches más contaminantes de lunes a viernes en 95 kilómetros cuadrados de Barcelona -la más grande del sur de Europa- y otros cuatro municipios, impactará sobre unos 115.000 vehículos (85.000 turismos y 30.000 motocicletas), según el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que agrupa la capital y los 35 municipios de su entorno.

En Madrid, además de los coches de los residentes, que podrán renovar su autorización para aparcar en su área SER —que se ha ampliado este 1 de enero al barrio de Valdezarza, en el distrito de Moncloa-Aravaca, con 763 plazas, de las que un 75% son para residentes—, existen otras excepciones como los vehículos comerciales e industriales con autorización de estacionamiento SER, vehículos auxiliares de apoyo al transporte público, motocicletas y vehículos de tres ruedas, servicios esenciales y vehículos de personas con movilidad reducida. 

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El veto al aparcamiento de los coches más contaminantes en la almendra central forma parte del calendario con el que la capital pretende expulsar de forma definitiva a estos vehículos en 2025 y que tiene como siguiente hito 2022, cuando estos coches tampoco podrán atravesar esta parte de la ciudad. En 2023 quedarán también fuera de la M-30 y en 2024 solo los vecinos podrán usar estos coches en la capital, que quedarán desechados en todos los casos en 2025. 

En cuanto a Madrid Central, los vehículos sin etiqueta no podrán ni circular ni aparcar, no solo en los aparcamientos públicos sino tampoco en garajes particulares. Hasta ahora, si un residente invitaba a un conductor con este tipo de catalogación, sí podía acceder. Ahora, están vetados, salvo que el vehículo pertenezca a una persona empadronada en el distrito de Centro o traslade a personas de movilidad reducida, informa Pablo León

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Esta misma limitación y excepcionalidad afecta a los vehículos industriales A con una masa máxima autorizada (MMA) igual o inferior a 3.500 kilogramos, empleados para realizar urgencias de suministros de agua, electricidad, gas y telecomunicaciones en la vía pública dentro del perímetro. Además, desde el 1 de enero no se permite a las personas empadronadas en Madrid Central la posibilidad de gestionar invitaciones de acceso a la zona de bajas emisiones para vehículos sin distintivo ambiental. Otra de las novedades es un recorte del perímetro de Madrid Central. Dos calles de la zona de Moncloa (Mártires de Alcalá y Seminario de Nobles, en el entorno de Moncloa) reabrirán de nuevo al tráfico. 

Almeida mantiene una compleja relación con Madrid Central. Antes de las elecciones apostaba por su desmantelamiento (de hecho intentó paralizarla, pero varios jueces se lo impidieron); después habló de su mejora y ampliación. Durante la Cumbre del Clima de Madrid defendió la ZBE y sus buenos resultados; cuando las delegaciones medioambientales de todo el mundo abandonaron la capital, el alcalde volvió a proponer descafeinarla. Eso fue lo que hizo a finales de diciembre: Almeida ya había anunciado prórrogas de algunas moratorias a los vehículos más contaminantes que cumplían este mes; el 26 de diciembre las hizo realidad.

Así, los vehículos de profesionales de más de 3.500 kilos podrán acceder a la ZBE hasta diciembre de 2024; los de menos de 3.500, hasta diciembre de 2021 siempre que tengan etiqueta. El Ayuntamiento también tenía la intención de dejar circular también a los vehículos sin etiqueta, pero la norma se lo impide. Sí que podrán pasar, durante un año más, los vehículos sin etiqueta de los padres y madres de alumnos cuyos centros estén en la zona. Las motos de reparto amplían su horario de acceso a Madrid Central (desde las 22.00 a medianoche; a excepción de las que no tengan etiqueta). Los particulares y el resto de motoristas mantienen el límite actual.

Fuentes del Ayuntamiento defienden estos cambios como “mejoras” de la ZBE. La oposición, Más Madrid y PSOE, considera que “quiebran Madrid Central y ponen en riesgo la salud de los madrileños”. A Greenpeace le preocupa la deriva del alcalde: “El confuso mensaje que se están trasladando de que se mejora la ZBE a la vez que se flexibiliza es muy peligroso”, explica Adrián Fernández, responsable de movilidad de la organización ecologista, “ese caos informativo acaba aumentando el tráfico”. Es lo que ocurrió en octubre, cuando tras meses de reducción, el tráfico volvió a crecer.

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"Nadie ha muerto de esto [contaminación]. No quiero que se genere una alarma de salud pública porque no la hay". Estas declaraciones de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en las que niega que la polución mate, han sido contestadas en las últimas desde todos los ámbitos.Los médicos, el CSIC, el Gobierno y los ecologistas recuerdan a la presidenta de Madrid que la contaminación mata a miles de personas al año. Sigue leyendo aquí.

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