La disputa por un jardín
Desde la Asociación de Defensa del Patrimonio de Chamartín de la Rosa defendemos que no proteger los jardines en su totalidad es un grave error
El pasado 16 de julio, dio comienzo el plazo de alegaciones a la propuesta de modificación de Plan General para la catalogación urbanística del Noviciado de las Damas Apostólicas de Paseo de la Habana 198 que data del año 1929. La propuesta inicial del Ayuntamiento de Madrid pone a salvo el edificio y una pequeña parte del jardín, dejando fuera de la protección más de una hectárea de jardines y huertas del convento, en cuyo lugar se podrán elevar nuevas edificaciones, recomendando la propuesta de catalogación del Ayuntamiento el mantenimiento de los árboles “en la medida que sean compatibles con el proyecto edificatorio”.
Se trata de una gran finca cuadrangular de unos diecisiete mil metros cuadrados, con un acceso estrecho al Paseo de la Habana y que alberga el segundo jardín urbano más grande por superficie del distrito de Chamartín, solo por detrás del Parque Berlín. Según el Colegio de Arquitectos de Madrid constituye un extraño reducto de antiguo carácter agrícola en suelo urbano, situación que se ha podido mantener gracias a encontrarse el conjunto prácticamente aislado del tráfico.
Desde la Asociación de Defensa del Patrimonio de Chamartín de la Rosa defendemos que no proteger los jardines en su totalidad es un grave error tanto desde la perspectiva de protección del Patrimonio como desde un punto de vista medioambiental.
Por un lado, estamos ante unos jardines y huertas llenos de valor patrimonial, de significado y sentido cultural, tal y como previene la Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, y por tanto el jardín es en sí mismo parte inseparable del Convento, así como un testimonio de su historia y proceso evolutivo.
Además, si no se modifica la propuesta de catalogación del Ayuntamiento, se permitirá un proyecto de edificación que implique la tala o traslado de más de 450 árboles con el consiguiente gravísimo deterioro del medioambiente y calidad del aire del que venimos disfrutando los madrileños desde 1929. El propio Ayuntamiento reconoce que el jardín actualmente realiza importantes funciones relacionadas con la captación de contaminación, el secuestro de carbono y la producción de oxígeno. No obstante, al parecer dichas virtudes no son merecedoras de una protección que garantice la continuidad de este pulmón verde del norte de Madrid en el que anidan abejarucos, lechuzas y autillos.
Desde la Asociación defendemos la protección del conjunto conventual en su integridad y reclamamos que, lo ideal para conciliar los derechos de los actuales propietarios con la protección integral del jardín como medio de lucha contra la contaminación, sería que se arbitren fórmulas para que, a través de los instrumentos urbanísticos correspondientes, el referido jardín pudiera ser una zona verde de mantenimiento municipal y uso público para el disfrute de todos los ciudadanos —dando así cumplimiento a los mandatos propuestos por el Plan de Infraestructura Verde y Biodiversidad municipal de 2018— permitiendo a su vez una mejor contemplación del conjunto conventual.
José Luis Lorente es presidente de la Asociación de Defensa del Patrimonio de Chamartín de la Rosa.
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