“¿Cuál es la alternativa a Madrid Central?”
Las críticas por la gestión del Ayuntamiento de la zona de bajas emisiones protagonizan la comisión de Medioambiente y Movilidad
La comisión de Medioambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid se convirtió en una evaluación del mes de mandato de Almeida. El alcalde no estaba, comparecía el delegado el área, Borja Carabante. Por sus manos pasa Madrid Central (MC), los semáforos de la A-5, la limpieza, las bicis públicas... Y desde esta semana todas las obras relacionadas con la movilidad —hasta ahora estaban en la cartera de Desarrollo Urbano Sostenible—. La decisión busca lograr “mayor eficiencia”, según dijo Carabante.
“No me han dado ni cien días de gracia”, decía Carabante. “Ustedes han entrado a saco”, respondía Inés Sabanés, edil de Más Madrid y exresponsable de la cartera. “La foto quitando jardineras y poniendo coches [de Almeida y Villacís en la calle Galileo] les va a perseguir mucho tiempo; se arrepentirán”, agregó Sabanés.
“[En sus decisiones] Les ha movido el sectarismo y la revancha”, argumentaba el portavoz socialista Alfredo González. Había reclamado la comparecencia de Carabante, inquieto por la gestión de Madrid Central y la moratoria de multas que el nuevo Ayuntamiento aprobó. “Han ido creando argumentos. Han llegado a decir que hay que eliminar Madrid Central porque mataba al Rastro y aumentaba la delincuencia”, continuaba el socialista en referencia a unas declaraciones de Díaz Ayuso, candidata del PP a la Comunidad de Madrid. El alcalde no ha tardado en refrendar esa opinión. Según declaró ayer Almeida, algunos vecinos le han manifestado “cierta sensación de inseguridad” supuestamente como consecuencia de la menor afluencia de gente en las calles del distrito Centro. El alcalde no ha aportado ningún dato con el que sostener esa afirmación.
“Se les agotan las excusas”, añadió el portavoz socialista. Y agregaba: “Ni entre ustedes mismos se aclaran con Madrid Central. Si lo quieren reconvertir, suspender, mejorar, endurecer, revertir, anular... Porque en este mes, han usado todos esos términos”. El portavoz de de Vox en la comisión, Fernando Martínez Vidal, también se interesó por el asunto y preguntó al alcalde si pretende “revertir o reconvertir” la zona de bajas emisiones.
No esperaban esa respuesta ciudadana. Ni europea. Ni internacional. Ningún alcalde ha tenido una manifestación con decenas de miles de personas a los 15 días de estar en el cargo”, añadía González. A continuación, ha mostrado un artículo de The New York Times haciéndose eco de la suspensión de facto de Madrid Central: “Ha sido una decisión impopular, ilegal y dañina. Y con impacto en la salud de los ciudadanos, pero también en la imagen de la ciudad”.
Carabante aseguró que desde el Ayuntamiento están “muy preocupados con eso [la contaminación]”. “Madrid Central ocupa un 5% del territorio. Buscamos un proyecto alternativo más ambicioso”, defendió el delegado. “¿Cuál es esa alternativa? ¿Qué le va a contar a Europa?”, preguntaron desde Más Madrid y PSOE. El Ayuntamiento no desveló sus planes tras la paralización judicial de la moratoria de multas en la zona. Esta fue aprobada por el actual Gobierno municipal; duró cinco días. “Nosotros hemos cumplido: moratoria en Madrid Central; semáforos de la A-5; Galileo... En los programas de PP, Cs y Vox había menciones a Madrid Central; no hemos engañado a nadie”, justificaba Carabante. “Queremos que el que quiera llegar a Madrid Central, pueda; eso ahora no pasa”, agregaba. “Por Madrid Central pasan 70 líneas de autobuses; seis de Metro; cuatro de Cercanías; y más de 56 estaciones de Bicimad”, le replicaban desde el PSOE.
La guerra de cifras en torno a Madrid Central; los datos de calidad del aire; la no activación del protocolo anticontaminación el pasado viernes —cuando se produjo un pico y saltaron los niveles en varias estaciones de la capital—; o la limpieza aparecieron en la comisión. Si Carabante hablaba de 490 nuevos operarios de limpieza contratados, Sabanés le respondía con que había 1.000 trabajadores de vacaciones: “Y con los contratos anunciados, no se cubren”. Cuando el delegado mencionaba la renovación de flotas de transporte público o los aparcamientos disuasorios; la concejal de Más Madrid le contaba que la flota de la EMT ya está renovada y que el nuevo Gobierno va a inaugurar aparcamientos disuasorios licitados en su época: “Espero que me inviten”, apuntó Sabanés.
El radar de la A-5 registra más de 23.000 infracciones
El pasado 15 de abril finalizaron los dos meses de periodo de aviso para que los vecinos den por conocido el radar de tramo de la A-5. El Ayuntamiento ya tiene cifras del número de infracciones que se produjeron entre el 16 de abril y el 23 de junio: 23.291 rebasamientos de velocidad (circular a más de 70 kilómetros por hora entre los puntos kilométricos 4 y 5,7 del paseo de Extremadura, según el Área de Medioambiente y Movilidad. Del total de las infracciones, 2.690 tuvieron lugar en sentido entrada y 20.601 en sentido salida. Estas infracciones llevarán aparejadas, tras el correspondiente proceso de verificación, la correspondiente multa. Según las cifras de movilidad, en 2018 se produjeron en la vía 333 accidentes y atropellos, con 272 víctimas y tres fallecidos.
Una de las primeras medidas del nuevo Ayuntamiento fue la desactivación los semáforos que el anterior equipo había instalado con la finalidad de pacificar el tráfico en la zona y convertir la A-5 en una vía urbana (ahora tiene categoría de metropolitana). Para los socialistas y los representantes de Más Madrid, el apagado de semáforos ha sido una decisión tomada “sin ningún estudio ni ninguna alternativa para mejorar la habitabilidad de la zona”. Con respecto a la efectividad de las luces, también ha habido guerra de datos.
Ayer, Carabante intentó justificar la ineficiencia de Madrid Central usando un informe sobre el Plan A de calidad del aire elaborado por la Universidad Politécnica en 2017. “Una vez más, los datos del Ayuntamiento son inciertos o imprecisos: citan un estudio de la Politécnica de 2017 cuando disponen de datos reales de 2019”, explican desde la Plataforma en defensa de Madrid Central. La universidad actualizó ese estudio en marzo de este año, con datos reales de Madrid Central: “El efecto global supone una reducción del orden del 9% y del 2% para óxidos de nitrógeno y dióxido de carbono, respectivamente.
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