La Generalitat cambia al jefe de los Mossos en plena polémica por los escoltas de Torra
El comisario Eduard Sallent sustituye a Miquel Esquius 11 meses después de su nombramiento
El consejero de Interior catalán, Miquel Buch, ha cambiado al jefe de los Mossos, Miquel Esquius, cuando arrecia la polémica por la nueva escolta del presidente Quim Torra. Tras 11 meses en el cargo, le sustituye el recién nombrado comisario Eduard Sallent. De 47 años, licenciado en Filosofía y con un pasado independentista, Sallent ha forjado la mayor parte de su carrera en áreas técnicas de Mossos. “Más cerca de los políticos que de la operativa”, critican los mandos del cuerpo escépticos con el nombramiento. Desde enero, dirigía los servicios antiterroristas de Mossos.
El nombramiento de Sallent ha sido recibido con sorpresa en la policía catalana. Su antecesor, Miquel Esquius, entró en el despacho de Buch el miércoles con la intención de hablar del destino de los nuevos ocho comisarios que ascendieron en abril, entre ellos el propio Sallent, y salió de allí destituido de su cargo, precisan fuentes policiales. Al día siguiente, Sallent recibió con la misma sorpresa que había sido elegido como nuevo comisario jefe del cuerpo.
En parte de la cúpula de Mossos el nombramiento ha sido recibido con recelos. “Hay más sintonía con él en algunos temas, como en el de los nuevos escoltas de Torra”, aseguran mandos del cuerpo. El equipo formado por Esquius y por los dos comisarios con los que componía la jefatura policial del cuerpo habían cerrado filas y no veían apropiada la decisión de Buch de sacar a los escoltas de la estructura operativa y hacerla depender del director de la policía catalana, un cargo político.
Sallent, hasta ahora dedicado a la lucha antiterrorista como jefe de la Comisaría General de Información, ha vivido la polémica de los escoltas de lejos, sin que fuese materia de su ámbito competencial. Fuentes policiales aseguran que hablará con el jefe de escoltas y los implicados en la reestructuración antes de posicionarse sobre el espinoso asunto.
En su primera comparecencia pública Sallent aseguró que su intención, igual que la de sus antecesores, es apartar al cuerpo del “debate partidista”, lo que no será fácil, visto el último año y medio convulso que vive la policía catalana y a las formas con las que ha sido nombrado el nuevo jefe de los Mossos.
Pasado independentista
Críticas de la oposición al relevo policial
El presidente de Ciudadanos en el Parlament, Carlos Carrizosa, acusó al consejero de Interior, Miquel Buch, de utilizar a los Mossos d'Esquadra como "si fuesen una policía política" tras la destitución del comisario Miquel Esquius. En un tuit, Carrizosa afirmó que era "vergonzoso que se anteponga el procésfrente a la seguridad de todos los catalanes" y lamentó que "vuelvan los dedazos del Govern separatista".
Por su parte, el socialista Jaume Collboni avanzó que el PSC pedirá al consejero que explique en sede parlamentaria los criterios por los que ha efectuado los cambios porque dan “sensación de inestabilidad porque se modifican los criterios cada dos por tres”.
Sallent asistió el mismo día a su acto de nombramiento como comisario y, a su vez, a la presentación a los medios como máximo jefe. También le acompaña un pasado como secretario general en 1992, con 20 años, de un sindicato universitario independentista, la Federación Nacional de Estudiantes de Cataluña, de la que después se apartó, según fuentes cercanas al comisario.
Antes de formar parte de Información, Sallent acabó dirigiendo la Comisaría de Relaciones Institucionales, que depende del director de la policía catalana. Ejerció con perfiles distintos, como son Manel Prat, que llegó junto al convergente Felip Puig, o Albert Batlle, con quien trabajó codo con codo, y en la actualidad es concejal del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona. “Siempre ha estado más cerca de los políticos que de la parte operativa”, critican quienes desconfían de su elección.
“Inteligente, astuto, hábil… Es una persona que sabe moverse en diversos ambientes y ganarse la confianza de jueces, fiscales y policías”, aseguran fuentes del cuerpo sobre el perfil de Sallent. En sus funciones como segundo y después como máximo jefe de información de la policía catalana, ha sido responsable de interlocutar de manera permanente con la Audiencia Nacional. “Ha tejido muy buenas relaciones con Guardia Civil, con la Policía Nacional y con el Ministerio del Interior”, aseguran personas que han trabajado cerca con él.
El repentino nombramiento de Sallent, quien lleva 22 años en los Mossos, deja todavía la duda de quién se rodeará. “Algún cambio habrá seguro”, indican mandos del cuerpo. Buch defendió su nombramiento para “recuperar fuerzas y confianza después de un periodo de gran inestabilidad y dificultades”.
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