Carmena pide terminar lo que empezó

Cuatro años no son suficientes para lograr el cambio que Manuela Carmena quiere para la capital. Por eso se dejó convencer por su entorno más cercano para concurrir de nuevo, con 75 años, a revalidar su cargo de alcaldesa, como explicó cuando anunció que repetiría como candidata.

La macroencuesta del CIS del pasado jueves acercó más que nunca la posibilidad de que la exjueza vuelva a ocupar el Palacio de Cibeles otros cuatro años. Según el sondeo, podría gobernar con el apoyo del PSOE, que coge vuelo con Pepu Hernández como candidato tras la victoria de Pedro Sánchez. Las elecciones generales pintaron, sin embargo, un escenario en el que la suma de las derechas superaban a la izquierda en la capital. El panorama no está nada claro. “No nos podemos confiar”, dijo ayer Carmena en un acto feminista, donde reconoció que las posibilidades “están muy ajustadas”.

Los cuatro años de Carmena al frente del Ayuntamiento no han sido años de grandes obras ni proyectos urbanísticos de envergadura. Reformó la Gran Vía para ampliar las aceras, pero proyectos estrella, como la nueva Plaza de España, han sumado meses de retraso.

Al llegar al Ayuntamiento, la alcaldesa prometió construir 4.200 nuevas viviendas públicas, después de que el PP vendiese a fondos buitres parte del patrimonio municipal. Terminará el mandato y habrá acabado 65. Otras 2.076 están en obras y 1.426 en fase de licitación. El resto tendrán que esperar.

La limpieza, el principal problema para los madrileños según una encuesta anual que elabora el Ayuntamiento, es otro de los asuntos que quedan pendientes. No hubo forma de evitar el contrato que firmó la exalcaldesa Ana Botella (PP) y que expira en 2021. Se hicieron modificaciones y se exigieron avances que han hecho que la percepción del ciudadano mejore, pero la ciudad sigue sin estar limpia, sobre todo en el sur. Esos distritos reivindican más atención e inversiones para atajar la desigualdad, otro tema donde se ha trabajado pero que sigue pendiente.

Vivienda y limpieza son algunos de los temas con los que la oposición municipal cuestiona al Ayuntamiento, junto a la baja ejecución presupuestaria. El Gobierno municipal presume, sin embargo, de gestión económica. Cuando Ahora Madrid llegó al poder, la deuda ascendía a 5.936 millones de euros, equivalente al 128% de los ingresos corrientes. El pasado mes de abril, el Banco de España certificó que, al finalizar 2018, la deuda del Ayuntamiento se había reducido casi un 54%, hasta 2.762 millones. Ahora representa el 55% de los ingresos corrientes, por debajo de los límites legales, según datos municipales.

La movilidad y la contaminación han sido otras de las banderas que PP y Ciudadanos han enarbolado contra el Gobierno municipal y su socio, el PSOE. El proyecto más arriesgado del mandato, y también el que más éxito está teniendo, es Madrid Central, el área de acceso restringido del tráfico privado al centro de la ciudad. Carmena se aventuró poniéndolo en marcha el 30 de noviembre, a solo seis meses de las elecciones del 26 de mayo. Un informe de Ecologistas en Acción del martes pasado certificó que la contaminación ha bajado en la capital.

El mandato de Ahora Madrid arrancó despacio con un equipo sin experiencia en gestión municipal y con dificultades añadidas por el control que el exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro (PP), impuso a las cuentas municipales. Las disputas internas tampoco ayudaron. Con Más Madrid, su nueva marca, y acompañada de su equipo de confianza, Carmena espera volver a gobernar y terminar el trabajo pendiente.