La ANC irrumpe en los órganos económicos tras tomar la Cámara
La entidad situará un independentista en la presidencia del órgano cameral y influirá en entidades como Turismo de Barcelona o Fira
La entrada del independentismo en la Cámara de Comercio de Barcelona trastoca el tablero de los organismos económicos catalanes. La candidatura impulsada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) dio la sorpresa y consiguió 32 de las 40 plazas del pleno escogidas por sufragio (de un total de 60). La ANC se ve con fortaleza para situar a un independentista en la presidencia de la Cámara y dar el salto a otras instituciones en las que participa la entidad: Turismo de Barcelona (donde preside la Cámara), Fira de Barcelona (cuyo presidente lo propone el órgano cameral) o el Consorcio de la Zona Franca.
El resultado de las elecciones cogió por sorpresa al empresariado catalán, a las tres candidaturas que se presentaban con pretensiones de conseguir la presidencia de la Cámara —dos de ellos ni entraron— y hasta a la propia ANC. La entidad independentista había impulsado la candidatura Eines de País con el objetivo de apoyar a los empresarios independentistas para influir en el órgano cameral, pero en ningún momento pensó en una victoria parecida. Prueba de ello es que no habían presentado a ningún presidenciable, y se limitaron a prometer un apoyo al candidato más afín.
“Con este resultado, ahora todo cambia. Quizá desde nuestra propia candidatura puede salir el presidente”, ha asegurado este jueves Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC. A la espera de que la candidatura se reúna para tomar las próximas decisiones, fuentes cercanas dan como posibles candidatos a la presidencia del órgano cameral a Joan Canadell y a Pere Barrios. El primero es un conocido independentista, cofundador de Petrolis Independents y del Cercle Català de Negocis. Barrios es expresidente de la patronal Pimec en la comarca del Vallès Oriental. No son los únicos nombres posibles, ya que se da por seguro que se impondrá una fórmula de presidencia compartida y paritaria: un hombre y una mujer se alternarán los cuatro años de mandato.
El próximo presidente relevará a Miquel Valls —presidente de la entidad desde 2002— y llevará al independentismo a un importante puesto de responsabilidad en el plano económico. La Cámara de Comercio es una corporación de derecho público que representa los intereses de las empresas y autónomos. Cuenta con un presupuesto de 19,8 millones de euros (de los cuales 8,2 millones provienen de fondos públicos) y participa en la administración de órganos económicos público-privados.
Concretamente, está en los consejos de Turismo de Barcelona, Fira de Barcelona, Consorcio de la Zona Franca, Cámara de Comercio de España, Autoridad Portuaria de Barcelona y el Comité de Desarrollo de las Rutas Aéreas. En algunos de estos órganos puede designar o proponer cargos, como el presidente de Turismo de Barcelona o de la Fira. “En el caso de Fira de Barcelona los nombramientos de cargos para este mandato ya se han hecho, pero tendremos capacidad de influencia en todas estas instituciones. Tenemos que autoenfocarlas en lo que necesita el país”, afirma Paluzie.
Preocupación política
Tanto Manuel Valls como Jaume Collboni, candidatos a la alcaldía de Barcelona, aseguraron ayer estar preocupados con el resultado de las elecciones camerales. La presidenta de la ANC considera que el resultado de estas elecciones muestra que “el establishment empresarial está pagando el comportamiento que tuvo en octubre de 2017”, cuando miles de empresas trasladaron su sede social por la declaración de independencia.
“Su actuación ha generado que la base social, la pequeña y mediana empresa, haya visto que era importante votar, que no se podía dejar en manos de las empresas de siempre los puestos de responsabilidad”, añade. La victoria da un espaldarazo a esta entidad, que vivía horas bajas al perder protagonismo su apuesta por la unilateralidad.
Pese al resultado, la irrupción de la ANC en la Cámara de Comercio no implica necesariamente que el mundo empresarial catalán sea mayoritariamente independentista. Los comicios del órgano cameral, que se habían celebrado por última vez en 2010, siempre habían despertado poco interés entre los empresarios y autónomos que tenían derecho a voto. Esta vez, con 17.224 empresas que fueron a votar (muchas de ellas animadas por el voto por correo y por el voto electrónico, que se usó por primera vez en estas elecciones), se considera que un 4,1% de participación es un éxito.
La candidatura Eines de País admite que se benefició de la movilización del empresariado. A la espera de los resultados definitivos, que se conocerán el lunes, la ANC tiene ya 31 sillas en el pleno (a las que se añadió ayer la de Joan Font, de Bon Preu) de los 40 epígrafes (grupos económicos) que se escogían democráticamente hasta el jueves. Hay que añadir 14 más que acceden al pleno al pagar una mayor cuota que el resto (unos 75.000 euros anuales) y otros seis que son propuestos por las patronales Fomento del Trabajo y Pimec.
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