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El Ayuntamiento da luz verde a la construcción de una ciudad sanitaria en la antigua fábrica de Clesa

El edificio de 10.000 metros cuadrados será patrimonio municipal protegido

G. R.-P.
Imagen de la fábrica en 2010.
Imagen de la fábrica en 2010.LUIS SEVILLANO

El edificio de Centrales Lecheras Españolas (Clesa) en el número 67 de la calle del Cardenal Herrera Oria de Madrid, una joya de arquitectura industrial de 1962 de Alejandro de la Sota, se convertirá en un espacio municipal alrededor del cual se construirán viviendas, hoteles, restaurantes y espacios comerciales que darán servicio al Hospital Ramón y Cajal. El Ayuntamiento de Madrid modificará puntualmente el Plan General de Ordenación Urbana para permitir el cambio de uso industrial de la parcela de casi 40.000 metros cuadrados, propiedad de Metrovacesa.

Guillermo Zapata, concejal presidente del distrito de Fuencarral-El Pardo ha adelantado la noticia en el debate sobre el estado del distrito que se ha celebrado este miércoles, poco antes de que la publicase El Confidencial. Según este medio, en torno a 22.900 metros se dedicarán a hoteles y pisos para los usuarios del hospital, 19.800 para una residencia de estudiantes de medicina y personal visitante y 3.000 serán para uso comercial. El Ayuntamiento confirma que las cuatro zonas tendrán una conexión peatonal con el Hospital y con la ampliación del apeadero de Cercanías.

Zapata ha celebrado el acuerdo en el que han participado, según ha detallado, el área de Desarrollo Urbano Sostenible que dirige José Manuel Calvo, Metrovacesa, el grupo municipal socialista y la Junta de Gobierno del distrito. "Es importante que el distrito recupere una dotación pública de esa envergadura", ha añadido.

El edificio, de 10.000 metros cuadrados, estaba cerrado desde 2012 pero en su momento fue un referente arquitectónico que el gobierno municipal decidió proteger en mayo de 2015 con una modificación del Plan General. El Consistorio le asignó un nivel de protección 3, que blinda las dos naves principales, las oficinas, los vestuarios y el acceso, y deja libre de catalogación el resto de volúmenes.

En 2014 Metrovacesa solicitó la demolición del edificio para construir viviendas y equipamientos comerciales. Ahora el Ayuntamiento quiere mejorar las condiciones de protección para incluir todo el edificio y destinarlo a equipamiento público, probablemente para fines culturales o deportivos.

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