El gran Eurovegas del Puente de Vallecas
Diez casas de apuestas se concentran en un radio de 250 metros en el distrito con renta per cápita más baja de Madrid, donde se ha doblado el número de casinos
A dos metros de la boca de metro de Puente de Vallecas hay una casa de apuestas. A dos minutos paseando, tres más. Y a cuatro, otras cinco junto a un gigantesco bingo con parking. “Si quieres diversión, aquí tienes la combinación”, dice su cartel publicitario. “Jugar es compartir. Jugar es comunicar. Jugar es algo único, sin comparación”, añade. El mundo del juego golpea cada día a uno de los distritos más deprimidos de Madrid. De las 63 casas de apuestas de la zona, casi una de cada cinco se concentra en los alrededores de la avenida de la Albufera. Diez centros de juego en un radio de apenas 250 metros que abren desde las 10 de la mañana hasta las 3 de la madrugada. Por si fuera poco, en unos días se abrirá otra más.
“En los últimos tres años el crecimiento ha sido brutal”, observa María José García, una de las portavoces de la asociación de vecinos del barrio. “Estamos muy preocupados. Aquí hay mucho cliente potencial: chavales jóvenes en paro, institutos cercanos…”. Silvia González, vocal de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid, opina: “Vienen a hacer negocio con gente que tiene problemas económicos. Es como si hubiera una intencionalidad de degradación del barrio”. Francisco Pérez, concejal del distrito, cree necesarias medidas urgentes cuanto antes de todas las administraciones.
A las 11 de la mañana de este martes un chaval menudo, rubio, con barba, bermudas azules y una camiseta del Atlético sin dorsal, revisa las apuestas que acaba de realizar. “He apostado para los partidos de mañana. Lo siento, no puedo hablar más. Llego tarde a clase”. Tiene 21 años. Dentro, una pareja de chavales de unos 25 y un señor de unos 45 juegan a la ruleta. El negocio solo lleva abierto una hora y ofrece desayunos con tostadas por 1.75 euros.
Fuera, paseando, tres muchachos de un módulo de informática se zampan un bocata de jamón. “El año pasado tenía compañeros que en los partidos importantes iban a apostar durante el recreo […] Los menores dan el dinero a los mayores para que apuesten por ellos”, dice Julián, de 18 años. A Jorge, de 21, le da igual todo. Y a Gabriel, que no quiere decir su edad, no tanto: “En mi clase, Adrián juega mucho. Yo he jugado a la ruleta alguna vez… Empiezas con un euro y luego metes bastante”. A su lado hay un negocio del juego con un póster amarillo y negro en la puerta: “Todos llevamos dentro un jugador”.
Hace 10 años se inauguró en la Castellana la primera casa de apuestas de Madrid. Ahora existen 385. El 88% de los empresarios del juego de España creen que ahora mismo existe un mercado en crecimiento y sitúan a la Comunidad como la primera región para invertir seguida de Valencia y Castilla y León, según el último barómetro de la Asociación Española de Salones del Juego.
Aquí, en el distrito de Puente de Vallecas, viven 230.000 vecinos repartidos en seis barrios con una renta per cápita media de 24.687 euros, la más baja de las 21 circunscripciones de la capital. De ellos, alrededor de 20.000 están en el paro; el 13,07%. El perfil medio del jugador en España es un varón de entre 20 y 35 años, según los expertos consultados. Con esta franja de edad viven casi 5.500 en la zona.
“Estos locales están en la periferia porque el alquiler es más barato —el metro cuadrado ronda los 32 euros, la mitad que hace 10 años—”, observa José Antonio Yáñez, profesor de Sociología de la Universidad Carlos III y autor del anuario del juego en España. “Esto es un negocio y una forma de entretenimiento, no un problema de salud pública”. Lo mismo opinan fuentes de la Asociación Española de Empresarios de Salones del Juego. Para Josep Lobera, sociólogo de la Universidad Autónoma de Madrid, ocurre todo lo contrario: “Cuanto antes tengas una casa de apuestas cerca, antes juegas. El juego se está socializando entre los jóvenes porque hay muchísima publicidad”. El Gobierno divulgó un borrador en febrero para prohibirla en Internet durante el horario infantil. Podemos ha dado un paso más y esta semana ha anunciado que quiere suprimirla de todos los lugares, como con el tabaco y el alcohol.
El Instituto público Vallecas I está situado a cuatro minutos caminando de cinco casas de apuestas. En Madrid, no existe una distancia mínima entre los centros educativos y los del juego, como en el caso de Aragón o Andalucía. En esta escuela estudian 400 chavales de entre 12 y 18 años. "No deberían estar tan cerca”, opina José Blázquez, su director. El Instituto Magerit, también público, cuenta con 1.000 alumnos y se sitúa a 15 minutos. “Yo las eliminaría todas”, dice Ángel Ortega, su máximo responsable. En ningún centro tienen constancia de casos de ludopatía. Tampoco han impartido charlas sobre esta enfermedad.
En el oasis de apuestas de la avenida de la Albufera también existen dos administraciones de Loterías y, al menos, cuatro puestos de la ONCE. Según Loterías, la distancia entre un local y otro ha de ser de un mínimo de 250 metros, salvo excepciones basadas en lugares de especial tránsito, que será de 50 metros. Para la ONCE son 200, pero también puede variar. En el caso de Puente de Vallecas los centros de juegos llegan a estar pegados, uno tras otro.
“Los chavales perciben las casas de apuestas como un lugar de ocio”, dice Esther Rubio, psicóloga de Proyecto Hombre Madrid. “¡Les dan bonos iniciales y les premian! Una vez que se entra es muy difícil salir”. Pero se puede. Julián Mompradé, de 73 años, ha sido ludópata casi toda su vida. “Jugaba a todo: bonolotos, primitivas, ciegos… Miles de euros”. Un día sus hijos le dijeron que se tratara o se olvidara de ellos. Hoy, trabaja de forma voluntaria para la asociación madrileña Vida Sin Juego. “Esto es una enfermedad, pero no olemos como los alcohólicos, ni se nos degrada la cara como a los drogadictos”.
En el puente de Vallecas está el ultramarinos Rufisa, uno de los pocos negocios que sigue abierto en el barrio después de 50 años. Su dueño es Saturnino Martín, de 66 años, que, además, es socio del Rayo Vallecano: “Me parece fatal que mi equipo tenga un acuerdo con una casa de apuestas”.
El contrato se firmó el pasado 1 de agosto. “Es un importante apoyo y una gran satisfacción”, dijeron en el club. De los 20 equipos de Primera División, 19 tienen alianzas con estas marcas. La Real Sociedad es el único de los 20 que, de momento, no ha sucumbido ante los euros de las apuestas. El Rayo y la Real jugaron este martes. El partido terminó empate a dos. Se pagaba a 4,33 euros por cada euro apostado.
Las casas de apuestas se disparan en Madrid
Las casas de juego y las de apuestas crecen a un ritmo vertiginoso en la Comunidad de Madrid. En 2013, había 356 y a principios de este año su número era de 625, casi el doble. Se benefician de la caída de los precios del alquiler de locales comerciales en calles de mucho tránsito como Alcalá, Bravo Murillo, Marcelo Usera, la Avenida de la Albufera o Avenida de Oporto. Son calles donde se comienza a sentir el efecto creciente del comercio electrónico, que ha hecho que las grandes cadenas de moda cierren tiendas de barrio para concentrarse en el centro.
El distrito de Puente de Vallecas se ha visto profundamente afectado por el fenómeno, al pasar de 37 negocios dedicados al azar y apuestas en 2013 a 63 a principios de este año, según el censo de locales del Ayuntamiento. Solo los distritos de Carabanchel, con 73 locales, y Centro, con 72, tienen más negocios de este tipo. Dentro de Vallecas, el barrio con más negocios de azar y apuestas son San Diego, con 18, Numancia, con 17, y Portazgo, con 11.
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