“A las cucarachas les encanta la cerveza”
Un equipo de unas 50 personas se asegura de que en Madrid no se desmadren los bichos. El jefe es José María Cámara, que lleva 25 de sus 54 años dedicado al control de plagas
Un equipo de unas 50 personas se asegura de que en Madrid no se desmadren los bichos. El jefe es José María Cámara, que lleva 25 de sus 54 años dedicado al control de plagas. No sale sin su cámara de fotos, menos frágil que el móvil cuando baja al submundo o sube a los tejados. Con ella registra la basura que se encuentra en el suelo o resquicios que observa en los edificios. “La guerra está en las alcantarillas, pero también en la superficie”, dice. Cuando ve los restos de un botellón en un parque, se mosquea. “A las cucarachas les encanta la cerveza”. En una lata vacía caben muchas.
¿Cómo es el subsuelo madrileño?
De las aceras para abajo es otra ciudad, que soporta la vida sana de ahí arriba. Son todas las estructuras de servicios, de cableado y de transporte subterráneo. Están también los colectores de aguas grises que vienen de nuestras casas. Algunos son de la época de Carlos V.
¿Quién habita ese Madrid?
Ratas cada vez más resistentes
Los cebos para ratas de Madrid huelen a gominolas y no son de arsénico como hace dos siglos. Se usan anticoagulantes, que las mata de hemorragia en unos días. Lo malo es cuando no se mueren y trasladan la resistencia a su descendencia. “Es un problema y tenemos que estar muy alertas”, advierte Cámara.
El que puede o al que se deja. La vida se hace lugar. En las alcantarillas viven los que están muy urbanizados, como las ratas y las cucarachas.
¿Cuál es la peor plaga que se ha encontrado en su carrera?
Las que más trabajo dan son esas dos, ratas y cucarachas, pero la peor no ha llegado, gracias a Dios. Vivimos en condiciones óptimas, si nos comparamos con ciertas partes del mundo o con el pasado, con las pestes.
¿En qué zonas hay más ratas?
Hay más avisos en los distritos periféricos, sobre todo en el sureste. No solo por las características socioeconómicas, sino porque el alcantarillado es más bajito y hay más espacios abiertos, que son oportunidades de crecimiento para ellas. Por el centro también hay, pero su actividad es más profunda.
¿Cuándo se considera que son plagas?
Aunque tocásemos a seis ratas por habitante [Madrid no tiene aún censo como Barcelona] no pasaría nada si están a 30 metros de profundidad. Ver a una fuera, haciendo madrigueras o en un edificio, es inaceptable. Ese es el umbral de plaga. Suponen más riesgo con la proximidad, por el contacto con personas o con agua.
Comparar las palomas con ratas, ¿es justo?
No es justo ni conveniente. Las palomas bravías generan problemas, también de salud, pero tienen un componente emocional. Algunos las ven de forma amistosa, mientras otros les darían dos tiros. Desde el Ayuntamiento buscamos un equilibrio para que estén, pero sin generar aglomeraciones. La clave es controlar la alimentación y el mantenimiento de edificios, que es donde buscan refugio y generan problemas gordos.
¿Por qué tienen esa tendencia a las lesiones en las patas?
La vida en la ciudad es muy dura. Están expuestas a agresiones, pasan frío y calor, y además tienen tendencia a tener enfermedades en bocas y patas. La vida media de las ratas en la ciudad también es menor. Se ahogan en los colectores, se pelean entre sí porque son muy territoriales.
¿Qué estupideces humanas acaban en plagas?
Tirar cosas a la calle, sacar basura a deshora, dejarla en los alcorques o en el suelo, en lugar del contenedor. No mantener el edificio, dar de comer a los animales en la vía pública, tirar cosas indebidas por el inodoro...
¿Las cucarachas cómo se controlan?
Son relativamente fáciles cuando se va al fondo de la cuestión, como los problemas de tuberías. Si no, son una pesadilla. En el alcantarillado las controlamos con cebos insecticidas, para que no haya sobrepoblación.
¿Con qué otros seres compartimos ciudad sin saberlo?
Con cientos de miles de especies. Insectos, arácnidos, mamíferos como conejos. Hormigas, desde hace 20 años, chinches últimamente. Esperemos que no emerjan mosquitos como el Aedes aegypti, que transmite la fiebre amarilla. Estamos muy atentos al Tigre, que ya está en España.
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