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'President' sin solemnidad

El Parlamento catalán inviste a Torra en una sesión anodina y con pocos invitados

Àngels Piñol
Xavier Garcia Albiol durante su intervencion en el pleno de este lunes.
Xavier Garcia Albiol durante su intervencion en el pleno de este lunes.Albert Garcia

Sin gran despliegue de prensa internacional y con escasa presencia policial la sesión de investidura de Quim Torra ha transcurrido sin sorpresas y alejada de los episodios de tensión extrema que el Parlamento catalán ha vivido repetidamente el último año. Una vez confirmada la abstención de la CUP, lo que posibilitaba la investidura efectiva hoy, la sesión se ha vivido como un mero trámite y lejos de las ceremonias convulsas de los últimos meses. Acostumbrada ya a que las legislaturas ya no duren cuatro años –han sido así las tres que anteceden a esta-, la Cámara  suspiró al haber sorteado, otra vez al límite, nuevas elecciones. 

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Tras el veto a la investidura de Carles Puigdemont y, por dos veces, de Jordi Sànchez y el encarcelamiento de Jordi Turull en la mitad del pleno, el independentismo -especialmente ERC- ha vivido con alivio la designación. Al concluir el debate, los expresidentes de la Generalitat, Artur Mas y José Montilla, y los expresidentes del Parlament -Núria de Gispert, Joan Rigol y Ernest Benach- se han hecho la foto de familia con el nuevo presidente, ya con el hemiciclo vacío. Toda su familia ha descendido después hasta el atril a saludarlo y se ha fotografiado al final y conversado con complicidad con la periodista, Marcela Topor, la mujer del expresidente Carles Puigdemont, visiblemente emocionada, y con familiares de los políticos presos. Cerca de las 15.00 horas, los diputados de Junts per Catalunya se han hecho una foto de família en las escalinatas del palacio en medio de una salva de aplausos y con Torra y Elsa Artadi, su mano derecha, luciendo dos lazos amarillos gigantes.

Esas imágenes han sido el colofón a una sesión en la que la solemnidad ha pasado a mejor vida. Cataluña se paraba antes cuando se celebraba una sesión de investidura y desde luego el de este lunes, tras cuatro horas de debate, no ha sido el caso. La expectación ha caído en picado quizá porque se da por hecho de que el pulso entre los dos bloques está petrificado y lejos de atisbar una salida. No se han visto empresarios ni líderes de la sociedad civil salvo Elisenda Paluzie, presidenta de la Asamblea Nacional Catalana y Marcel Mauri, portavoz de Òmnium. No se ha acercado al parque de la Ciutadella la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, muy crítica con Quim Torra, al que acusa de encarnar un nacionalismo etnicista. En cambio, sí lo ha hecho Montilla, vigilante desde la tribuna de invitados y muy disgustado por el rumbo que ha tomado el procés.

La periodista Marcela Topor, la mujer de Carles Puigdemont, ha seguido la sesión desde el palco de invitados

Igual que sucedió el sábado, la sesión ha reunido en el palco también a  Núria de Gispert; a la exconsejera Meritxell Borras -que estuvo en la cárcel y ha abandonado la política- así como a Pere Aragonès, futuro hombre fuerte del Govern. Marcela Topor, esposa de Puigdemont, también ha acudido al acto, así como la hermana del exconsejero de Sanidad, Toni Comín.

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Los lazos amarillos han vuelto a pintar la mitad del hemiciclo -los lucían muchos diputados de la Mesa y de ese color vestía Alba Vergès, secretaria de la Mesa- y siete escaños han vuelto a quedar vacíos. Impertérritos, los familiares de los presos siguieron la sesión en silencio aunque a alguno sí se le escapó alguna mueca de fastidio ante los discursos de Inés Arrimadas o Miquel Iceta.

La sombra del 155 es aún alargada pero el soberanismo no duda de que el Gobierno de Mariano Rajoy lo levantará sin dilación en cumplimiento de la ley cuando el Govern haya tomado posesión del cargo. Y apuntan del alto riesgo de que el 155 se vuelva a aplicar por la presión de Ciudadanos. Ahora, la primera prueba del algodón es si Torra designará consejero a alguno de los dirigentes del procés en prisión como Josep Rull o Jordi Turull. "Nosotros siempre hemos defendido la restitución del Govern y estamos a favor de esa medida", ha apuntado Paluzie. Pero esa será otra historia. De momento, al menos este lunes, el Parc de la Ciutadella ha estado abierto, salvo en las proximidades de la Cámara, a la ciudadanía. La división, eso sí, ha vuelto a quedar reflejada justo después del nombramiento de Torra: todo el hemiciclo ha cantado Els Segadors salvo los diputados de Ciudadanos que, en pie, han guardado silencio.

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