La oposición cree que el discurso relega a la mitad de la población

Los cuatro partidos no independentistas han coincidido este sábado en criticar, con mayor o menor énfasis, que Quim Torra hiciera un discurso dirigido a la mitad de los catalanes, aunque en el turno de réplica asegurase que quería ser el presidente de los siete millones y medio. Ciudadanos, el PSC, Catalunya en Comú-Podem y el PP también recordaron al candidato los numerosos tuits y escritos, así como su participación en actos con tintes supremacistas y excluyentes. Torra volvió a disculparse y pidió que se leyeran los libros que ha escrito para conocer cuál es su pensamiento.

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, fue la más vehemente, con gesticulaciones constantes para acentuar su mensaje. Anunció que se encargaría personalmente de que los líderes europeos conocieran a Torra. “Voy a traducir todos sus artículos y sus tuits y se van a enterar de lo que piensa usted porque aquí sale gratis humillar y vejar al resto de españoles y catalanes”, dijo Arrimadas, que añadió que Torra no dirigirá un Gobierno, sino un Comité de Defensa de la República (CDR).

En otro momento le preguntó que “para qué quería gobernar” y pronosticó que Cataluña no iniciará una nueva etapa hasta que no se reconozca que “el procés ha sido un fracaso y no va a ningún sitio”.

Miquel Iceta, líder del PSC, también reprochó a Torra que aceptase sin pestañear que podría ser un president temporal designado por Carles Puigdemont y al que ya le han formado el Gobierno que presidirá. El dirigente socialista advirtió de que “sin revisar algunos de sus planteamientos de los últimos tiempos es difícil que pueda ser presidente”, por lo que alertó de que si en Cataluña no caben todos los catalanes, tengan el sentimiento identitario que tengan, es que “no cabe nadie”.

Abundando en la crítica por esos planteamientos excluyentes, Iceta insistió en que “el catalán no es una lengua extranjera en Cataluña”. Emplazó a Torra a gobernar, “porque es su obligación”, pero con tres condiciones: respeto a todas las ideas, la ley y las instituciones, así como a las mayorías necesarias para hacer las reformas que quiera emprender.

El líder de los comunes, Xavier Domènech, dijo sentir “vergüenza” por los tuits de Torra y alertó de que con esos antecedentes jamás se debería haberse presentado a la investidura. “Tiene que explicar si quiere ser o no el presidente de todos los catalanes”, le pidió, al tiempo que le reclamó que dejara de invocar el legitimismo de Puigdemont y se centrara en los problemas sociales y los retos políticos que tendrá el Govern, como la negociación de una nueva financiación.

Carles Riera (CUP) criticó a Junts per Catalunya y Esquerra por no haber desobedecido al Estado para investir a un candidato con anterioridad y propuso una “asamblea de electos” como una medida para “hacer efectiva la república”, algo que Torra vio con buenos ojos. El anticapitalista se remitió a lo que acuerden hoy sus bases sobre el sentido del voto y anunció que, sea cual sea la decisión, “será buena para la república y la independencia”.

El líder del PP, Xavier García Albiol, tampoco escatimó adjetivos y aseguró que el discurso de Torra había sido “incendiario y una provocación” que excluyó a la mitad de los catalanes, al tiempo que le espetó: “Si usted presenta su candidatura es porque España es una democracia”.