Fomento exhibe el alto nivel de inversión en infraestructuras
El ministerio sostiene que ejecutó un 82,8% de la obra pública presupuestada el año pasado
El Gobierno central sacó ayer pecho por la inversión en infraestructuras en Cataluña. No cumplió con los 1.149,5 millones de euros presupuestados, el segundo monto más bajo para obra pública desde 2001. Sin embargo, el Ministerio de Fomento aseguró ayer que la ejecución el año pasado fue del 82,8%. Pese a no llegar a lo comprometido, la cantidad es 9,4 puntos superior a la inversión que se llevó a cabo en el conjunto de España. Además, es también mayor de lo que se venía invirtiendo en los últimos años. En 2015 el grado de ejecución fue del 59%, mientras que en 2016 bajó al 35,6%.
La inversión en infraestructuras prevista en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado para este año subirá un 17,4% respecto a 2017. El incremento no provocó un entusiasmo entre el empresariado por dos motivos. El primero, los 1.349,6 millones de euros contemplados siguen estando en mínimos —la cuarta menor cifra desde 2001— y siguen por debajo del peso económico y poblacional de Cataluña en el conjunto de España. Pero además, porque en los últimos años el grado de ejecución de los Presupuestos ha sido muy baja.
La obra pública, de hecho, ha sido un arma arrojadiza entre Administraciones, que saben que es el principal caballo de batalla de las organizaciones empresariales. Por ello, la bajada presupuestaria del año pasado, del 2,7%, provocó decepción entre las patronales, máxime cuando esta se produjo después de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, prometiera una lluvia de millones en infraestructuras para los próximos años.
Ayer el Gobierno quiso presumir del grado de ejecución de lo comprometido en los Presupuestos. La subsecretaria del Ministerio de Fomento, Rosana Navarro, explicó en el Congreso de los Diputados que su departamento y todas las agencias y empresas públicas que dependen de él ejecutaron el año pasado el 82,8% de la inversión prevista. Es un porcentaje muy superior a la media estatal. Según explicó Navarro, en el conjunto de España el desempeño en ese apartado fue del 73,4%.
A continuación, Navarro desgranó cuál fue la ejecución por sectores: del 66,9% en ferrocarril; del 90,1% en carreteras; del 73,1% en aeropuertos, y del 44,5% en puertos. El proyecto de Presupuestos Generales del Estado, añadió la subsecretaria, para este año prevé que el Grupo Fomento invierta 8.908 millones, lo que supondrá un incremento del 17%. De esa cifra, el 48,5% se destinará al transporte ferroviario, el 27,3% a carreteras, el 10% a puertos, el 8,4% a aeropuertos y el 5,2% a vivienda. Durante su intervención en la Comisión de Fomento del Congreso, Navarro resaltó que se trata de unos presupuestos “comprometidos con el crecimiento de la economía y el empleo, y con el aumento de la inversión en infraestructuras”.
Desde el año 2001, solo en una ocasión el Grupo Fomento ha cumplido con lo presupuestado. Se trata de 2012, cuando el Ejecutivo central destinó a Cataluña 1.213 millones de euros en infraestructuras. Esa cifra suponía el 105% de lo que contemplaban los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, en los años sucesivos el nivel de ejecución de la obra pública en Cataluña fue descendiendo.
Según la Cámara de Comercio de Barcelona, los dos últimos años han sido los peores. En 2015, la Administración central solo gastó 555,9 millones de euros, el 59% de lo que había previsto. Y en 2016, esa cifra fue todavía inferior: solo se llevó a cabo el 35,6% de lo previsto. La comunidad no fue la única damnificada. De media, Fomento solo desplegó el 37,5% del presupuesto para infraestructuras.
Inversión local
De momento, el Gobierno solo ha publicado la memoria de la distribución territorial de la inversión pública estatal correspondiente al primer semestre del año pasado. Y de acuerdo con ese documento, el Ministerio tuvo que dar un acelerón a la obra pública en la segunda parte del año, puesto que hasta finales de junio apenas había ejecutado el 30% de lo que había contemplado.
Los contratistas, de momento, se están encomendando a los planes de obras de las Administraciones locales para poder sobrevivir ante la escasa inversión del Gobierno central y de la Generalitat, que no dispone de Presupuestos por la falta de gobierno y la aplicación del artículo 155 de la Constitución. La licitación municipal permitió que el importe global de los contratos oficiales crecieran el 34% en el primer trimestre de 2018.
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