Investigadas tres trabajadoras de un colegio de Getafe por supuesto maltrato a un niño con autismo

Dos profesoras y una auxiliar de enfermería del centro de educación especial Ramón y Cajal de Getafe están siendo investigadas por el Juzgado de Instrucción número 1 de la localidad por un posible caso de maltrato a un alumno de ocho años con autismo. Los padres del menor le escondieron una grabadora entre la ropa al detectar que había cambiado su forma de actuar. Eso les permitió descubrir que las investigadas amenazaban con tirarle agua por encima o pincharle en el culo. También se burlaban de su forma de hablar.

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El niño, que cursa primero de educación primaria, había pasado ya por otros cinco centros ordinarios. Según el testimonio de los padres a la cadena SER, el menor nunca había tenido conductas violentas hasta que comenzó los estudios en este centro. “Esa impulsividad y esa agresividad que vimos en él, la ansiedad que sufrió, la vimos a las semanas de comenzar las clases”, ha comentado la madre a la SER.

Los profesores detectaron en noviembre del año pasado que el niño llevaba un dispositivo oculto. Los padres dijeron al principio que se trataba de un GPS para tenerlo localizado, pero pronto se descubrió que era una grabadora. A raíz de ello, el niño dejó de asistir al centro, según confirmó un portavoz de la Consejería de Educación.

Tras examinar el contenido de esas grabaciones, la familia constató supuestos comportamientos, como amenazas, burlas o castigos en el pasillo. Poco después de dejar de acudir al colegio, el menor ingresó en el hospital Niño Jesús, donde estuvo 15 días ingresado y de donde salió con medicación, que todavía mantienen.

Los padres decidieron denunciar el caso en los juzgados. El titular del número 1 de Getafe abrió diligencias previas el pasado 10 de enero. Hasta el momento ya han declarado las tres trabajadoras —la tutora del menor, una profesora de apoyo y a una auxiliar de enfermería— y tres testigos, entre ellas la directora del centro y la jefa de estudios, según fuentes judiciales. Las imputadas afirmaron que no ha habido ánimo de maltratar al menor y que en todo momento actuaron conforme al protocolo del centro educativo. El magistrado, que ha decretado el secreto de la instrucción, tiene pendiente llamar a declarar a más testigos.

Otras madres que llevan a sus hijos al centro han asegurado esta mañana ayer que se sentían identificadas con la denuncia presentada por los padres del niño de ocho años. Entre ellas estaba Irene Camacho, que teme que a su hijo de diez años le haya podido ocurrir algo similar. Ha afirmado que en una ocasión cinco auxiliares sujetaron al niño contra el suelo.

Las tres empleadas siguen en sus puestos, sin que se hayan tomado medidas cautelares contra ellas. El niño ya se encuentra en otro colegio, también de educación especial, al que todavía se está adaptando, según su madre.