Un juzgado de Girona empieza a tomar declaración a los 200 denunciantes por las cargas del 1-O

El Juzgado de Instrucción número 2 de Girona, que investiga las cargas policiales del pasado 1 de octubre, ha empezado a tomar declaración a una veintena de los más de 200 denunciantes por los daños que sufrieron debido a las cargas policiales de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Los denunciantes que este lunes han pasado ante la juez, asistidos por abogados voluntarios, estaban ese día en los colegios electorales que había en el barrio de Pedret, en el centro cívico Ernest Lluch, el Servicio Municipal de Ocupación de Girona o en el pabellón polideportivo de Sant Julià de Ramis. Está previsto que las declaraciones se alarguen hasta el 12 de abril.

Tras ser previamente reconocidos por los forenses, los denunciantes tenían la intención de demostrar que las heridas acreditadas eran debidas a la actuación policial. La juez y la fiscal les han preguntado por su participación en el 1-O, si sabían que participaban en un “referéndum ilegal” y “si obstruyeron la actuación de la policía”. Uno de los abogados, Jordi Colomer, ha explicado que “las preguntas de la Fiscalía van encaminadas a justificar la actuación policial por si estas personas podían haber obstruido la labor policial, nosotros entendemos que no hubo obstrucción, que lo que hubo fue brutalidad policial”.

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Algunos de los denunciantes se han mostrado indignados por el tono y por las preguntas que se les ha hecho. “Como si yo hubiera hecho algo malo”, ha dicho Mireia Ripoll. “Quizás éramos 50 personas y llegaron 20 furgonas del CNP, si querían entrar podían haberlo hecho sin ningún tipo de fuerza, fue desproporcionado, cargaron como quisieron”. “Me han preguntado si impedí el paso a la policía, ¿cómo quiere que lo impidiera?” ha apuntado la denunciante, que ha destacado que estaba “ejerciendo mis derechos, estaba protestando, pero podían pasar si querían, pero querían dar miedo”.

En la misma línea ha declarado Anna. Un agente del CNP, según explica, le rompió una costilla de una patada, y le asestó varios golpes en las piernas cuando ya estaba en el suelo tras intentar proteger a un anciano que estaba en el Servicio Municipal de Ocupación de Girona. Según ella, la juez y la fiscal la han hecho sentir “como una hormiga frente a un imperio”. “Han intentando girar nuestra denuncia para convertirse en una acusación en contra nuestra”. Nerviosa, indignada y emocionada por revivir el 1-O, ha explicado que le han preguntado si en algún momento se había impedido la actuación de la policía, “he dicho que no, evidentemente, entre otras cosas porqué como podías impedir a un ejército de salvajes trinchando cuatro puertas de un colegio electoral con la rabia que venían…”.

A estas declaraciones se les unirá la querella conjunta interpuesta por los Ayuntamientos de Girona, Aiguaviva y Sant Julia por los delitos de torturas, lesiones y vulneración de derechos fundamentales.