La magia de los Reyes Magos vence la lluvia
Los Reyes Magos repartieron ilusión y caramelos entre los asistentes a pesar de las constantes precipitaciones
A pesar de la lluvia, la Estrella de la Navidad -la carroza del Ayuntamiento, formada por una estructura lumínica, con una cola de 12 metros y decorada con los deseos de los ciudadanos escritos en papel y modelados con papiroflexia- salió puntual (a las 18.33) de la plaza de San Juan de la Cruz, cerca de Nuevos Ministerios. "Que empieza ya", gritaban unos niños al ver encenderse la luz de la estrella. Esa primera comitiva dio paso a 14 carrozas y numerosas compañías de teatro de calle que, en algo menos de tres horas, surcaron la ciudad de norte a sur, hasta la plaza de Cibeles.
Mientras en Nuevos Ministerios arrancaba el desfile, en el escenario situado junto a la diosa griega, un coro de 30 niños amenizaba la espera de los asistentes. Muy cerca, Matilde disfrutaba del espectáculo: "Es la primera vez que venimos", decía la mujer que iba acompañada de su hija Emma de seis años. Matilde es casi invidente -"tengo un 15% de visión"- y disfruta del espectáculo en un espacio reservado: "Emma se lo está pasando a lo grande. Si no hubiese sido porque sabíamos que teníamos este sitio, no habríamos venido". Como en los últimos tres años, desde que gobierna Ahora Madrid en la capital, las invitaciones VIP para ver la cabalgata han desaparecido: ahora ese espacio se dedica a niños y niñas de colectivos desfavorecidos. En el recorrido había distribuidas casi 600 plazas exclusivas para personas con movilidad reducida y sus acompañantes. Para el resto del público, había 34 gradas de acceso libre (solo cuatro permanecían reservadas, tres para patrocinadores y una para compromisos institucionales).
"Voy disfrazada de reloj porque es uno de los inventos", apuntaba Claudia. "La presente edición está dedicada a los inventores, que dedicaron su vida a hacer un mundo mejor con sus creaciones", había explicado días antes del desfile Nacho Santos, director artístico del evento. Claudia tiene 22 años y habla desde el corazón de la cabalgata: desfila junto al grupo de voluntarios de La Caixa, que han invitado a acompañarles a personas de tres centros de educación especial con los que colaboran.
"Lo importante es no dejar de hacernos preguntas", clamaba un espectacular Einstein gigante que caminaba a grandes pasos por el Paseo de la Castellana gracias al equipo de la compañía alicantina Carros de Foc-Street Theater, una de las 16 -como las francesas Planète Vapeur y Théâtre de la Grande Ourse o la madrileña Morboria- que realizaron algún tipo de acción durante el desfile. "Ahí viene Marie Curie", anunciaba Charo, de 53 años: "Yo sí que soy una carroza", bromeaba: "Llevo viniendo desde que tengo 10 años y no me la pierdo nunca".
La incesante lluvia tampoco desmotivó a Marta Fernández, que acudió desde Valdemoro con su marido, su hermana y sus dos hijos, Amaia y Álex. En esta ocasión, equipada con paraguas y una escalera -"para verlo todo"-, herramienta que llevan trayendo cinco años consecutivos: "Tengo mojadas hasta las bragas", decía entre risas, "pero ver la cara de los peques iluminadas por la ilusión merece la pena. Ni el agua ha conseguido eclipsar la cabalgata más bonita que ha vivido Madrid en los últimos años".
Incluso la alcaldesa Manuela Carmena, que se reunió con los Reyes Magos en el escenario de Cibeles pasadas las 21.00, hizo una mención a la tediosa lluvia: "No sé si sabéis que la estrella que estaba en la cabecera de la cabalgata estaba llena de los deseos de los madrileños. Yo deseé que lloviera [para paliar la grave sequía que vivimos] en Madrid, pero jamás pensé que fuera a llover precisamente cuando vinieran sus Majestades".
Los Reyes Magos llegaron en las mismas carrozas usadas en 2016 y 2017, ideadas por ELII - Oficina de Arquitectura (formada por Uriel Fogué Herreros, Eva Gil Lopesino y Carlos Palacios Rodríguez) y que recibieron el Premio COAM 2017, otorgado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, por sus originales estructuras caleidoscópicas.
“Estamos muy felices por el entusiasmo de los madrileños y madrileñas que han asistido, bajo lluvia, a una de las cabalgatas más bellas que recordamos. También estamos enormemente agradecidos y orgullosos de todo el equipo y del trabajo de los servicios municipales”, contaba Getsemaní de San Marcos, directora de programas y actividades Culturales del Área de Cultura y Deportes mientras la alcaldesa recibía a sus mágicas majestades.
Tras agradecer la presencia de Melchor, Gaspar y Baltasar “en esta ciudad tan bella que es Madrid", Carmena animó a los niños a que sean curiosos, "como los científicos que hemos visto aquí", y cedió la palabra a Melchor. "En un día como hoy tenemos que creer que todo es posible. Sólo tenéis que creerlo", dijo el mago. Fuegos artificiales coloreaban los cielos. Empezaba la magia: la lluvia había cesado; los regalos, a punto de llegar.
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