Tres detenidos por simular un secuestro virtual a una vecina de Chamberí
La policía da consejos para evitar ser víctimas de esta estafa telefónica
¿Qué es un secuestro virtual?
El denominado “secuestro virtual” es un intento de estafa a través de una llamada telefónica en la que se intenta hacer creer a la víctima que algún familiar suyo está secuestrado para exigirle dinero por su liberación. El número de teléfono de la víctima es elegido por casualidad. Ese mismo día los falsos secuestradores pueden realizar decenas o centenas de llamadas. La Policía Nacional quiere concienciar al ciudadano de que no está ante un secuestro real, sino ante un intento de extorsión telefónica que se caracteriza por:
- Son llamadas provenientes de números ocultos o con el prefijo 0056
- Intentan provocar angustia y bloqueo emocional, por lo que son muy agresivas y directas, llegan a poner al teléfono a terceras personas que imitan gritos y lloros de las supuestas víctimas
- Los falsos secuestradores tratan de prolongar al máximo la llamada para evitar ninguna reacción de la víctima
- Exigen dinero rápido a través de empresas de envío de dinero
Agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con la Policía de Investigación de Chile (PDI), han detenido en Chile al autor y a las dos colaboradoras de un secuestro virtual con el que estafaron 3.000 euros a una mujer que se encontraba en España, según ha informado esta mañana la Dirección General de la Policía.
Los estafadores simularon por teléfono el secuestro de la hija de la víctima y la obligaron a realizar, bajo amenazas tales como “tiene a su hija atada de manos y pies, no cuelgue… o le vamos a hacer daño”, dos ingresos, a nombre de las dos colaboradoras.
La investigación comenzó tras recibir la denuncia de la víctima del secuestro virtual, una mujer de 65 años residente del distrito de Chamberí (Madrid). En la denuncia relató que el pasado 5 de julio recibió una llamada en el fijo de su casa desde un teléfono con prefijo chileno. En ella escuchó unos gritos de una chica que creyó era su hija. A continuación, un varón con acento latino le amenazó: “tiene a su hija atada de manos y pies, no cuelgue la llamada o le vamos a hacer daño a su hija”.
A cambio de la liberación de la chica los falsos secuestradores le solicitaron la cantidad de 10.000, a lo que la mujer respondió que solo disponía de 3.000. Seguidamente le instaron a seguir la conversación a través del teléfono móvil pero sin colgar el fijo, con la intención de que quedase incomunicada, y le exigieron el pago del dinero de inmediato. Para ello la víctima consiguió realizar un primer envío de 1.200 euros -límite establecido por su tarjeta- a nombre de una colaboradora del autor de la llamada a través de una oficina de Correos de Madrid.
Esa misma noche la víctima consiguió hablar con la que creía su hija para comprobar que seguía con vida. Poco después, recibió una segunda llamada desde otro número, pero realizada por la misma persona, donde le comunicaron que el envío se había llevado a cabo correctamente y que debía hacer otro ingreso de 1.800 euros al día siguiente. De esta forma, la afectada realizó un nuevo envío a la mañana siguiente a nombre de otra de las cómplices. Para evitar dejar rastros, después de cada envío le obligaban a romper el justificante cerca del altavoz del teléfono. En la segunda ocasión la mujer guardó los trozos del mismo, lo que facilitó la resolución de la investigación.
Con toda esta información los agentes especializados en secuestros virtuales se pusieron en contacto con la PDI chilena, como parte de un Equipo conjunto de Investigación, con el objeto de esclarecer el origen de las llamadas y prevenir nuevos pagos. Avanzada la investigación se consiguió identificar a tres personas involucradas en la estafa: un varón que realizó la llamada, y dos mujeres a cuyo nombre se realizaron los dos pagos. El autor se encontraba cumpliendo condena en un centro penitenciario de Chile y sus cómplices eran su pareja sentimental y la madre de ésta.
La operación ha culminado con la detención en Chile de los tres implicados. Además, se han intervenido dos teléfonos móviles y resguardos de la recepción del dinero.
Menos casos respecto a 2016
Desde el surgimiento de los llamados “secuestros virtuales” en 2015, la Policía Nacional ha trabajado junto a la policía chilena, país de origen de estas llamadas, en el esclarecimiento de estos delitos. La Policía española desplazó a Chile a dos integrantes de la Sección de Secuestros y Extorsiones de la Comisaría General de Policía Judicial que, junto a la Policía de Investigación Chilena (PDI), han esclarecido el origen de las llamadas, identificado voces y han detenido a los cobradores de los pagos.
En el año 2015, la Policía Nacional registró que más de 200 personas recibieron en España estas llamadas fingiendo el secuestro de un familiar. Estas extorsiones telefónicas permitieron a los autores cobrar en un 6,7% de los casos un rescate, sumando la cantidad total de 10.150 euros. En 2016, el número de víctimas aumentó llegando a ser casi 1.000 las personas afectadas. Algunas de ellas efectuaron pagos por un importe toral que supera los 41.000 euros.
Hasta mediados de julio del presente año se han producido 193 denuncias en la Policía Nacional por este tipo de hechos y 212 llamadas solicitando ayuda al 091 en toda España. Esta cantidad se ha reducido mucho con respecto al mismo período de 2016, donde se produjeron 323 casos más de secuestros virtuales.
Existen unas pautas de prevención básicas que pueden evitar que los ciudadanos se conviertan en víctimas de este tipo de extorsiones:
- No descuelgue llamadas que no espera con prefijo 0056 o +56 o con número oculto
- Desconfíe si le dicen que han secuestrado a un familiar, incluso si se pone otra persona o se escuchan voces de fondo: no son su familiar
- Mantenga la calma ante la presión ejercida por el falso secuestrador, que usará violencia verbal de cualquier tipo
- Compruebe la información que le están aportando los falsos secuestradores
- No realice ningún pago, le exigirán un pago rápido para no dar tiempo de localizar al familiar, no envíe ningún dinero
- No facilite datos personales y tampoco los publique en redes sociales
Avise a la Policía Nacional (091) e intente localizar al supuesto secuestrado por otra línea, así como grabar la llamada maliciosa
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